[ 07/25/2010] [ Fuente: Colectivo Minga de Pensamiento/Universidad del Valle ] [ Autor: Felipe Vidal Velasco]

En este texto ofrezco una interpretación de la vida social estadounidense, partiendo del documental ganador del premio Oscar “Bowling for Columbine”, dirigido por Michael Moore*.

Esta investigación audiovisual tiene una intención en particular: mostrar la facilidad que tiene los ciudadanos de Estados Unidos para adquirir armas de fuego y la relación de este fenómeno con los actos violentos que ocurren al interior de ese país, en especial, con lo ocurrido en la escuela secundaria Columbine.

El documental inicia mostrando a la gran potencia economía y militar llamada Estados Unidos de América, como lo hace cualquier medio televisivo diariamente: ciudades enormes y modernas, personas trabajando o estudiando, el comercio activo las 24 horas… en fin: el sueño americano.

¿Hay algo detrás de ese sueño?

Tras la masacre ocurrida en la secundaria de Columbine, en la cual unos estudiantes asesinaron varios de sus compañeros y profesores con armas automáticas, adquiridas legalmente en el almacén Walmart de la ciudad de Littleton, Moore se pregunta ¿cómo los ciudadanos norteamericanos le dan sentido al uso exagerado de armas y cómo se interpretan tales actos de violencia?. Con la ayuda de un camarógrafo y preguntas abiertas, el cineasta observa que comprar armas o municiones en Estados Unidos no tiene ninguna complicación, por el contrario, existen ‘distribuidores’ autorizados en muchos sitios del país.

Moore se da cuenta que en el país del norte hay ciertos Estados los cuales son más propensos al uso de las armas por parte de sus habitantes (por ej. Michigan). Esa afición por las armas no es algo que esté de moda, todo lo contrario, es una tradición de comportamiento(1) que por muchos años se ha mantenido en algunos rincones del país. Según los nativos de aquellas regiones, esa tradición tiene explicación, en primer lugar por la propensión hacia la caza, y en segundo lugar porque las personas se sienten más seguras usando armas. Es más, se evidencia un discurso ‘pro-armas’, el cual es defendido por una asociación privada llamada: Asociación Nacional del Rifle. Discurso que defiende el uso de armas entre los ciudadanos para su auto-protección y para la cacería.

Michael Moore observa que las personas no sólo se sienten seguras usando armas, también recurren a gran cantidad de métodos para mantenerse a salvo de los peligros de las calles. El documental muestra cómo es la seguridad en los hogares comunes norteamericanos: alarmas, puertas de seguridad, sótanos, rejas, etc. El temor, el cual es un ‘sentido colectivo’ que las personas mantienen, crea realidades, de tal manera que las viviendas son transformadas materialmente en un sitio ‘seguro’.

A pesar de la virtual seguridad que rodea a los ciudadanos estadounidenses, permanecen muchas inquietudes: ¿por qué continúan ocurriendo tantos hechos violentos al interior de éste país? ¿por qué esos actos de violencia los cometen los mismos habitantes norteamericanos?

Moore intenta descifrar uno de los discursos(2) que impera en esta gran potencia mundial: la coerción militar mediante las armas de destrucción masiva. Discurso que es legitimado por el Estado norteamericano en el momento de invadir o atacar a otros Estados enemigos en nombre de la ‘prevención’ del terrorismo y la seguridad nacional y/o mundial (se mantiene la lógica amigo-enemigo 3).

Por el motivo anterior, el ciudadano estadounidense convive con representaciones sociales ligadas a las armas, significándolas como la manera adecuada (y única) para defenderse del enemigo. Además de eso, el ciudadano de los Estados Unidos no sólo pertenece subjetivamente a esas lógicas belicistas, también pertenece tangiblemente, puesto que una de las mayores fuentes de empleo en ese país son las transnacionales que fabrican armas.

Las relaciones internacionales norteamericanas se exponen magistralmente en el documental. Moore hace un recorrido histórico de aproximadamente 60 años y muestra cómo la lógica en estas relaciones (conflictivas) no ha sido para nada simétrica, irrespetándose tanto acuerdos entre naciones como los Derechos Humanos. También se descubre que el mismo día en que ocurrió la masacre en la secundaria de Columbine, paralelamente, Estados Unidos realizaba su más importante ataque militar sobre Kosovo. Tal situación nos pone de acuerdo con algo: el ciudadano norteamericano, día tras día, convive entre los temores que ocasionan los conflictos socio-políticos y militares.

Noticias llamativas… noticias de consumo

Surge otra pregunta: ¿qué motiva a los medios de comunicación estadounidenses, para preferir mostrar, en sus informativos, actos de violencia al interior de las ciudades?  – En este momento particular de la investigación, debe hacerse una claridad. La sociedad norteamericana gira en torno al Capitalismo, lo cual significa que entre los sujetos se producen, circulan y se consumen no sólo bienes materiales, sino también, bienes simbólicos(4) con finalidades comerciales. Los bienes simbólicos están sujetos a las lógicas del mercado y a un interés particular: que sean de consumo masivo. Un claro ejemplo de ello son las noticias ‘primetime’ que ofrecen los medios de comunicación.

Indagando a los mismos periodistas, Moore evidencia que para los medios de comunicación existen algunas noticias llamativas, las cuales se convierten en bienes de consumo, y esos bienes de consumo crean rating, y ese rating significa que las élites que dominan los medios obtendrán ganancias extra. En este sentido, puede decirse que hay noticias de primera, de segunda y hasta de tercera categoría. Moore descubre que la primera categoría corresponde, indiscutiblemente, a los actos violentos cometidos por inmigrantes, preferiblemente afro-americanos y latinos. La segunda categoría corresponde a las noticias de farándula, exaltando la ‘encantadora’ forma de vida en Hollywood. Debido a su poco rating, las noticias sobre los problemas sociales en los Estados Unidos quedan relegadas a una tercera categoría.

Indiscutiblemente, las noticias en los Estados Unidos se eligen de acuerdo a lógicas económicas de costo-beneficio. Es utópico pensar que los medios prestan un servicio social, puesto que para ellos todo se reduce a una máxima: sacar el mayor provecho de la violencia callejera. Aquí se observa cómo la economía, la política y la cultura, concebidas como estructuras de las relaciones sociales, interactúan de manera reciproca(5). Pero, la economía (y su racionalidad instrumental) queriendo monopolizar a las otras.

Continuando, se revela que los medios de comunicación quieren encontrar el ‘culpable’ de la violencia en los Estados Unidos. Con lo cual sólo se logra polarizar los discursos cotidianos entre los ciudadanos: se crean imaginarios sociales ambiguos, uno de los cuales dice que el problema son las culturas ‘disidentes’ juveniles (en especial los jóvenes afro-americanos), que están cargadas de mensajes violentos y anárquicos. Por otro lado, los jóvenes dicen que la culpabilidad recae en los adultos, porque ejercen mucha presión, creando temores y estrés.

Ante tal ambigüedad, Michael Moore desvía un poco su perspectiva de análisis y se centra en comparar la sociedad estadounidense con la forma de vida en otras sociedades desarrolladas, tales como Inglaterra, Francia, Alemania, Canadá o Japón. En el documental se intenta identificar una posible explicación para el comportamiento de la sociedad norteamericana; no obstante, se observa que uno de los efectos de los procesos de globalización es que ha conseguido crear una ‘unidad’ en tanto a los códigos culturales que reciben (y consumen) los sujetos alrededor del planeta.

Los sujetos, sin importar su lugar de procedencia o posición socioeconómica, cotidianamente reciben información similar a la que circula en los Estados Unidos, participan de ‘estructuras sociales’(6) que a la par, existen en los Estados Unidos. De tal forma que nace otra pregunta: ¿en qué se diferencia Estados Unidos?  ¿son individuos de naturaleza homicida?

El cineasta hace un bosquejo de lo que ha sido la historia de los Estados Unidos desde las migraciones inglesas. Gracias a ese recorrido histórico, se identifica la principal distinción que ha caracterizado al ciudadano estadounidense: el temor.  Para corroborar la hipótesis de que el temor es lo que diferencia la sociedad norteamericana, viaja a varias ciudades de Canadá. Mediante entrevistas logra captar cómo los conceptos se resignifican de una cultura a otra, ya que, siendo Canadá un país con unas condiciones socioeconómicas similares a las de Estados Unidos (hay desempleo, migraciones, pobreza, etc) no existe el imaginario colectivo del temor ni de la inseguridad.

¿Por qué Canadá es diferente? -la respuesta resulta simple: en Canadá, los medios de comunicación y los discursos políticos no promueven el miedo entre los ciudadanos… existe un discurso más tolerante y con alto contenido humanista.

El sueño se convierte en pesadilla

Finalmente se ha logrado encontrar una de las distinciones de la sociedad estadounidense. El temor colectivo sirve para dominar política, económica y culturalmente a los ciudadanos. Históricamente ese temor ha sido explotado por el Estado, el documental muestra cómo por medio de ese sentimiento colectivo se han legitimado e institucionalizado leyes que discriminan a los extranjeros, se oficializan y se toleran actos violentos en contra de las minorías étnicas, como ocurrió a finales del siglo XIX con el Ku Klux Klan (7).

Paralelamente, las minorías étnicas en Estados Unidos conviven con otros inconvenientes que no son motivo de preocupación para los mass media. Moore viaja a los ‘rincones olvidados’ de este país y se encuentra con una especie de sociedad alterna, la cual sufre el problema de la segregación (en todas las facetas), la pobreza y el difícil acceso a los servicios públicos. Esto, lógicamente ahonda el problema social norteamericano.

¿Quiénes son los beneficiados de todo esto? -parece que Moore ha encontrado una respuesta: si se mantiene asustadas a millones de personas, consumirán. Si consumen, entonces los empresarios ganan billones de dólares y Estados Unidos sigue siendo potencia económica mundial. Si siguen existiendo minorías étnicas y pobreza, entonces los grandes empresarios tendrán mano de obra a bajo costo y manipulable políticamente.

Mientras exista el miedo colectivo y personas con calidad de vida precaria, fácilmente se mantendrá el status quo por medio del poder político. Eso lo saben muy bien los gobiernos y las transnacionales.

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Notas:
(1) John Pocock, La Historia del Pensamiento Político. Retomo este autor para definir tradición de comportamiento, con lo cual se refiere a la idiosincrasia, el habla y pensamientos heredados de una sociedad especifica.
(2) Clifford Geertz, La interpretación de las culturas. Según este autor, los discursos sociales surgen de la conceptualización de los fenómenos sociales realizados con base en las teorías y análisis etnográfico.
(3) Aquí utilizo el concepto del alemán Carl Schmitt.
(4) Jaime Eduardo Jaramillo, Los estudios sobre la cultura: hacia un paradigma emergente. Este autor explica que las instituciones que generan sentidos y significaciones entre los sujetos, en realidad buscan conseguir el monopolio de la producción, la circulación y el consumo de bienes simbólicos.
(5) Jaime Eduardo Jaramillo, ídem, p. 32.
(6) Clifford Geertz, op. cit. Para Geertz, existen una multiplicidad de estructuras conceptuales, cada una de ellas dando cuenta de los sistemas simbólicos de un modo de vida en particular.
(7) Aquí intento relacionar lo que dice Jaime Eduardo Jaramillo cuando evidencia que existe un conflicto entre lo considerado legitimo por algunos grupos sociales y lo que es legal para las instituciones, creándose una disyunción entre ley y cultura.
(*) Trailer oficial: http://www.youtube.com/watch?v=kSn5UEiovxo

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