En la Junta Directiva del Consejo Regional indígena del Cauca- CRIC, realizada el 23 de febrero, en la María-Piendamó sitio de  convivencia, diálogo y negociación, las  comunidades de distintas zonas del Cauca  se repartieron en cuatro  comisiones para trabajar  “cuatro preguntas para analizar las problemáticas actuales de los pueblos indígenas”. 

 

Unas de estas preguntas fue: ¿Cómo incidir para que la mesa de negociaciones de paz en la Habana – Cuba, garantice el dialogo con los pueblos indígenas? La respuesta que dieron los participantes fue muy  concreta, señalaron  que la propuesta que dieron algunos líderes de incidir en la mesas de negociaciones de paz entre el gobierno y las guerrillas de las FARC sonaba de forma interesada, porque no es posible  participar en estos diálogos sin tener propuestas que sean construidas de forma consulta y por las bases, en este sentido es mejor exigir a los actores armados y el capital transnacional  que respeten los  territorios en vez de incidir en la mesa que no aborda la crisis del sistema capitalista. 

 
Existe otro punto que molesta a la comunidad de base y es que ya ha habido algunos líderes que  han participado en las Mesas de Negociaciones de Paz sin el consentimiento de la comunidad, por ello un comunero menciona: “No tiene sentido  ir de tan lejos, para sólo tomarse foto con Timochenco”.
 
La gente que ha vivido el conflicto armado dentro de los territorios  dice que la paz debe ser con la sociedad y no con los grupos armados, por ello proponen que no es necesario querer  incidir en las Mesas de Negociaciones, cuando ya existe el sitio de  Dialogo, Convivencia y Negociación en La María – Piendamo.
 
Por otro lado mencionan que para hablar del tema de paz, tiene que haber unidad de criterio con todas las comunidades de las distintas zonas del Cauca y definir ¿Qué es la paz?, entendiéndola desde un  concepto propio con, desde y para  los pueblos originarios. Pero esta propuesta que ya vienen trabajando los pueblos no se construye solo entre indígenas, es necesaria la unidad de los campesinos, negros, indígenas, sectores urbanos, no solo en Colombia sino en todo el mundo. 
 
Por consiguiente dicen que las propuestas de armonía de las comunidades indígenas ya existen, que nacieron en el año 1971 con los siete puntos de  la plataforma de lucha del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) y con  los principios de Unidad, Tierra, Cultura y Autonomía. 
 
De la misma forma la comunidad menciona que mientras se habla de paz en la Habana-Cuba, gobierno y guerrillas en nuestro territorio no han parado la violencia contra el pueblo indígena, porque aunque parece que la violencia ha cesado, la comunidad sigue siendo víctima de muerte, persecuciones, amenazas y judicialización. A esto la gente lo ha llamado guerra sistemática, consecuencia de dichas negociaciones y del posconflicto que llegará con la firma de los cuerdos. Esta paz que se negocia y se vende al capitalismo sabe muy bien que la guerra no era contra la insurgencia sino contra los pueblos que luchan y resisten con dignidad.   
 
Es así que  desde el año  2013 fecha en que se inició el proceso de  diálogos entre guerrilla y gobierno, en muchas regiones del país han dejado de sonar los bombazos y los disparos de los fusiles, pero en nuestras comunidades indígenas los asesinatos han continuado, solo en el norte del Cauca han sido ejecutados diez líderes indígenas cuyo desempeño era orientar a la comunidad y defender la vida.
 
Para la muestra un botón, a pocos días  de firmarse  los acuerdos de paz en la Habana-Cuba, fue asesinado el dos de marzo el señor Williar Alexander Oimé Alarcón, gobernador del Cabildo indígena Yanacona de Rioblanco, municipio de Sotará, hecho  ocurrido en el centro de la ciudad de Popayán. Esta muerte conmocionó a la comunidad Caucana quienes acompañaron en la despedida final a William, entendiendo claramente que  detrás del  blanco de la paz existe un mundo oscuro de muerte, despojo, terror y guerra.
 
También es paradójico que en un contexto donde se habla de paz, las amenazas contra nuestros líderes indígenas produzcan tanta sobra en la comunidad. La intimidación contra el pueblo que lucha por la vida ha sido tan fuerte que no es más que un desprecio  crónico contra el pueblo indígena; es   tanto el ultraje que en el norte del Cauca han llegado al punto de ofrecer cuantiosas sumas de dinero para asesinar originarios Nasas que luchan por la libertada de la Madre Tierra, especificarte en  Corinto y el resguardó indígena de Huellas-Caloto…
 
Hablando de muerte, judicializaciones, amenazas, militarización, exterminio, despojo, terror y guerra; se ha notado que en nuestras comunidades cuando asesinan un indígena o campesino el pueblo se levanta, alza la voz en rechazó de la violencia sistemática, es mínimamente más visibles por su capacidad de lucha, pero si miramos a la comunidad afro-descendiente desde que inició el proceso de paz ¿cuantas muertes, amenazas y desplazamiento habrán tenido? Si tan solo en estas últimas  tres semanas han ocurrido seis asesinatos, de los cuales nadie habla y de los que muy poco se conocen.
 
En fin, la propuesta de paz (armonía) para el indígena sigue siendo la  Unidad, Tierra, Cultura y Autonomía, mirada desde  la óptica del año 1971, principios del Consejo Regional indígena del Cauca CRIC, nacidos y pensados desde el corazón, con el sentido profundo de armonía y arraigo a la tierra, con la sabiduría para que perdurara su raza y su cultura en el tiempo.
 
Del mismo modo lo han planteado cinco comunidades en el norte del Cauca, quienes  hacen de la palabra una acción y ponen en marcha el mandato  de liberar la Madre Tierra. En este sentido, se trata de luchar, trabajar y repensar que la paz del gobierno y la guerrilla es un término artificial, porque para el pueblo Nasa es la armonía y el equilibrio del hombre y naturaleza. Para el pueblo, la paz no son bases militares para intimidar a la población, no son indios, campesinos  y afros sin tierra, no es la muerte de niños a causa del hambre y la pobreza en el país, no es la  venta de la Madre Tierra a las empresas extractivitas, no es la salud y la educación convertidas en un negocio que favorece a los más ricos del país y del mundo y empobrecen a los más necesitados en las regiones de Colombia.      
 
A medidos del 2015, con la arremetida del Escuadrón Móvil Antidisturbios ESMAD dañaron más de cuarenta hectáreas de maíz sembrado en las fincas en proceso de liberación en Corinto, con esto queda demostrado que capitalista prefiere alimentar su maquinaria a que haya comida para  las comunidades. Un comunero decía “que la paz  era tierra para el Nasa, ver crecer y poder cosechar con tranquilidad su comida, libera la Madre Tierra para ver crecer y florecer los arboles donde hasta el momento salo hay caña y contaminación”.
 
Por eso en estos 45 años de lucha del CRIC retomamos estas palabras de los compañeros y compañeras zapatistas “no teman quedarse solos de quienes nunca han estado en verdad con ustedes. Son ellos y ellas quienes no lo merecen. Quienes llegan a su dolor como un espectáculo ajeno, que gusta o que disgusta, pero del que no será parte real. No teman ser abandonados por quienes pretenden no acompañarlos y apoyarlos, sino administrarlos, domarlos, rendirlos, usarlos y, después desecharlos.
 
Teman, sí, olvidar su causa, dejar caer su Lucha
 
Video: Opinión  frete al proceso de paz en la Habana-Cuba, “no es consecuente con la paz que quiere las comunidades indígenas”. 
Video:  
 
 
Nely Suca comunera de Coconuco: reflexión  sobre el proceso de paz   

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Por: Estudiante de Comunicación Propia, Universidad Autónoma  Indígena  Intercultural –UAIIN
Editor: Tejido de Comunicación del Pueblo Nasa -ACIN