Quinientas mil hectáreas, que equivalen a cerca del 20% de todo el territorio del departamento del Cauca, están en lo mapas de las concesiones de la Agencia Nacional de Hidrocarburos a la empresa canadiense Gran Tierra Energy http://www.grantierra.com/operations/colombia/. Estas tierras, en las cuales se vienen adelantando estudios técnicos preliminares (TEA) a la fase de exploración, abarcan desde la Bota Caucana y buena parte del Macizo y llegan literalmente hasta el Parque Caldas en Popayán. En los mapas de la ANH toda esa zona es parte de la cuenca Cauca – Patía, bloques cauca 6 y cauca 7.
Con la autorización otorgada los buscadores de petróleo podrán hurgar el subsuelo y pasearse como Pedro por su predio. Es obvio que esto no significa que mañana vayan a montar un taladro para perforar el Puente del Humilladero, pero, como dice el dicho, el que busca encuentra. De un momento a otro, y sin que se den cuenta las comunidades, tendremos otros pozos petroleros que se sumaran a los que ya se han autorizado en la ruta hacia el Putumayo. Y allí comienza Troya.

¿Es una buena o una mala noticia? Por ahora no ha llegado siquiera a la categoría de noticia a pesar de las alertas que vienen haciendo organizaciones del Macizo y del pueblo Yanacona que se ocuparon del tema en el Diplomado realizado este 21 de septiembre en La Vega.

Mientras tanto, de manera casi clandestina van avanzando las exploraciones en toda la plataforma submarina que va desde la isla Gorgona (departamento del Cauca – Colombia) hasta el Choco, precisamente por la ruta de las ballenas jorobadas. ECOPETROL y la firma hindú Reliance Industries Limited llevan ya dos años con sus barcos, sondas y ruidos explorando los bloques que cubren 815 kilómetros cuadrados en Borojó Norte y 860 kilómetros cuadrados en Borojó Sur, y adicionalmente 132 kilómetros sísmica 2D. En los planes inmediatos está ampliar el área al bloque Tumaco que abarca entre Gorgona y las playas de Guapi. La zona de exploración en plataforma submarina del pacifico cubrirá 100 mil hectáreas frente a las costas de los departamentos del Cauca, Valle y Choco.

En el pacífico todo ha sido hecho discretamente y sin que los pobladores se den por enterados. Allí solo se tienen noticias de desplazamientos en zonas de consolidación (CODHES, agosto 2011). Las operaciones petroleras vienen realizándose sin sujeción a las normas. No cuentan con las licencias suficientes, nada de consulta con las comunidades negras con el argumento de haber conversado con unos cuantos pescadores pescados al azar en 2007. Según informes recogidos por la unidad investigativa de INDEPAZ, no suspenden operaciones de sísmica ni siquiera en temporada de visista de las ballenas y no cumplen con las normas ambientales.

La exploración petrolera en el departamento hay que sumarla a las pretensiones de los buscadores de oro, cobre, platino y otros metales, que ya tienen títulos y derechos de exploración en 25 municipios y bajo 900 mil hectáreas. ¿Qué dicen al respecto los candidatos? ¿Cuál es la política frente a los macroproyectos mineroenergéticos? ¿Qué medidas de precaución se van a exigir a los depredadores de la ruta de las ballenas? ¿Van a pasar de la clandestinidad a las consultas? ¿Qué hace falta para que se dé una alerta general ante el aguacidio en el macizo y en los paramos? ¿Quién ronda a Gran Tierra, a Carboandes o a la AGashanti y a sus agentes en el departamento? Ustedes tienen la palabra.