Por estos días cuando las comunidades y los pueblos cansados de los abusos y mentiras, nuevamente se levantan contra las injusticias y exigen simplemente respeto, la crueldad y el miedo vuelven a manifestarse en las acciones de los enemigos de la vida que se ensañan con los humildes, con los sabios, con los dignos.

 
Lisandro Tenorio, originario de la vereda Potrerito – Toribío, tierra sagrada del Cerro Mayor. Sabio, consejero y guía del Pueblo Nasa, fue asesinado en la tarde del domingo por dos hombres armados, que llegaron hasta su casa en la vereda El Pílamo del resguardo de López Adentro – Caloto – Cauca. El mayor Lisandro llegaba del río, estaba realizando un ritual de limpieza a un comunero, estaba comunicándose con los espíritus que seguramente le anunciaron su partida de este entorno. Llegó a la casa a las 3 de la tarde, almorzó y se dispuso a salir hacia Santander de Quilichao donde se había comprometido a armonizar (limpieza espiritual) a unos enfermos, estaba alistando las plantas y el fresco (mezcla de las plantas medicinales). “Vi que dos hombres llegaron por el lado de la cocina, llegaron al lado del patio donde mi papá estaba. Le dijeron que lo mataban porque él no les colaboraba e inmediatamente le dispararon en la cabeza. Vi cuando mi papá cayó con las manos extendidas en el suelo y las dos personas se fueron corriendo”, manifestó entre lágrimas su hija María Delia.
 
En el Pueblo Nasa los The Wala (médicos tradicionales) son los guías, los que abren y muestran el camino; protegen, aconsejan y orientan. Son los encargados de mantener el equilibrio y la armonía con los espíritus de la Madre Naturaleza y nosotros sus hijos. Son quienes interpretan las señas (manifestaciones corporales y de la naturaleza), los mensajes de los espíritus y los transmiten. 
 
Asesinar a un The Wala, a un sabio, es un desafío cobarde a la dignidad y a la vida. Es ensañarse contra un anciano, un mayor indefenso imponiendo la fuerza de las armas ante la sabiduría y la conciencia. Es un claro acto de incapacidad y cobardía. 
 
El mayor Lisandro, al igual que su hijo Gerardo quien también es “The Wala”, está amenazado desde hace varios meses. “La guerrilla y el ejército. Los dos nos han amenazado, nos han dicho que iban a acabar con los brujos que no les colaboraban. Aquí han venido los milicianos a que les hagamos rituales para protegerlos del peligro. Yo siempre les digo que el peligro que tienen es la mala decisión que han tomado… ese no es el camino muchachos, cuando recapaciten y decidan volver al camino de la comunidad acogiendo las orientaciones del cabildo, aquí los estaré esperando para ayudarlos… Sé que eso no les ha gustado y se han ido muy molestos” dijo el mayor Gerardo. “A mi papá y a mi, desde hace dos años, la guerrilla nos ha prohibido subir a Toribío. Nosotros siempre hemos acompañado la Guardia Indígena desde lo espiritual por eso nos amenazaron. Sin embargo hemos seguido orientando a las comunidades, las autoridades, la guardia y los líderes porque es la misión que nos ha encomendado la Madre Naturaleza. Por eso mataron a mi papá y seguramente me matarán a mí, pero como decía mi padre: el día que la Madre Naturaleza me llame me encontrarán haciendo lo que los espíritus me han encomendado y con la única defensa que tenemos los The Wala, la hoja sagrada de coca y las plantas en la Yaja (bolso – jigra)” continuó.
 
Lisandro Tenorio inició el trabajo en los años 70 cuando se empezó a conformar el CRIC y los cabildos indígenas, estos inicios fueron también muy duros, en estos tiempos los indígenas eran utilizados por los partidos políticos tradicionales para que solo votaran por los candidatos liberales o conservadores. El mayor Lisandro fue uno de los primeros gobernadores del cabildo de Toribío, empezó como Alguacil Mayor, con el apoyo y orientación de Cristóbal Secue, su cuñado también líder de este territorio. Se destacó por su gran responsabilidad y compromiso, por esta razón lo reconocieron como el mejor guardián cívico en un congreso realizado en Toribío en el año 81. Luego de estar en el cabildo se mantuvo en la comunidad de Potrerito como consejero de las autoridades y como The Wala, guía espiritual del Pueblo Nasa. 
 
“Sena Wèt We`t Finzewà, es la misión de nosotros como The Wala, quiere decir defender el territorio, proteger la vida, mantener la armonía, servir a quien lo necesita y especialmente orientar a los niños. Esa misión era la que cumplía mi papá con los que lo necesitaban, seguramente a quienes les defendió la vida, fueron los que se la quitaron. Me dio mucha tristeza que mi papá se haya ido de esa manera, aunque ya sabíamos que uno de los dos se iba a ir, porque hace cuatro meses las amenazas estaban muy fuertes y nos sentíamos sin salida, yo me había ido a acompañar la comunidad que había salido al encuentro de La María Piendamo y mi papá quedó encargado de cuidar el territorio”, manifestó su hijo el Mayor Gerardo. 
 
Luego continuó su relato diciendo “Al regresarme de La María Piendamó, el reflejo del rayo al lado izquierdo me indicó que mi papá ya había partido a otro espacio, cuando llegué a la casa al ver su sangre mezclándose con la Madre Tierra, armonicé su cuerpo y su espíritu con un ritual especial de limpieza para apaciguar los espíritus que estaban molestos y abrir el camino para el regreso de mi papá al seno de la Madre Tierra. Nosotros somos parte de la Madre Tierra, nuestro cuerpo es la ofrenda por eso tenemos que irnos limpios”
 
Nuestro territorio se desarmoniza cuando asesinan a nuestro pueblo y cuando explotan a la Madre Tierra. Pero la resistencia y la conciencia del Pueblo Nasa han permitido seguir con la defensa de la vida toda. Los que cometieron el asesinato del Mayor Lisandro, no le hacen daño solamente a su familia sino a todo el Pueblo Nasa. Exigimos que se investigue y se castigue a los asesinos de nuestro guía espiritual. La muerte venga de donde venga y la destrucción de la Madre Tierra son el despojo de los pueblos indígenas, campesinos y afros, donde los que se benefician son las grandes transnacionales.
 
Los grupos armados están desarmados de razones, sus acciones no tienen fundamentos ni justificación alguna. Sus instrumentos son las amenazas, los señalamientos y la muerte. El miedo que sienten ante la verdad y la conciencia lo expresan con hechos de crueldad, asesinando sabios, violando mujeres, sometiendo niños. Que cobardes son los actores de la guerra.
 
Para los pueblos indígenas y entre ellos los nasas, la muerte es simplemente el paso al espacio de la vida espiritual donde se sigue sin cansancio el trabajo con la comunidad. Por eso la decisión es que el Mayor Lisandro se rencuentre con la Madre Tierra en la zona plana de la comunidad de López Adentro, cerca a los cañaduzales para seguir atento y vigilante de las acciones promovidas por los industriales y los grupos armados  en contra de la comunidad y de la vida. Así como el mayor Lisandro, también las comunidades seguimos vigilantes, atentos sin cansarnos, ni rendirnos. Exigiendo respeto por los pueblos dignos.
 
Tejido de Comunicación – ACIN
tejidocomunicacion@gmail.com