Conmovedor testimonio ilustra la odisea y resistencia de las comunidades indígenas en medio de la guerra en el norte del Cauca. Mientras 150 flores y “muritos” blancos se levantaban en honor a igual número de muertos (muchos de ellos niños) que ha dejado el conflicto armado en Toribio, y mientras la comunidad recordaba y lloraba sus muertos, unos 300 indígenas se desplazaban por las veredas de este pueblo para increpar a la guerrilla y exigirle que abandone su territorio, en su recorrido la comunidad destruyó campamentos de las FARC y trincheras del Ejército.
La respuesta que recibieron de unos y de otros fue despectiva y desafiante: “si sacan al ejército y a la policía salimos nosotros”, les dijeron las FARC, “si sacan a la guerrilla, nosotros nos vamos, de lo contrario no” les respondieron los militares…
Crónica de una flagrante infracción al Derecho Internacional Humanitario. El viernes pasado la guerrilla se tomó el municipio de Toribio, se agudizó el conflicto que parece constante en este pequeño pueblo del norte del Cauca. La guerrilla de las FARC atacó la estación de policía, ubicada en todo el centro del caserío. Ante esta acción la gente que vive en el casco urbano no le quedó otra alternativa que desplazarse, pues el combate duró todo el día. Hasta el domingo a las 8 a.m. se preveía que este nuevo ataque solo habría dejado dos heridos, pero un par de horas después un tatuco explotó en las instalaciones de la IPS indígena del municipio, 4 heridos dejo la explosión del artefacto y la gente se desconcertó y huyo despavorida.
En horas de la tarde del domingo, bajo directrices de las autoridades Indígenas, la Guardia Indígena y las comunidades de la región llegan a la vereda Belén y ubican un campamento guerrillero el cual destruyeron… Momentos antes la guerrilla quiso burlar la presencia indígena huyendo de la zona y sin embargo son alcanzados por la guardia que les instó a abandonar los territorios indígenas y a respetar la vida de la población civil… la guerrilla a regañadientes aceptó y en horas de la tarde abandonaron Belén, pero ante la respuesta despectiva de la guerrilla de las FARC de no abandonar la zona hasta tonto no lo haga también la Fuerza Pública, las comunidades dudan que las FARC cumplan a cabalidad su promesa. Una respuesta parecida encontraría la comunidad al siguiente día de los militares y de la policía que les manifestaron que “sí pueden sacar la guerrilla”, ellos también salen del lugar.
Ante el éxodo humano y el drama de muchas familias las Autoridades indígenas fijaron puntos de Encuentro y reunión para acoger centenares de personas que se preparaban para un homenaje a las víctimas que hace un año murieron y/o resultaron heridos durante la explosión de una chiva cargada con cilindros de gas…
Las comunidades indígenas pasaron la noche como pudieron en medio del rechiflar de las balas, y comieron poco o nada. El lunes la Asamblea de autoridades indígenas en medio del temor y los ríos de gente que abandonaba su territorio -y que recuerdan los dramas humanos en Palestina donde pueblos al igual que los Nasa con Dios, dignidad, lengua y cultura propia, huyen mientras actores externos se diputan su territorio- acogía el cansancio de la comunidad frente a la guerra y orientaba a la Guardia Indígena a realizar una odisea altamente riesgosa pero valiente y valiosa: encarar a los actores de la guerra, destruir sus madrigueras y ejercer su autonomía frente al conflicto… Luego del mediodía en veredas buscaban la guerrilla y les increparon a salir de su territorio de inmediato…
Este relato, fruto de un testimonio conmovedor, ilustra la temible contienda que libran por un lado el ejército y la guerrilla de las FARC, por mantener el control territorial, y que realmente afecta a las comunidades humildes que bastante alto han pagado el juego de la guerra y los odios que entre “buenos” y “malos” se libra en este territorio ancestral…
Foto: Tejido de Comunicación ACIN
Un año se cumplió ayer de la masacre de la Chiva Bomba y mientras la guerrilla y los militares se trenzan en su “trono” de “triunfadores” las comunidades rendían, en medio dolor y esperanza, un cálido homenaje a sus victimas…
“… Después del recorrido y las decisiones que se tomaron anoche (domingo) a las 9 de la noche, de que hoy (lunes) iríamos a caminar, salimos un grupo de unas 250 o 300 personas a caminar las veredas. En unas de ellas encontramos guerrilla en otras no, en una de ellas encontramos dos grupos con los cuales dialogamos. Mientras esto sucedía en las regiones rurales, las comunidades llevaban a cabo por vías y caminos y en el casco urbano de Toribio un Acto simbólico en honor a los muertos que dejo hace un año la Chiva Bomba y a todas las víctimas que han dejado los múltiples hostigamientos y por cada conflicto en la zona… unas 150 personas hoy nos levantamos temprano a pintar igual número de muritos blancos (léase muro por muerto), para realizar un plantón, y en cada uno de ellos colocar el nombre de cada persona que ha caído en la guerra. Cada murito blanco se decoraba en símbolo de recordar con papel, su nombre y una flor. Llevamos muchas carteleras alusivas a la paz, a los procesos, a la resistencia; se hizo un trabajo con los niños cuyo resultado fue una inmensa valla donde los niños pusieron las huellas de sus manos en señal de paz y de acompañamiento al proceso de los mayores. Por su parte nuestras autoridades indígenas daban sus saludos de acompañar el evento…”, manifestó el indígena, cuyo nombre no se menciona por razones obvias de garantía a su vida
Agregó que “según el informe que hoy se entregó más de 187 viviendas fueron destruidas tras la explosión de hace un año; más de 100 personas heridas lo cual produjo mucho pánico y miedo sin catarsis aun en la comunidad”.
Es tal el pánico que realmente viven las comunidades un año después que según testimonios que dieron las víctimas en el Acto de Memoria muchas personas se despiertan en las noches a llorar y gritar y muchos incluso huyen en medio de la noche. Otros recuerdan que antes de la fatídica fecha sabían que la tragedia sucedería, pero por miedo a los actores en conflicto no lo dijeron. “Es que en este pueblo decir y saber es sinónimos de perder la vida”, manifiesta el testigo, quien recuerda el caso de una señora que llegó a pedir ayuda porque su hija, un año después, todavía sufre crisis nerviosa, un trastorno sicológico que le hace gritar y salir corriendo… “la afectación no ha pasado…”
En ese momento del lunes, poco antes del mediodía, comunidades enteras bajaban de los resguardos San Francisco, Tacueyo y Toribio para acompañar la marcha que recorrió las calles de este pueblo para rechazar el conflicto… “es cuando el dolor invade la gente y empiezan a destruir las trincheras militares que se levantaban imponentes junto a las casas, destruidas, de la población civil… además la gente tuvo que enfrentarse a la actitud hostil de otros pobladores que les inculpaban responsabilidad, a los indígenas, de cualquier cosa que pudiera ocurrir por la destrucción de las trincheras”, expresa la fuente.
En horas de la tarde de ayer las comunidades al amparo de la Naturaleza y de la Guardia Indígena retomaron fuerzas con el alimento de mediodía y acto seguido se dirigen a las veredas de la parte alta de Toribio a destruir campamentos guerrilleros y encararse con ellos a costa de sus propias vidas. A la hora de publicar esta nota, al alba del martes, es incierta la suerte de las comunidades que buscan expulsar la guerrilla de la zona. La Guardia indígena y comunidades indígenas reunidas en Asamblea Permanente esperaban su retorno para orientar el derrotero a seguir. Mientras tanto la voz del joven que cuenta este relato, se torna grave al señalar “que la guerrilla trata de justificar sus actos violentos, dicen que ‘no tienen la culpa que un tatuco se desvíe, que tampoco son responsables que en 2005 hayan quemado busetas’. Totalmente se lavan las manos. Ahora bien la guerrilla salió de Belén, pero siguen adelante y son territorios indígenas en las veredas El Congo, La Cruz y Tacueyo. ¿Qué nos garantiza que en realidad se vayan de nuestro territorio…? Incluso esta mañana (del lunes) por la zona escuchábamos disparos, lo cual nos deja el mensaje que ellos están por ahí todavía”.
Cabe destacar que han sido también amplios los mensajes y actos de solidaridad civil, ante la difícil situación que viven las comunidades indígenas del norte del departamento del Cauca, recuérdese tal como hemos informado y denunciado en reportes anteriores (y que se pueden consultar en nuestra Web), que el conflicto afectó casi todas las comunidades indígenas de los municipios de Miranda, Suárez, Corinto y Jambaló, entre otros.
En Bogotá, el día lunes por ejemplo, en cabeza de la Minga Social y de Resistencia Comunitaria se realizó un plantón de solidaridad con las comunidades víctimas y de rechazó al conflicto. Mientras que destacados cineastas y/o comunicadores como Martha Rodríguez, Pablo Mora, el indígena arhuaco Amado Villafañe, el Colectivo Daupará, la Consejería de Comunicaciones de la ONIC, otros realizadores independientes y un documentalista de Alaska alertamos la crisis humanitaria que se vive en la región. Martha Rodríguez rechazó el ruin deterioró de la guerra que ha cobrado muchas vidas y se ensaña contra niños y mujeres embarazadas…
Lea Pronunciamiento de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca: Nos declaramos en resistencia permenente hasta que los grupos y ejércitos armados se vayan de nuestra casa.
Comunicación – ONIC
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