La zona norte del Cauca, por ser uno de los territorios estratégicos en la actualidad del país, con alto potencial de recursos y diversas riquezas, es un lugar acechado para la explotación y posterior acumulación de riquezas a favor del sistema capitalista del país y el mundo.

 

Zona geoestratégica que viene siendo militarizada de manera muy fuerte desde el mandato de Uribe Vélez 2002-2010, continuando con su estrategia de seguridad democrática, el presidente Santos. Ya que desde el inicio de su cargo como mandatario, sigue aumentando la militarización en los territorio indígenas, campesinos y afro descendientes de los municipios Toribio, Jámbalo, Corinto, Caloto y Miranda; los cuales desde el 2010 cuenta con un promedio 12.000 militares en la zona. Todo con la escusa de acabar con la guerrilla y el narcotráfico, afectando sicológica y físicamente como también con las labores agrícolas de los habitantes de las  comunidades. Hechos que se reflejan claramente en lo sucedido los días 3 y 4 de febrero 2011, donde las familias conformadas por niños, mujeres, adultos mayores y hombres, de la comunidad el Pedregal del territorio campesino del Municipio de Caloto, mas exactamente en los sectores conocidos como El Filo, donde se encuentra ubicado el caserío y el centro educativo Agro empresarial, como también en el sector la Paz parte baja de la comunidad el Pedregal. Poblaciones que nuevamente resultan en medio del conflicto armado, entre el ejército y la guerrilla de las FARC. Haciendo que las personas a pesar de resguardasen en sus casas del fuego cruzado y, estar a una buena distancia del conflicto, sufren consecuencias como las que sufrieron el día 4 de febrero 2011, a las 12:30 la joven Roció Coicue Campo de 19 años de edad (afiliada al resguardo indígena de Tacueyo del municipio de Toribio pero con domicilio en la parte baja sector la paz de la comunidad pedregal, y madre del niño Eider Alexander Quiguanas Coicue de 3 tres años de edad y compañera del joven Oscar Hernán Quiguanas), que estaba laborando en la huerta de su casa cuando fue impactada por una esquirla de un artefacto explosivo, y horas mas tarde siendo 3:00 p.m. de el mismo día,  el adolescente Jenier Yatacue Trochez de 14 años de edad, También es impactado por una esquirla en sus dos manos cuando se encontraba con su abuela Mercedes Mecha Trochez de 78 años de edad, protegiéndose de los fuertes combates que se presentaban en ese momento.

El conyugue de Roció narra: “eran las 12:30 p.m. cuando ella se encontraba en la huerta que se halla a una distancia de 30 metros de la casa cuando se escucharon los enfrentamientos en la parte alta de el Pedregal, pero de un momento a otro cayo un artefacto explosivo a 15 metros de distancia donde se estaba mi compañera, causándole una esquirla del artefacto explosivo una herida en el pómulo izquierdo de su rostro, casi de inmediato la trasladamos al hospital de Toribio cxayutxe yxut Álvaro Ulcue donde fue atendida por urgencias y por su gravedad es remitida al hospital Francisco de Paula Santander de Quilichao y luego al hospital San José de Popayán donde esta aislada. Ya que ella no debe hablar mucho para así poder realizarle una cirugía en los próximos días, la estadía de Roció en el hospital es por tiempo indefinido por su delicado estado de salud”. La afectación que se hizo a la familia Quiguanas Coicue es muy fuerte porque las consecuencias la sufre Rocío en su vivir diario, como en sus sentimientos de madre e igualmente el niño quedara sicológicamente con una huella imborrable, mucho mas cuando ni siquiera saben cuanto tiempo estarán madre e hijo separados.

Jenier Yatacue Trochez el cual también fue víctima del conflicto cuenta: “estábamos con mi abuela dentro la cocina tirados en el piso, cuando cayo un explosivo en el lavadero que queda a 10 metros de distancia de donde tratábamos de proteger nuestras vidas pero no sirvió de nada porque aun así me alcanzo una esquirla y al verme con las manos heridas. Salí de la casa con mi abuela arrastrándonos por uno de los caminos que comunica con la vereda el venadillo, aunque eso significaba colocarnos en riesgo; nos colocamos en peligro pero sobrevivimos”. Se comprende su reacción más cuando él, es un adolescente que ha sido educado bajo el pensamiento, que la vida solo la quita Dios cuando es su santa y divina voluntad.
Después de un trayecto de media hora, llegaron a la comunidad el venadillo, casa de la familia Noscue Chocue, donde la joven Luz Estella Noscue Chocue se comunica vía celular con la señora Griselda Trochez madre del adolescente, la cual se encontraba en el corregimiento el Palo y es informada de lo sucedido  a su hijo Jenier Yatacue Trochez,  el cual caminó hasta donde se encontraría con su hermano Nelson Yatacue Trochez, que iba en moto ha recogerlo para llevarlo hacia el Hospital ESE 2 del Municipio de Caloto, allí es atendido por urgencias, ya que con el paso de las horas las heridas podían ser fatales. Después de muchos exámenes, fue hospitalizado, donde estuvo en observación el día lunes 6 de febrero 2011 y dado de alta a las 3:00 p.m. aunque debe continuar haciéndose chequeos médicos.

Solo surge una gran pregunta en los familiares de estas victimas. ¿Hasta cuando los más inocentes serán victimas del sistema capitalista?

Para la Organización Campesina es preocupante que el estado en su afán de proteger los intereses del capitalismo arremete de manera brutal, en contra de los civiles. Es verdad que en el territorio se mueven los grupos insurgentes; pero eso no significa que los comuneros son parte de los grupos armados, solo somos personas que debemos aprender ha sobrevivir en medio de de esta guerra y seguir conservado la herencia de nuestros mayores. Al igual que continuar re-existiendo con las vidas de nuestras familias Afros, Campesinas e Indígenas. Por eso defenderemos nuestra madre tierra y territorio porque en ella esta nuestra propia vida. Invitamos a la comunidad a estar en alerta para que cuando sucedan estos conflictos podamos estar en unidad y resistencia.

Es por esto que exigimos a las organizaciones de derechos humanos y defensoría del pueblo, que haga una pronta intervención en nuestros territorios indígenas y campesinos (comunidades del Porvenir, Chivera, Pajarito, Pedregal bajo, Venadillo bajo y los Chorros, veredas del Municipio de Caloto), denunciando y exigiendo a la fuerza pública y  grupos insurgentes, que no se utilicen los centros educativos, las viviendas y sobre todo a la población civil como escudos humanos en sus enfrentamientos, que violan el tratado del Derecho internacional humanitario y los derechos humanos.  

Estudiante de la Escuela de Comunicación ACIN y coordinadora Zonal de Mujer Campesina Municipio de Caloto.