Es tiempo de que los pueblos y naciones originarias de un gran salto por apropiarse de una iniciativa constructora de la infraestructura comunicativa en México y en cada país. La comunicación de nuestros pueblos no puede continuar existiendo a la sombra de las grandes trasnacionales y sus apéndices de la comunicación.

SALUDO DESDE OAXACA A LA CUMBRE CONTINENTAL DE COMUNICACIÓN INDIGENA EN COLOMBIA

Herman@s comunicadores indígenas

Desde la fundación la Agencia Internacional de Prensa India en 1992, donde confluyeron importantes experiencia de comunicación indígenas de todo el Continente americano en el primer Congreso Internacional de Prensa india, donde participó Binigulzáa, se establecieron las bases y compromisos para caminar en la creación y promoción de medios de comunicación que difundieran las aspiraciones y la realidad en la que viven las naciones originarias de México y América. Hoy a casi 20 años vemos importantes avances en este terreno del movimiento indígena en su conjunto, sin embargo los esfuerzos se mantienen desarticulados y la mayoría sobreviven con grandes esfuerzos, ya sea por la falta de recursos económicos, técnicos y humanos, así como por las constantes amenazas y agresiones que son objeto de sectores del Estado, caciques locales o particulares que se sienten afectados por el trabajo que realizan los compañeros comunicadores indígenas.

En Oaxaca, como en otros estados del país, las agresiones a periodistas y activistas que defienden los derechos de los pueblos indígenas son una constante, sin que las autoridades hagan algo por profundizar las investigaciones y detener a los responsables, dejando estos crímenes y ataques en la impunidad como si fuero lo más natural.

Los medios de comunicación privados o públicos, poco o nada hacen por denunciar estos atropellos y sólo explotan la nota roja o amarilla para incrementar sus ventas; los periodistas de estos medios, juzgan e interpretan la información según sus intereses y conveniencias. Los otros medios alternativos no indígenas o indígenas (radios comunitarios, videos o internet) cubren un entorno limitado en el mayor de los casos, que no incide en el grueso de la población, haciendo que los esfuerzos de los realizadores se diluya ante los grandes medios masivos que avasallan a la sociedad nacional, distorsionando, en la mayoría de los casos, la realidad nacional, a favor de los intereses privados o de la clase gobernante.

EL CENTRO DE COMUNICACIÓN NACIONAL DE LOS PUEBLOS

Ya desde varios años atrás se había platicado la posibilidad de la fundación de un Centro Nacional de Comunicación de los Pueblos Originarios, en el se buscaría se involucraran para su construcción y equipamiento, el Congreso de la Unión y los Congresos locales, el Senado y las Secretarias de Estado, así como las más importantes universidades y centros de investigación del país, organismos internacionales (ONU, UNESCO, OIT, FAO, etc.). En el equipamiento y capacitación su promoviera la participación de los medios de comunicación públicos y privados (radio, TV, prensa escrita y digital), que permitiera establecer un complejo de comunicación de alto nivel, que sea capaz de atender las necesidades locales, regionales y nacionales, en los diferentes ámbitos de la comunicación, a través de una red nacional que establezca las condiciones para que los pueblos indígenas tengan su propio canal nacional de TV, con diferentes repetidoras y productoras locales, así como contar con un periódico y/o revista de circulación nacional y publicaciones locales, según las lenguas, necesidades y capacidades propias. En cuanto a la radio es necesario contar con un sistema de radiodifusoras en todo el país que tengan la capacidad de enlazarse nacionalmente, en cuyo centro se tenga la tecnología para producir, editar, capacitar y trasmitir a través de sus propias frecuencias. Por último, se pensó que es necesario y urgente que los pueblos indígenas cuenten con su propio servidor en la red del ciberespacio. Todo ello fuera del ámbito y control estatal, bajo una dirección de los propios comunicadores indígena, al lado de sus autoridades tradicionales.

Todo este aparato cabría en un complejo arquitectónico donde los trabajadores que converjan de los diversos pueblos, en este quehacer, cuenten con alojamiento y asistencia, durante el tiempo que requieran. Se pretende que este edificio este dotado con aulas, talleres y auditorios para encuentros y exhibiciones al público. Sabemos que en nuestro país las leyes son letras muertas. Pues a más de 10 años de las reformas constitucionales en materia de derecho y cultura indígena, la situación de los pueblos indígenas en el país continúan igual y en algunas regiones a empeorado.

DOS RUTAS SIMULTÁNEAS

Por ello hemos propuesto, dentro de AIPIN, el trabajar al mismo tiempo en las dos rutas: Definir hasta dónde y cómo queremos llegar a lograr estas metas, para trabajar en la búsqueda de las fuentes de financiamiento profesionalización, así como continuar avanzando haciendo trasmisiones o publicando; al mismo tiempo continuar trabajando y cabildeando en los temas legislativos, jurídicos y legales, tanto para construir el aparato, como para la defensa, protección de los periodistas indígenas y profundizar en las investigación de cada caso, que el Estado ha soslayado.

En este último terreno es esencial el crear puentes de solidaridad con otros sectores del país afectados por el abuso del poder, la hegemonía cultural; desarrollar redes y medios de información cimentados en alianzas con sectores sociales marginados y atropellados por el gran capital y sus gobiernos. Desarrollar la profesionalización de los comunicadores en los diferentes quehaceres comunicativos. En los últimos años hemos visto experiencias particulares, que ha nombre de los pueblos indígenas, han favorecido la intervención del Estado y sus fuerzas represivas, para golpear y desmantelar el  movimiento de resistencia indígena y/o social.

En los innumerables encuentros, congresos, foros, simposios y reuniones, las discusiones se han quedado en denuncias, proclamas y muy buenos intentos, pero poco se ha avanzado en la práctica. Muchos proyectos han quedado en el camino, otros se han mantenido por casi veinte años, pero han sido esfuerzos excepcionales, como el de AIPIN; también han surgido nuevas experiencias, sobre todo con las radios comunitarias, pero todas estas iniciativas permanecen desarticuladas, a veces por la desconfianza generada por las experiencias de organismos oportunistas surgidas después de 1992, donde el protagonismo de algunos personajes, dio al traste los esfuerzos y sueños colectivos de los pueblos indígenas surgidos en cualquier rincón del país y del Continente. Por ello es importante retomar todas esas experiencias para reconstituir nuevamente las bases de este gran esfuerzo, centralizando las principales tareas en equipos de periodistas y comunicadores de confianza probada.

LA RECONQUISTA INDIGENA DEL TIEMPO Y EL ESPACIO COMUNICATIVO

Es tiempo de que los pueblos y naciones originarias de un gran salto por apropiarse de una iniciativa constructora de la infraestructura comunicativa en México y en cada país. La comunicación de nuestros pueblos no puede continuar existiendo a la sombra de las grandes trasnacionales y sus apéndices de la comunicación. Salir de la comunicación marginal e incidir en la población indígena y no indígena del Continente es el gran reto que se tiene que imponer esta Cumbre Continental de Comunicación.

Basta de conformarse con las migajas que el gran capital tira de la mesa a través de sus fundaciones para mantener a los pueblos indígenas y a sus organismos amarrados con la longaniza de la doble moral que caracteriza la ideología de occidente. Es tiempo que la fuerza espiritual que caracteriza a los pueblos originarios la incorporen a través de la reconquista de su voz, no a través de los medios establecidos, sino de una gran corporación dirigida y administrada por los propios comunicadores surgidos del Movimiento Indígena Continental.

¡Hagamos que la voz de los pueblos originarios de América resuene en todos los rincones del Continente!

¡Apropiémonos de nuestras voces, arrebatadas por los instrumentos de comunicación del gran capital!

¡Impulsemos el movimiento Continental por la recuperación del espíritu de nuestras culturas originarias a través de la comunicación, como un derecho elemental de la humanidad!

Oaxaca México a 10 de noviembre de 2010.  Binigulazáa / AIPIN.