Desde el Tejido de Comunicación y de Relaciones Externas para la Verdad y la Vida de ACIN y tomando en cuenta su valiosa e indispensable labor en defensa de los pueblos indígenas del continente, nos sentimos en la obligación de referirnos y poner en conocimiento nuestra palabra, frente a su afirmación en el reciente informe que se realizó al frente del Consejo de los Derechos Humanos en Ginebra, Suiza sobre la situación de los pueblos indígenas, donde plantea que: el “vacío de poder” es tal vez la principal amenaza que sufren los pueblos indígenas de América Latina, pues en casos como el de Colombia los ha situado al borde de la extinción. (Uebersetzung Deutsch, Translation English)

No es “vacío de poder” sino arrogancia y codicia

Carta Abierta al Relator especial de la ONU para los pueblos indígenas

Señor,  James  Anaya
Relator especial de la ONU para los pueblos indígenas

Carta Abierta

Respetuoso saludo.

Desde el Tejido de Comunicación y de Relaciones Externas para la Verdad y la Vida de ACIN y tomando en cuenta su valiosa e indispensable labor en defensa de los pueblos indígenas del continente, nos sentimos en la obligación de referirnos y poner en conocimiento nuestra palabra, frente a su afirmación en el reciente informe que se realizó al frente del Consejo de los Derechos Humanos en Ginebra, Suiza sobre la situación de los pueblos indígenas, donde plantea que: el “vacío de poder” es tal vez la principal amenaza que sufren los pueblos indígenas de América Latina, pues en casos como el de Colombia los ha situado al borde de la extinción. Ese vacío de poder es aprovechado por grupos narcotraficantes o fuerzas armadas irregulares, que pasan a controlar amplias zonas de territorio pobladas por indígenas.

Seguramente recordará la visita realizada en años anteriores al Territorio de Convivencia Diálogo y Negociación de la María Piendamó en el Cauca – Colombia. Allí pudo usted conocer en versión directa de las víctimas, parte de la realidad que se vive en los territorios del Cauca. Hoy, con gran preocupación le manifestamos que esta realidad no ha mejorado, por el contrario, se han incrementado en el territorio los grupos armados legales e ilegales y con ellos la reiterada violación de Derechos Humanos. Desde el gobierno se facilita cada vez más la entrada de empresas extractivas a territorios indígenas. Las amenazas, el desplazamiento y los asesinatos se intensifican. Lastimosamente las observaciones y recomendaciones planteadas de su parte (y de quienes lo antecedieron) a las entidades gubernamentales de nuestro país, aún están lejos de ser atendidas.

Señor Relator, respetuosamente afirmamos que no es el “vacío de poder” la amenaza que se ensaña  contra los pueblos indígenas de Colombia y América Latina. El vacío de poder no existe. Existe el abuso de poder, de modo que los territorios se militarizan, por el Estado en primer lugar, por grupos armados articulados al Estado y que siguen sus mismos propósitos estratégicos y económicos (los paramilitares); en segundo lugar,  por la insurgencia armada. No es vacío de poder lo que hace que los narcotraficantes y bandas irregulares entren al territorio y menos que esto sea la causa de la extinción de los pueblos indígenas. Es, por el contrario, la imposición del poder hegemónico de las transnacionales que se sirve de la guerra (así venga de actores armados legales o ilegales, como de la izquierda, el narcotráfico o la derecha), y de argumentos como ese del pretendido “vacío de poder”, para ocupar territorios indígenas, asesinar, desplazar comunidades y despojar hasta la extinción a nuestros pueblos.

Esta afirmación relativa al supuesto “vacío de poder”  ayuda a legitimar y justificar la creciente  ocupación armada (venga de donde venga). Es decir que, quienes adelantan megaproyectos extractivistas y geoestratégicos para la acumulación con fines de lucro, se sirven estratégicamente de la guerra con el pretexto del “vacío de poder” para, en última instancia, despojarnos de nuestras culturas, Planes de Vida, y de nuestras vidas. Debemos manifestarle de manera urgente, con el respeto que tanto usted como su labor de Relator de los Pueblos Indígenas nos merece, nuestra preocupación ante la posibilidad de que una vez más el argumento del supuesto “vacío de poder”, ahora en su informe, sirva como pretexto para escalar la ocupación, el terror, la propaganda y la consecuente legislación de despojo en contra de nuestros pueblos.

Debemos insistir en reiterar nuestra convicción en el sentido de que como Relator, lo mueven sentimientos de compromiso con nuestros pueblos. Es por ello, que nos vemos en la obligación de señalarle lo que a nuestro juicio y en este contexto es un error que merece toda su atención. Señor Relator, usted ha hecho eco de lo que nos sucede en este mismo momento: nos están extinguiendo como pueblos y culturas, junto con la vida de nuestros territorios.

Coincide con la publicación de su informe un hecho doloroso que se suma a muchos otros que se vienen dando en el Cauca y Colombia: fue asesinada Maryi Vanessa Coicué de apenas 11 años de edad, por combates entre actores armados. Maryi Vanessa, era hija de Abel Coicué, compañero nuestro, comunicador indígena, comunero y autoridad. No alcanzamos a poner en palabras el dolor, la desolación y la zozobra que vive Abel, su compañera y madre de Maryi, y nuestras comunidades. Dolor que nos causan con frialdad calculada quienes sienten que somos un estorbo para sus ambiciones de poder. En memoria de Maryi Vanessa, de las demás víctimas que lloramos y que siguen cayendo. En nombre de las comunidades indígenas Nasa y de Colombia, con Abel lo llamamos a que corrija este error y a que convoque, desde su cargo de responsabilidad, a que se respete la autoridad ancestral y colectiva en nuestros territorios. A que no se siga aduciendo el “vacío de poder” como pretexto para matarnos y despojarnos. A que cesen de extinguirnos y de entregar territorios indígenas a quienes aprovechan ese pretendido vacío de poder para acceder a riquezas y alimentar su insaciable ánimo de poder y lucro.

La única autoridad, Usted lo sabe como hermano indígena, nos viene de nuestra Madre Tierra y se traduce en la legitimidad ancestral y colectiva de nuestros pueblos indígenas a vivir bajo su mandato, en equilibrio y armonía. El mandato tan difícilmente logrado y expresado en la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU, en particular el Artículo 30, es contrario en espíritu y práctica al argumento del “vacío de poder”:

1. No se desarrollarán actividades militares en las tierras o territorios de los pueblos indígenas, a menos que lo justifique una razón de interés público pertinente o que se haya acordado libremente con los pueblos indígenas interesados, o que éstos lo hayan solicitado.
2. Los Estados celebrarán consultas eficaces con los pueblos indígenas interesados, por los procedimientos apropiados y en particular por medio de sus instituciones representativas, antes de utilizar sus tierras o territorios para actividades militares.

A los pueblos indígenas en Colombia nos eliminan a través del desarrollo de actividades militares que son contrarias a nuestro interés colectivo y al interés público. Pero además, no se realiza ningún tipo de consulta y se ignora abiertamente la decisión y el mandato recurrente de nuestros pueblos en el sentido de exigir que todos los actores armados salgan de inmediato de nuestros territorios.

Aún es tiempo de detener el genocidio al que nos han destinado desde la conquista por la insaciable ambición de poder. Porque lejos de un vacío de poder, lo que venimos sufriendo por más de 500 años, es consecuencia de un poder excesivo. Lo que está haciéndonos desaparecer es el vacío de sabiduría y humildad que respete el derecho humano fundamental del que se derivan todos los demás: el de convivir, armonizando la historia y la naturaleza, según el Mandato de nuestros mayores y la enseñanza de nuestras abuelas.

Tejido de Comunicación y de Relaciones Externas para la Verdad y la Vida de ACIN
Santander de Quilichao, septiembre 25 de 2011.

 


Traducción en Alemán e Inglés

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Es ist nicht das „Fehlen von Macht“, sondern Arroganz und Gier

Offener Brief an den Sonderberichterstatter der UNO für indigene Völker

Sehr geehrter Herr James Anaya, Sonderberichterstatter der UNO für indigene Völker

Offener Brief:

Wir vom Tejido de Comunicación y de Relaciones Externas para la Verdad y la Vida de ACIN fühlen uns, unter Berücksichtigung ihrer wertvollen und unersetzlichen Arbeit in Bezug auf die Verteidigung der indigenen Völker dieses Kontinents, dazu verpflichtet, Ihnen unsere Meinung zu der Aussage, die Sie in der Präsentation Ihres Jahresberichtes über die Situation indigener Völker vor dem Menschenrechtsrat in Genf, Schweiz, getätigt haben, zu sagen. Sie haben Folgendes angesprochen: das „Fehlen von Macht“ ist vielleicht die Hauptbedrohung unter der die indigenen Völker Lateinamerikas leiden. In Fällen wie Kolumbien hat sie das an den Rande der Auslöschung geführt. Dieses „Fehlen von Macht“ wird von Drogenhändlern oder illegalen bewaffneten Gruppen, die weite Bereiche der von Indigenen bewohnten Territorien kontrollieren, ausgenützt.

Sie werden sich sicher an den Besuch in den Vorjahren in der zum„Territorium des Friedens und der Koexistenz“ ausgerufenen Region La María Piendamó im Cauca, Kolumbien, erinnern. Dort konnten Sie direkt die Version der Opfer und die Realität, die in den Territorien des Caucas herrscht, kennenlernen. Wir stellen heute mit großer Sorge fest, dass sich diese Realität nicht verbessert hat, sondern sich im Gegenteil die legalen und illegalen bewaffneten Gruppen und mit ihnen die ständigen Menschenrechtsverletzungen vermehrt haben. Ausgehend von der Regierung wird es immer leichter für Bergbaufirmen in unsere Gebiete einzudringen. Die Bedrohungen, die Vertreibung und die Morde nehmen zu. Leider sind Ihre Beobachtungen und Vorschläge (und die ihrer Vorgänger; auf spanisch: http://www.wrm.org.uy/paises/Colombia/Declaracion_Final.html ) an die Regierungseinheiten unseres Landes weit davon entfernt, umgesetzt zu werden.

Herr Sonderberichterstatter, wir stellen hiermit respektvoll fest, dass das „Fehlen von Macht“ nicht die Bedrohung ist, die sich gegen die indigenen Völker Kolumbiens und Lateinamerikas richtet. Es gibt kein Fehlen von Macht. Was es gibt, ist Machtmissbrauch, insofern, als dass die Territorien militarisiert werden: an erster Stelle vom Staat und den dem Staat zugehörigen bewaffneten Gruppen, die die gleichen strategischen und ökonomischen Zielen verfolgen (die Paramilitärs); an zweiter Stelle von der Guerrilla. Es ist nicht das „Fehlen von Macht“, das dazu führt, dass die Drogenhändler und illegalen Banden in das Territorium eindringen und noch weniger ist das der Grund für die Auslöschung der indigenen Völker. Im Gegenteil, der Grund ist das Aufoktroyieren hegemonischer Macht von den multinationalen Konzernen, die dem Krieg dient (auf diese Art kommen die legalen und illegalen bewaffneten Akteure, die links- wie die rechtspolitischen, sowie der Drogenhandel) oder von Argumenten, wie diesem angeblichen „Fehlen der Macht“, das dazu führt, dass indigene Territorien besetzt werden, dass indigene Völker getötet, vertrieben und bis zur Auslöschung enteignet werden.

Diese Behauptung des angeblichen „Fehlens von Macht“ hilft dabei, die wachsende bewaffnete Besetzung (von welcher Seite auch immer) zu legitimieren und rechtzufertigen. Jene, die die Megaprojekte des Bergbaus und der Geostrategien mit dem Ziel der Akkumulation von Gewinn vorantreiben, nutzen strategisch den Krieg unter dem Vorwand des „Fehlens von Macht“ und enteignen uns unserer Kulturen, Plänen des Lebens und unserer Leben. Wir müssen Ihnen dringlichst, unter Berücksichtigung dessen, dass sowohl Sie als auch ihre Arbeit als Sonderberichterstatter der indigenen Völker uns dient, bekanntmachen, dass es uns Sorgen bereitet, dass das Argument des angeblichen „Fehlens von Macht“ in Ihrem Bericht wieder als Vorwand für Besetzung, Terror, Propaganda und die folgliche Legalisierung der Enteignung unserer Dörfer verwendet werden wird.

Wir müssen darauf bestehen zu wiederholen, dass es unsere Überzeugung ist, dass Sie als Sonderberichterstatter Einfluss auf unsere Völker haben. Deshalb sehen wir uns dazu gezwungen, aufzuzeigen, dass unserer Meinung nach und in diesem Kontext ein Fehler vorliegt, der Ihre ganze Aufmerksamkeit verdient. Herr Sonderberichterstatter, Sie spiegeln das, was uns in diesem Moment widerfährt, wider: Sie löschen uns als Völker und Kulturen aus, gemeinsam mit dem Leben unserer Territorien.

Die Publikation ihres Berichtes fällt zufällig mit einem sehr schmerzlichen Vorfall zusammen, der sehr viel von dem zusammenfasst, was hier im Cauca und in Kolumbien stattfindet: Maryi Vanessa Coicué , gerade einmal 11 Jahre alt, wurde in einem Gefecht zwischen bewaffneten Akteuren getötet. Maryi Vanessa war die Tochter von Abel Coicué, einem unserer Mitarbeiter, Korrespondent, Gemeinschaftsmitglied und Autorität. Wir können in Worten nicht den Schmerz, die Einsamkeit und den Kummer ausdrücken, den Abel und seine Frau, die Mutter von Maryi, und unsere Gemeinschaften durchleben. Dieser Schmerz wird mit kalkulierter Kälte von jenen ausgelöst, für die wir ein Störfaktor ihrer Macht sind. Wir erinnern uns an Maryi Vanessa und betrauern die weiteren Opfer, die weiterhin fallen. Im Namen der indigenen Gemeinschaften Nasa und Kolumbiens und gemeinsam mit Abel rufen wir Sie dazu auf, diesen Fehler zu korrigieren und dazu aufzurufen, dass die von den Vorfahren überlieferte und kollektive Autorität in unseren Territorien respektiert wird. Damit nicht weiterhin das „Fehlen von Macht“ als Vorwand dafür verwendet werden kann, uns zu töten und zu enteignen. Damit sie aufhören, uns auszulöschen und die indigenen Territorien an jene auszuliefern, die das angebliche „Fehlen von Macht“ dazu ausnützen, Zugang zu den Reichtümern zu erlangen und ihren unstillbaren Hunger nach Macht und Gewinn zu stillen.

Sie als indigener Bruder wissen, dass die einzige Autorität unsere Mutter Erde ist. Sie lässt sich in der von den Vorfahren überlieferten und kollektiven Anerkennung unserer indigenen Völker unter ihrem Mandat, in Gleichgewicht und Harmonie zu leben, umwandeln. Das Mandat, das unter großen Schwierigkeiten erreicht und in der Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU (UN-Deklaration der Rechte der Indigenen Völker) ausgedrückt wurde, im Speziellen im Artikel 30, steht ganz im Gegensatz zu dem Geist und der Praxis des Arguments des „Fehlens von Macht“.

1. In dem Land oder den Gebieten indigener Völker dürfen keine militärischen Aktivitäten

stattfinden, es sei denn, sie sind auf Grund eines erheblichen öffentlichen Interesses

gerechtfertigt oder sie wurden mit den betroffenen indigenen Völkern frei vereinbart oder von

ihnen gefordert.

2. Die Staaten führen mit den betroffenen indigenen Völkern mittels angemessener Verfahren

und insbesondere über ihre repräsentativen Institutionen wirksame Konsultationen, bevor sie

ihr Land oder ihre Gebiete für militärische Aktivitäten nutzen.

Die indigenen Völker Kolumbiens werden durch die Weiterentwicklung militärischer Aktivitäten, die im Gegensatz zu unserem kollektiven Interesse und dem Gemeinschaftsinteresse stehen, ausgelöscht. Darüber hinaus wird keinerlei Rücksprache gehalten und die Entscheidung und das Mandat unserer Völker, dass alle bewaffneten Akteure sofort unsere Territorien verlassen sollen, wiederholt und öffentlich ignoriert.

Noch gibt es Zeit den Genozid, der unser Schicksal seit der europäischen Eroberung durch den unersättlichen Drang nach Macht bestimmt hat, zu stoppen. Denn, weit von einem „Fehlen von Macht“, leiden wir seit über 500 Jahren unter einem Überschuss an Macht. Was uns zum Verschwinden bringt, ist das Fehlen von Weisheit und Bescheidenheit und der Respekt vor dem fundamentalen Menschenrecht, von dem sich alle anderen ableiten: das Zusammenleben, das Übereinstimmen von Geschichte und Natur nach dem Mandat, das uns unsere Ältesten und unsere Großmütter beigebracht haben.

Tejido de Comunicación y de Relaciones Externas para la Verdad y la Vida de ACIN
Santander de Quilichao, 25.September 2011.