Los niños, las mujeres y los ancianos de San Juan Copala sienten alegría en su corazón y agradecen la presencia de todos ustedes que dejan su quehacer diario por estar aquí, y por los que sin estar físicamente, también están a través de su solidaridad en los alimentos que nos envían, en la oración, en las manifestaciones y bloqueos, y que son tan importantes para nosotros en estos momentos.
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