Este encuentro ve hoy más que nunca cómo la amenaza de guerra mundial resuena y se impone ya en distintas geografías y la humanidad está en la encrucijada de su  sobrevivencia y la de otras formas de vida aún existentes.  Este  encuentro se realiza en un momento en el que el imperialismo norteamericano está diseñando y ejecutando estrategias agresivas  de recolonización para reposicionarse y tratar de recuperar la gran crisis de su sistema capitalista.

 

La resistencia de las mujeres y los pueblos posibilitará que la madre tierra y la vida humana se preserven por siempre

Colombia se vistió de rostros de mujer, rostros de niñas y niños, de rostros de hombres; los rostros de  los pueblos, quienes llenas y  llenos  de  esperanzas, sueños, experiencias,  luchas y  resistencias, participamos llegadas y llegados  desde  la Argentina, Paraguay, Brasil, Perú, Ecuador, Venezuela,  el Salvador, Honduras, Haití, Guatemala, Cuba, México, Estados Unidos, Canadá, España, Francia, Italia, Bélgica, Alemania; como también desde los rincones de  Colombia sus departamentos y regiones de Nariño, Cauca, Valle, Huila, Chocó, Antioquia, Tolima, Cundinamarca, Bogotá, Magdalena medio, Bolívar, Santander, Norte de Santander, Arauca, Atlántico; para  participar decida y alegremente en el Encuentro  Internacional de Mujeres y Pueblos de las Américas  contra la Militarización desde 16 al 23 de agosto.

Este encuentro ve hoy más que nunca cómo la amenaza de guerra mundial resuena y se impone ya en distintas geografías y la humanidad está en la encrucijada de su  sobrevivencia y la de otras formas de vida aún existentes.  Este  encuentro se realiza en un momento en el que el imperialismo norteamericano está diseñando y ejecutando estrategias agresivas  de recolonización para reposicionarse y tratar de recuperar la gran crisis de su sistema capitalista.  El despojo de las riquezas de los pueblos y la violación a los derechos humanos de mano de la militarización son el camino que han definido, utilizando para ello los medios de comunicación masiva como el amarre ideológico y cultural.

Colombia es un extenso  territorio con riquezas minerales, petróleo, fuentes de energía, agua, biodiversidad, flora, fauna, saber tradicional y ancestral de los pueblos indígenas, negros y campesinos; hoy muy codiciados  y explotados por las  empresas transnacionales que solo se interesan en sus vergonzosas e inhumanas  ganancias,  para lo cual alientan y fortalecen estos procesos de militarización, guerra, desarraigo, despojo y muerte dañinos a los pueblos y  sus territorios; esta lógica dominante extendida y aplicada  en toda nuestra América.

El país está conformado por una gran  diversidad  de  pueblos indígenas, afrodescendientes, mestizos,  comunidades campesinas  y  poblaciones urbanas cansadas de la guerra y la violencia que afecta al país desde hace más de 50  años y que ha causado cuatro millones y medio de desplazadas y desplazados y miles de personas asesinadas, desaparecidas y encarceladas. Estas comunidades y pueblos resisten de manera valiente y creativa, a través de procesos de soberanía de cuerpos, territorios y alimentos;  afirmándose en sus propias y diversas identidades organizativas, culturales, espirituales y de cosmovisión; proponiendo como eje la unidad y la búsqueda e implementación de la vida digna, la autonomía, autodeterminación y soberanía.

Las mujeres, protagonistas de estos procesos, han sido y siguen siendo la fortaleza de sus pueblos a pesar de seguir recibiendo el impacto directo de la violencia, la pobreza, la exclusión y la discriminación, que en el caso de los conflictos sociales, políticos, económicos y armados significa explotación,  miseria, violaciones sexuales, violación a su libertad sexual,  y  a otros derechos humanos básicos, implementando también el desarraigo, la persecución y la  muerte.

El encuentro posibilitó que se organizaran misiones humanitarias de solidaridad hacia distintas regiones del país,  que han permitido el intercambio de experiencias, vivencias y reflexiones entre las personas participantes, las mujeres, los pueblos, las comunidades rurales y urbanas colombianas. En estas visitas se pudo no sólo entender la realidad concreta sino darle rostro y nombres a quienes han enfrentado  el proyecto de la militarización y la resistencia en sus territorios y vidas cotidianas, también los intereses económicos y geoestratégicos que se defienden. Esta oportunidad  permite a la comunidad internacional continuar denunciando la terrible violación a los derechos humanos,  que en Colombia adquiere niveles de perversión en prácticas como los falsos positivos, que son vinculaciones de personas inocentes con elementos que justifiquen el asesinato, y encarcelamiento,  la desaparición forzada, y desplazamiento  con lo que se demuestra que en este país no se está viviendo el postconflicto, como  hoy lo asegura el gobierno.

Durante dos días se  intercambiaron las experiencias de resistencia de las mujeres y de los pueblos de Colombia y el continente; se denunció el impacto de la militarización; se reafirmó la convicción de que estamos cansadas y cansados de la opresión, la explotación y la cultura de la muerte del capitalismo patriarcal y racista.

Desde este encuentro, en el ánimo colectivo de justicia, respeto y solidaridad continental  hablamos al mundo para reiterar nuestro compromiso como mujeres y pueblos contra la militarización, y nos posicionamos para: 

Luchar por justicia hacia las mujeres y que se pare la violencia, la intimidación, el control  y la utilización de las mujeres como botín de guerra.

Rechazar con energía la estrategia imperialista de los Estados Unidos para militarizar las vidas, territorios y deseos que  busca controlar las riquezas de los países y las consciencias. Decimos Fuera Bases militares yanquis de América Latina y del Caribe.

Rechazar la presencia de bases norteamericanas en nuestros países y territorios exigiendo su retiro inmediato.

Luchar  contra la injerencia de ejércitos de ocupación como la MINUSTAH  en Haití.

Luchar  por el cierre de las bases militares en toda nuestra Abya Yala, contra los megaproyectos de energía, explotación petrolera, minera, la privatización del agua, y el despojo de territorios que favorecen  hoy a las grandes empresas  transnacionales.

Rechazar la amenaza inminente intervención militar en Costa Rica con más de 7000 efectivos militares y 46 buques de guerra de los Estados Unidos.

Rechazamos los intentos de desestabilizar  el gobierno legítimo  y las provocaciones reiteradas contra el pueblo de la republica Bolivariana de  Venezuela.

Reiterar nuestra solidaridad con la resistencia nacional de Honduras, aglutinada en el FNRP, quienes enfilan su  política  y   acción hacia el proyecto de refundación nacional, y en lo inmediato a una convocatoria de Asamblea Nacional Constituyente Popular y Democrática por ello  llamamos también a los gobiernos estados y pueblos del mundo  a no reconocer el régimen de Porfirio Lobo, quien es el  continuador del golpe de estado y de las políticas de violación a los derechos humanos contra el pueblo hondureño que se mantiene en lucha.

Repudiar la criminalización de la lucha de los pueblos que significa muerte y represión contra mujeres y hombres y sus procesos organizativos.

Rechazar la política antiinmigrante que hoy se impone en los estados unidos fortaleciendo la lucha contra el muro.

Rechazar el nombramiento de Alvaro Uribe Vélez para la comisión de investigación por el crimen cometido con las brigadas de solidaridad con el pueblo palestino por el gobierno israelí.

Continuar en la lucha por la liberación de los cinco hermanos cubanos hoy presos injustamente en cárceles de  los Estados  Unidos.

Respaldar  a la acción en la  republica del Congo de la Marcha Mundial de Mujeres para el 17de octubre.

Acogemos el 10 de diciembre como el día de lucha continental contra las bases militares extranjeras.

Acogemos lo mandatado por la asamblea de los movimientos sociales en el IV Foro Social de las Américas realizado en Paraguay. Igualmente lo mandatado en el I y II encuentros hemisféricos contra la militarización Chiapas y Honduras.

Nos comprometemos a dinamizar e impulsar el IV Encuentro continental hemisférico contra la militarización.

Nos vinculamos a la campaña contra la militarización que se articula continentalmente.

Para el caso colombiano llamamos  y proponemos al continente  ya al mundo:

Mantener  firme la propuesta de solución política y negociada al conflicto social y  armado interno que tiene Colombia.

Fortalecer y reconstruir los movimientos sociales como sujetos   políticos fundamentales para la paz

Impulsar dinamizar y apoyar la corte  mujeres y de pueblos desde lo local, regional nacional e internacional en la recuperación de la memoria por la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición.

Incentivar la unidad, el fortalecimiento de la concientización, la organización, la comunicación alternativa  y la movilización como elementos importantes de autonomía lucha y resistencia.

Participar y acompañar   la realización del congreso de los pueblos convocado desde la minga nacional de resistencia social  y comunitaria para los días 8 a12 de octubre del 2010.

Hoy reafirmamos nuestro compromiso por la vida digna, la defensa  de nuestros territorios, la soberanía, autonomía, autodeterminación, cultura y ancestralidad como movimientos sociales entendiendo que la lucha contra la militarización y las bases militares es un pilar fundamental para la paz.

Mi cuerpo es mi casa
Mi casa es mi territorio
Mi territorio es mi patria
Mi patria es mi continente.

Barrancabermeja, Colombia, 23 de agosto de 2010.

En la base militar de Palenquero 2500 mujeres dijeron no a las bases militares gringas en Colombia

Video de la Marcha de la luz, 21 de agosto en Barrancabermeja

 

[ Fuente: ALAI, América Latina en Movimiento ] [ Autor: Movimiento de Mujeres encontra de la guerra]