Se ha revelado un nuevo bochorno de la política exterior norteamericana. Esta vez sobre mi persona como Presidente Constitucional de Honduras, en las que no reflejan mi personalidad, sino más bien se dedican a hacer acusaciones criminales y temerarias que constituyen delito de difamación y calumnia, y constituyen una afrenta a la dignidad del pueblo de Honduras.
Ha pasado más de un año; largos 18 meses desde el golpe de estado en que los grupos de extrema derecha en Honduras, supuestos amigos y socios de “USA”, tomaron el poder en el país. Es curioso que hasta ahora no hayan sido capaces de demostrar ni un solo vínculo con el crimen organizado, ni de la conexión de este con Cuba, Nicaragua y Venezuela, en los supuestos actos de corrupción que cometí durante mi mandato.
El autor de la aberración es Charles Ford, supuesto diplomático, que aquí se rebela como embustero e instigador, y pone al descubierto la naturaleza oculta de la diplomacia norteamericana para los países del mundo, ya que fungía como embajador norteamericano en Honduras cuando asumí la primera magistratura del país.
Este es el mismo embajador que me exigía una visa de asilo diplomático para el terrorista Luis Posada Carriles; el mismo que decía en los medios públicamente que el presidente Chávez tenia negocios sucios y corruptos con este servidor; el mismo que, cuando gané la Presidencia, me entregó una lista con las personas que debía nombrar en mi gabinete, y que, desde luego, se enfurecía con mis negativas.
Es el mismo que me acompañó a la Casa Blanca para atender una cita con el Presidente Bush, con parte de mi gabinete, donde Bush despotricaba contra el presidente de Venezuela Hugo Chávez y atacaba mi amistad con este. El mismo que durante toda mi gestión, se dedicó a defender los fraudes de las trasnacionales norteamericanas del petróleo en Honduras, algo que extrañamente omite en este cable, así como se abstiene de mencionar las cosas por las que teníamos altercados y problemas.
En estas acusaciones graves y sin fundamento del embajador FORD, llenas de escarnio contra mi personalidad como jefe de estado, se dejan al trasluz los métodos antojadizos que usan los diplomáticos, de la auto proclamada democracia más antigua del mundo, como la mentira, la manipulación, que se usan en forma malintencionada, para justificar los crímenes y asaltos al poder que impulsan a lo largo y ancho del mundo. El cable del señor Ford, hecho público por Wikileaks, y comentado por todos los medios del mundo, además de ofensivo, muestra la forma en que los Estados Unidos, en su condición imperial, fabrica sus enemigos.
Mediante la descalificación personal, buscan estigmatizar a quienes luchamos con dignidad e independencia, contra las prácticas de sometimiento a que está acostumbrada la diplomacia de Estados Unidos de Norte América.
Esta desfachatez en sus acciones, que los pone en evidencia, a ellos más que a quienes ofenden y acusan, no les faculta, como presuntos “salvadores” del mundo acusando a los presidente de los países, de locos, megalómanos, mitómanos, erráticos, corruptos, y siniestros, especialmente a los que no les obedecen En esto podemos identificar un patrón, y no debería extrañarnos que sigan saliendo este tipo de perfiles.
Debe llamarnos poderosamente la atención, que las palabras de Ford, hayan sido las mismas que publicaron por tres años y medio, quienes me atacaron permanentemente desde Washington, desde la FUNDACION Arcadia, dirigida por Otto Reich y Robert Carmona y que siguen usando quienes conspiraron y ejecutaron el Golpe de Estado en Honduras.
Este documento hace gala de cinismo cuando, sin empacho alguno, afirma que ellos intervienen sobre las personas designadas en los gabinetes de gobierno, hablan con cardenales, y encuentran cosas sospechosas hasta en actos públicos, como cuando manifiesta este señor embajador, que en mi discurso sobre la plataforma del Navío USS o algo así, “a pesar” de que resalté las buenas relaciones comerciales con el imperio, no escatime esfuerzo para enaltecer la gesta contra el invasor Norte Americano William Walker” ; filibustero que invadió tierra nicaragüenses y hondureños, y que fue fusilado y enterrado en el puerto de Trujillo, en Honduras.; entonces el que para ellos es un héroe, para nosotros es un bandolero que refleja la injerencia y la intromisión de grupos de Estados Unidos en nuestras naciones desde el siglo XIX.
En su nota, Ford tiene un lapsus mental y omite mencionar mi intención de aprovechar comercialmente el aeropuerto de Palmerola, base militar norteamericana desde la que se han fraguado miles de conspiraciones, muchas de ellas fatales, que se halla clavada en el corazón mismo de nuestro territorio, y cuya última obra siniestra fue el Golpe de estado del 28 de Junio de 2009. Su perfidia lo lleva a omitir su participación de boicot contra mi iniciativa, y su apoyo a las fuerzas más reaccionarias del país que argumentaban a favor de Tocotín, uno de los diez aeropuertos más peligrosos del mundo; y es que a Charles Ford, al imperio, no les interesa la seguridad ni el progreso de nadie, solo sus bases militares para salvaguardar sus dominios.
Me conoce y respalda todo el pueblo hondureño; no me arrepiento de ninguna de mis acciones, de lo que impulse e hice como presidente. Pienso que ellos estaban muy preocupados por mis niveles de aceptación, y porque alcanzaba los mejores resultados de la historia de Honduras, en materia de crecimiento económico, entre 6 y 7 % anual sostenido, ambiental y social; por primera vez se reducía la pobreza, en mucho gracias a Petrocaribe y la ALBA datos que se pueden verificar en las estadísticas de la CEPAL y el Banco Mundial.
Les preocupaba que en un año de trabajo con Chávez y Lula obteníamos apoyo para proyectos, que nos costaría unos diez años conseguir con los Estados Unidos. Les afectaba que fuera el único presidente que aprobaba una ley de trasparencia, para eliminar los documentos confidenciales en el gobierno, lo que afectaba directamente la estructura de sometimiento lacayo que el imperio mantiene en el país, y el único en la historia reciente que dejó todos el respaldo para justificar el gasto hasta el último centavo, en manos públicas y de los organismos contralores.
No sabíamos que el cardenal le susurraba al oído mis asuntos ancestrales; se le olvidó decirle a Ford que mi familia prevaleció por más de 400 años (como lo deja claro el mismo embajador) gracias a sus extraordinarias relaciones con el pueblo, y que al llegar a la presidencia de la república yo disponía de un legado de muchas generaciones y un patrimonio rural producido por el trabajo de centurias del que conocen todos los hondureños, así como un enorme acervo intelectual y político heredado de los más ilustres hijos de la patria.
Manifiesta el pro cónsul su desprecio a nuestra cultura y nuestras costumbres, diciendo que nos comportábamos como animales para “mezclarnos” con la clase árabe. Algunas cosas no las puede entender un bárbaro, sin ninguna cultura, este es el caso; somos generaciones que se remontan a la colonia española, hoy convertidos en una orgullosa identidad latino americana, mixta, indígena y negra. ¿Por qué degradar la relación afectiva de mis hijos a simples componendas? Así se comporta el imperio; nosotros somos humanos y respondemos a valores y principios que ellos no entenderían ni en dos siglos más.
Dice Ford que hay que “salvar” lo que se pueda del sistema hondureño; dice que yo estoy dispuesto a hacerme el mártir, pretendiendo dejar un legado inconcluso, bajo el argumento de que me lo impidieron fuerzas poderosas, que no se pueden nombrar. El pueblo conoce que hemos desenmascarado una y otra vez dichas fuerzas, en mis propios discursos en la Naciones Unidas, y en todos los foros, a través de nuestra lucha continua. No es el martirologio al que ellos me han sometido, al derrocarme y ahora por medio del destierro; es la lucha del pueblo en resistencia, es un legado, es la fuerza moral y libertaria de nuestros hombres y mujeres por construir una nueva historia; que estrechez de mente la que denota este embajador para justificarse ante sus superiores después de su fracaso en Honduras, al no podernos someter. Por su papel desestabilizador fue enviado al comando sur donde aún permanece y desde donde fraguó y ejecutó el GOLPE DE ESTADO.
Es imposible dejar de lado que textualmente me considera enemigo de los intereses de Estados Unidos y reprocha mis actos soberanos y dignos. Actos que ratifico totalmente al tiempo que expreso mi amistad y admiración por el pueblo americano ni de su país, al tiempo que me proclamo anti imperialista, lucha en la que preferiría morir que doblegarme. Reprocha mis nombramientos en la ONU y expresa enfado porque no renunciamos a tomar las decisiones de estado, a pesar de sus maquiavélicas manipulaciones, asociado con toda una oligarquía, banda de mercenarios que no dejaron nunca de conspirar para evitar que me acercara al pueblo y aportara un sentido de patria y de lucha que ha de dar al traste con sus acciones entreguistas.
Cuando el subsecretario de estado John Dimitri Negroponte, junto al embajador Ford, en Washington, me reprochaban que estaba nombrando a un comunista ante las Naciones Unidas, el ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, y señalaban que él no tenía visa americana por terrorista, les reclamé enérgicamente la violación al estatuto de ese organismo internacional, y me vi obligado a elevar una firme protesta ante la Casa Blanca para conseguir que estos señores estancados en la guerra fría, sectarios, fundamentalistas, entendieran que el mundo ha cambiado y que Estados Unidos también tiene que cambiar .
Cable de falsedades, igual a muchos que antes sirvieron para justificar guerras y la masacre de niños, mujeres y ancianos en varias partes del planeta; calumnias, degradación y grosería utilizados para allanar el camino hacia la barbarie y la explotación de un sistema que no tiene límites, más que los que dictan desde siempre las trasnacionales, antes bananeras y hoy financieras y petroleras, contra mi pueblo. Esta notas del embajador solo sirven para dejar el destino de mi patria en las manos de quienes han perdido el honor y la dignidad, para humillarse ante los intereses subalternos, No cabe duda, el problema es el mismo, el método el mismo, el motivo el mismo, las prácticas pérfidas y cobardes que sacrifican generaciones por sus pingues negocios.
Podría seguir abordando una por una las opiniones del señor Ford, y resaltando mi imagen al desmentir sus embustes, pero pienso que el problema de fondo es otro; este documento pone de relieve a los gestores del golpe de Estado; nos indica que estaba pensando el imperio en mayo de 2008; nos deja claro que el Golpe de Estado no es casual, que fue preparado, y que ellos también conspiraron, y desde cuando se aprestaban a derrocarme y destruir la democracia en Honduras.
En este cable de Ford, está la historia del Golpe de Estado; para ellos es imperdonable que en la década de los ochenta, levantara mi voz contra los ejércitos irregulares de contra revolucionarios centro americanos, siendo diputado ante la asamblea nacional, exigiendo explicaciones porque agredían desde nuestro territorio a países hermanos, como Nicaragua y el Salvador, donde cometían un brutal genocidio, mientras nuestra querida patria Honduras era utilizada como un portaaviones por los norteamericanos. Al imperio no le interesa mi vida personal, pero la destruye con tal de evitar que mi accionar político coadyuve a la liberación de mi pueblo.
Al final que lo diga Charles Ford; que lo diga el imperio, norte americano solo me engrandece como ser humano, como político y como actor del siglo XXI, y hace más grande e invencible la lucha del pueblo hondureño, que sigue resistiendo el retorno de las castas militares a la vida cívica de nuestra Nación, así como el fuego asesino e intenso de criminales de aquí y de allá, movidos por el mismo titiritero de siempre, ese que un día debe detenerse a pensar que es mejor convivir con nosotros, que intentar robarnos lo que nos pertenece.
Una vez más, vemos las acciones de Estados Unidos como policía del mundo; tribunales de la santa inquisición del siglo XXI, más descarada y sanguinaria que ninguna otra en la historia de la humanidad; hoy vemos que ni el imperio ni los golpistas, que violan todos los derechos humanos, no tienen doble moral, ni moral alguna, solo funcionan en base a estándares, a parámetros, a números, a intereses.
Seguiré luchando contra esta brutal y siniestra fuerza que niega la revolución del pensamiento y la solidaridad para imponernos la barbarie, y la infamia que no ceja ni un instante en su empeño por sojuzgarnos y esclavizarnos.
José Manuel Zelaya Rosales
Presidente Constitucional 2006 – 2010
Coordinador General Frente Nacional de Resistencia Popular
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