El pasado viernes 14 de octubre, desde la ACIN salió una comisión hacia el Resguardo Indígena de Cerro Tijeras del municipio de Suarez – Cauca. Esta comunidad desde hace 22 días ha sido víctima de un incremento del conflicto armado.
En el municipio de Suarez se reunieron los integrantes de la Defensoría del Pueblo, organizaciones derechos humanos, el secretario de gobierno del Municipio, Wilson Arias representante de la cámara, el personal del municipio de Suarez, Consejería de la ACIN, personal de la IPSI (salud) y del Tejido de Defensa y la Vida.

El colorido de la Guardia Indígena recibió a la delegación visitante y en caravana salimos hacia el lugar donde se habían presentado las confrontaciones.

La lluvia nos acompañó y después de una hora de camino llegamos aun lugar donde se iniciaría el recorrido del territorio, ya era la una de la tarde de ese viernes. Llegamos a una casa donde estaba totalmente afectada por las esquirlas y ametrallamiento de los aviones de la fuerza pública. Allí un comunero dice: “la gente no se podía concentrar, ni reunir porque cuando lo intentaban les disparaban desde el aire”.

Entonces la comitiva llegó a una de las tres escuelas donde la comunidad estaba concentrada en asamblea permanente. La escuela es un lugar donde la comunidad se reúne cuando hay este tipo de conflictos para salvaguardar sus vidas y como símbolo se utilizan las banderas blancas. Denuncian los habitantes que muy cerca del lugar, los grupos armados se hostigan, las balas y morteros pasan por encima de las instalaciones donde se encuentran refugiados los civiles. Los artefactos explosivos que no alcanzaban a pasar caían cerca del sito de concentración.

La gente da a conocer que se encuentran sin agua potable, debido a que el acueducto han sido destruido por las bombas arrojadas por la fuerza pública o por morteros lanzados por las FARC. Además el personal de salud, los alimentos y las ayudas no han podido ingresar al sitio, porque la fuerza pública lo ha impedido.

Pero la solidaridad de la misma comunidad les ha permitido sobrevivir, las veredas que no han sido tan afectadas han aportado con libras de arroz y revuelto (plátano, yuca, papa, entre otros alimentos), que para poder hacer llegar estos productos arriesgan la vida y esquivan el conflicto caminando por caños y senderos. Muchas de las personas que tuvieron que huirle al conflicto duermen sobre costales tendidos en el piso, debido a que ninguna entidad del gobierno se ha presentado desde el viernes 23 de septiembre cuando inició la confrontación armada hasta este 14 de octubre que llegó esta comisión.

En este recorrido descendimos por una vía maltrecha y en una vivienda nos encontramos a sus dueños afirmando que: “Los soldados subieron y se atrincheraron en mi casa, les dije que se salieran porque estaban disparando a la casa. Pero no lo hacían y las balas atravesaban el techo. Cuando se dispusieron a salir, les dispararon y cayeron dos soldados en el patio de mi casa. Yo cogí a mi esposa y a mi hija y me tire debajo de la cama. Yo pensaba, cuál de esos grupos cuida el pueblo. Unos se atrincheran en las casa y el otro dispara sin pensar en las personas civiles. Cuál será la lógica de esta política me pregunto yo”.

Recordemos que las escuelas de las veredas Los Chorros, La Alejandría y El Amparos se convirtieron en lugares de concentración y refugio ante el conflicto. Avanzando junto con la lluvia, llegamos al segundo sitio de concentración. Allí había pocas colchonetas, con poca comida que traían los vecinos y la que podían comprar con sus recursos en el municipio de Suarez.

En muchas ocasiones la Guardia Indígena compraba y transportaba los alimentos en algunas motos a los sitios de concentración, ejercicio que se dificultaba debido a que la fuerza pública impedía el paso. Ante esta comisión la comunidad agradeció por la visita pero también se sentía una molestia justificada debido a que solo después de 20 días llegamos con las manos vacías y a preguntar cómo estaban.

El gobernador del cabildo Enrique Guetio, afirmó que envió un documento donde daba a conocer lo que estaban pasando y sus necesidades al secretario de gobierno del municipio de Suarez y a Acción Social pero estos entes gubernamentales dicen que fue una información incompleta, generando una discusión entre estas organizaciones. Ante esta reunión la comunidad manifestó que: “En vez de traer soluciones para resolver esta situación y satisfacer las necesidades de la comunidad concentrada vienen es a discutir”.

En el encuentro había presencia de la comunidad de Los Pinos, donde no pudimos participar por cuestiones de tiempo. A esta vereda se puede llegar a través de un planchón sobre la represa de la Salvajina, sus habitantes denuncian que el planchón fue decomisado por parte del ejército, sin importarle que no hayan podido ir a sus fincas a buscar revuelto o comida para su comunidad y sus familias. También manifiestan que hay temor porque puede haber minas o artefactos explosivos en sus parcelas.

También denunciaron que han pedido personal de salud al municipio, pero debido al conflicto no los han enviado. Y resaltan al personal médico de la IPSI -ACIN  que los han acompañado y ayudado, en muchas ocasiones arriesgando su vida. El secretario de gobierno dice que él ha estado muy pendiente de todo lo que ha estado pasando pero surge la pregunta de que si ha estado pendiente entonces dónde están los resultados.

Por último procedimos a bajar al último sitio de concentración donde se concluiría la visita y donde la Guardia Indígena entregó a las entidades de gobierno un artefacto que habían dejado abandonado los grupos armados y en presencia del gobierno procedieron a destruirlo. Aproximadamente a las 5 de la tarde finalizó el recorrido de esta comisión.

 

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