Asumimos como necesario que todo se convierta en mercancía. La tierra, los recursos y hasta la vida tienen ahora un precio. Parece que nos acostumbramos al triste espectáculo del consumo y lo que es peor parece que nos acostumbramos a la muerte. Nuestros territorios, que antes gozaban de tranquilidad y de respeto por la vida, hoy están padeciendo el sinsentido del terror, del olvido y de la injusticia.
La llama que no podemos dejar extinguir
Asumimos como necesario que todo se convierta en mercancía. La tierra, los recursos y hasta la vida tienen ahora un precio. Parece que nos acostumbramos al triste espectáculo del consumo y lo que es peor parece que nos acostumbramos a la muerte. Nuestros territorios, que antes gozaban de tranquilidad y de respeto por la vida, hoy están padeciendo el sinsentido del terror, del olvido y de la injusticia.
La muerte de Efraín Velasco Valencia, guardia indígena de la concepción, Diego Gutiérrez, Jhon Jander Soto y su hermano, jóvenes asesinados en Corinto durante el pasado fin de semana lo ratifican. Estos hechos parece que solamente les importaran a sus familias. Para otros estas acciones se resumen como un necesario y simple ajuste de cuentas y para las autoridades judiciales, sus muertes solo representan una cifra más que se suman a las frías estadísticas que cada día van en aumento.
Si ampliamos la mirada, nos encontramos con nuestros gobiernos, a la orden y al servicio de las multinacionales, permisivos e impulsores de las leyes que favorecen a un grupo de codiciosos. Ellos, que a la ola de muerte que se vive en los territorios responden con más terror aún, trasladan al Cauca cuatro batallones provenientes de otras regiones del país para continuar con el desplazamiento que les permite adueñarse de las tierras de la gente. Eso es lo que quieren y eso es lo que están logrando. Justifican así la propuesta de crear un centro de operaciones permanente del Ejército en el municipio de Caldono, que tendría también apoyo de la Fuerza Aérea, como si las balas de unos realmente nos defendieran de las balas de los otros.
A la par siguen avanzando las políticas que cada vez más privatizan los recursos y los servicios públicos. Ahora los colombianos enfrentamos con relativa pasividad un nuevo incremento en el precio de los combustibles básicos como la gasolina y el ACPM. Cada 2 meses se incrementa el precio del combustible hecho con caña de azúcar y palma africana sembrada en territorios que antes producían comida. El mismo combustible (entre los más caros del mundo) producido por los grandes magnates beneficiados por Agro Ingreso Seguro y quienes gozan de descaradas exenciones de impuestos.
Ante esta realidad pareciera que el único camino fuera el de entregar la dignidad por las sobras y limosnas que quieran tirarnos los que nos aplastan. En medio de la frustración y de la nostalgia tratamos de adaptarnos a las nuevas exigencias que impone el desarrollo: proyectos, acuerdos y convenios al servicio de quienes nos mandan a matar.
Sin embargo, ante reiterados abusos e injusticias, brota la esperanza como una semilla inspiradora. En París, un grupo de estudiantes Colombianos, indignados y decididos a develar la verdadera trayectoria del ex presidente Uribe, rechazaron su presencia en la escuela nacional de ingenieros de Metz. Ellos saben muy bien que el ex mandatario busca lavar su imagen por todos los abusos y violaciones de los derechos humanos cometidos en Colombia.
Se conoció también que la comisión de acusación pide investigar al ex presidente Uribe por su responsabilidad en el escándalo de las chuzadas del DAS. Mientras tanto, el ex presidente de la seguridad democrática, como medida desesperada responde con una demanda al premio nobel de paz Adolfo Pérez Esquivel ante la acusación proferida por vínculos con el paramilitarismo.
También, esta semana los lecheros se levantaron dignamente para decirle al presidente Santos que no quieren TLC y su modelo de despojo que representa. Los transportadores enviaron su mensaje de rechazo a las políticas privatizadoras de un gobierno que beneficia al capital transnacional. La conciencia encuentra sus espacios y surge desde las bases. Es nuestro deber seguir ese ejemplo y diseñar las estrategias que nos permitan enfrentar con ética los desafíos de un sistema que nos atrapa con engaños y falsas promesas.
En Tunes, la llama de aquel joven que entregó su vida quemando su cuerpo como símbolo de la opresión y de la búsqueda de la libertad, trascendió las fronteras. Esa llama que está encendiendo los corazones del mundo y que inspira las luchas populares está consolidándose cada vez con más fuerza. Así como los gobiernos de varios países empiezan a temblar ante la voz inconforme de su pueblo, otros gobiernos se preparan para enfrentar con más terror los levantamientos populares. Por eso es necesario buscar la unidad para enfrentar de una vez por todas a quienes se creen dueños de la vida. Solo entendiéndonos como una sola lucha podemos lograrlo. Apoyando a los lecheros en su causa, a los transportadores con sus demandas o a los estudiantes con sus justas exigencias estaremos manteniendo la llama que defiende la vida de todos los pueblos, esa llama que no podemos dejar extinguir.
Tejido de Comunicación de la ACIN
La flamme que nous ne pouvons pas laisser s’éteindre (La llama que no podemos dejar extinguir)
Nous assumons comme nécessaire que tout se convertisse en marchandise. La terre, les ressources et jusqu’à la vie ont maintenant un prix. On dirait que nous nous habituons au triste spectacle de la consommation, et, encore pire, que nous nous habituons à la mort. Nos territoires, qui avant jouissaient de la tranquillité et du respect à la vie, aujourd’hui pâtissent de l’absurdité de la terreur, de l’oubli et de l’injustice. La mort d’Efraín Velasco Valencia, garde indigène de la Concepción, de Diego Gutiérrez, Jhon Jander Soto et son frère, jeunes assassinés le week-end dernier à Corinto, le confirment. On croirait que ces faits concerneraient seulement leurs familles. Pour d’autres, ces actions se résument à un nécessaire et simple réglement de comptes et, pour les autorités judiciaires, leurs morts ne représentent qu’un chiffre de plus, qui s’incorpore aux froides statistiques qui augmentent chaque jour.
Si l’on ouvre les yeux, on se retrouve face à nos gouvernements, aux ordres et au service des multinationales, permissifs et promoteurs de lois qui favorisent un groupe de cupides. Ceux-là même, qui à la vague de mort qui s’abat sur le territoire répondent avec encore plus de terreur, envoient au Cauca quatre bataillons qui proviennent d’autres régions du pays afin de poursuivre avec les déplacements de population qui leur permettent de se rendre maître des terres. Ceci est ce qu’ils veulent et ce qu’ils sont en train de réussir. Ils justifient ainsi la proposition de créer un centre d’opérations permanent de l’Armée dans la commune de Caldono, qui aurait également le soutien de la Force Aérienne, comme si les balles des uns nous défendraient des balles des autres.
Par ailleurs, les politiques privatisant chaque fois plus les ressources et les services publiques se poursuivent. Aujourd’hui, nous, Colombiens, affrontons avec une relative passivité une nouvelle augmentation des prix des combustibles basiques, particulièrement pour les véhicules essence et diesel. Tous les deux mois augmente le prix du combustible fabriqué à partir de la canne à sucre et de la palme africaine, cultivées sur les territoires qui avant produisaient des produits d’alimentation. Ce même combustible (l’un des plus chers du monde), est produit par les grands magnats actionnaires d’Agro Ingreso Seguro, qui jouissent d’effrontées exemptions d’impôts.
Devant cette réalité on pourrait croire que l’unique chemin serait de rendre notre dignité, en acceptant les restes et les aumônes que voudraient nous jeter ceux qui nous oppriment. Au milieu de la frustration et de la nostalgie nous essayons de nous adapter aux nouvelles exigences que nous impose le développement : projets, accords et conventions au service de ceux qui nous envoient à la mort.
Cependant, face aux abus réitérés et aux injustices, l’espérance croît comme une graine d’inspiration. A Paris, un groupe d’étudiants colombiens, indignés et décidés à dévoiler la véritable trajectoire de l’ex-président Uribe, ont refusé sa présence à l’Ecole Nationale d’Ingénieurs de Metz. Ils savent très bien que l’ex élu cherche à épurer son image de tous les abus et violations des Droits de l’Homme commis en Colombie.
Il a également été rendu public que la commission d’accusation demande une investigation sur la responsabilité de l’ex-président Uribe pour sa responsabilité dans le scandale des systèmes d’écoute mis en place par le DAS (service secret). Pendant ce temps, l’ex-président de la sécurité démocratique, comme mesure désespérée, répond avec une plainte envers le Prix Nobel de la Paix Adolfo Pérez Esquivel pour l’accusation proférée de lien avec les paramilitaires.
Aussi, cette semaine, les laitiers ont manifesté dignement pour dire au président Santos qu’ils ne veulent pas du Traité de Libre Commerce et son modèle de spoliation qu’il représente. Les transporteurs ont envoyé leur message de refus des politiques de privatisation d’un gouvernement qui bénéficient au capital transnational. La conscience trouve son espace et surgit des bases. Il est de notre devoir de suivre cet exemple et inventer les stratégies qui nous permettent d’affronter de manière éthique les défis d’un système qui nous piège avec des tromperies et de fausses promesses.
En Tunisie, la flamme d’un jeune qui a donné sa vie en s’immolant, en symbole de l’oppression et de la recherche de la liberté, a traversé les frontières. Cette flamme qui allume les cœurs du monde et qui inspire les luttes populaires est en train de se consolider avec de plus en plus de force. Aussi quand les gouvernements de nombreux pays commencent à trembler face à la voix rebelle de ses peuples, d’autres gouvernements se préparent à affronter avec encore plus de terreur les rebellions populaires. C’est pour cela qu’il est nécessaire de chercher l’unité pour affronter une fois pour toutes ceux qui se croient les maîtres de la vie. C’est seulement en se considérant comme une lutte unie que nous pouvons réussir. En soutenant les laitiers dans leur lutte, les transporteurs dans leurs demandes ou les étudiants avec leurs exigences justes, nous maintiendrons la flamme qui défend la vie de tous les peuples, cette flamme que nous ne pouvons pas laisser s’éteindre.
Traducción al francés por Camille Apostolo
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