El pasa 30 de abril del 2011 más de 90 personas de resguardo indígena de San Francisco del Municipio de Toribio Cauca, se dieron cita para realizar el trabajo comunitario en la Vereda El Mayo. Allí  destaparon la  carretera que comunica a éste resguardo  con la vereda el Picacho del resguardo y municipio de Jambaló.

Esta ruta fue dañada por un derrumbe  ocasionado por los fuertes aguaceros que por estos días afectan a todo el país. El desplome de tierra  atascó  el paso en  unos  90 metros de ancho impidiendo el paso de toda clase de transporte. Aquí  no era  posible darle paso ni siquiera a los caballos que transportan la leña y el  revuelto para los habitantes de estas veredas.

Debido a la magnitud del problema, los comuneros de las veredas:  El Mayo, El Naranjo, Ullucos, La Primicia y el Corregimiento de San Francisco se armaron con picas, azadones, Palas y machetes  para  facilitar el paso  de  esta vía tan importante para las comunidades indígenas.

 

Durante tres semanas éstas comunidades hicieron un camino alterno, lo cual no era muy seguro para el tránsito, especialmente de niños, debido a que se temía otro derrumbe de lodo.

“En este terreno hay muchos ojos de agua que  aumenta su cause con el invierno” afirma uno de los mayores participantes de la minga.

Teniendo encuenta las recomendaciones de los mayores fue necesario  acelerar los azadones para limpiar la carretera habitual. Además por que es una ruta bastante transitada semanalmente por los estudiantes y profesores. También es el camino diario de los comuneros que cultivan la  tierra para subsistir.  Así mismo es un lugar  por donde los fines de semana transitan los agricultores con su cosecha de yuca, repollo, plátano, café y cabuya para vender en la plaza del municipio.

 

Cansados de esperar las retroexcavadoras y las volquetass que ofreció el municipio de Toribio, las 90 personas de las diferentes comunidades  se arriesgaron a sacar el lodo represado  en la zona.

“Es un trabajo peligroso y  que requiere mucho esfuerzo físico por la cantidad de barro que hay, pero se necesita tener limpia esta carretera para que pasen  aunque sean las personas a pie,  los caballos, las ciclas y algunas motos” decía un comunero, mientras lanzaba con una palendra el barro al vacio.

Mientras la comunidad trabajaba incansablemente para arreglar la carretera, la guerrilla y el ejército  se disputaban el territorio en el resguardo indígena de Huellas en el municipio de Caloto

 

Tejido de Comunicación