El miércoles de la semana pasada, el delegado de la Misión de Observación Electoral en Putumayo Eladio Yascual Imbaquín llamó a La Silla Vacía. Dijo que tenía graves denuncias sobre el alcalde electo en Mocoa, pero que prefería no explicarlas por teléfono.

 

Prometió enviar los papeles con la información a la oficina de La Silla. Los papeles llegaron el lunes. Pero Eladio fue asesinado el domingo.

Eladio Yascual, era coordinador de la MOE en el Putumayo y miembro de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos, ANUC Putumayo.

Eladio fue asesinado frente a su esposa a un kilómetro de la capital del Putumayo. Estaban cocinando un asado junto al Río Pepino, cuando dos hombres armados se acercaron y le pegaron varios tiros.

“Aún no se sabe quién pudo estar detrás de su muerte. El Coronel Carlos Fernández dijo que mañana o pasado mañana se tendría más información”, dijo a La Silla Carlos Núñez, Secretario de Gobierno de la Alcaldía de Putumayo. Hoy a las dos de la tarde será su entierro.
 

La pelea de Eladio: el alcalde de Mocoa

Élver Porfidio Cerón, alcalde electo de Mocoa en las pasadas elecciones.

Eladio era un campesino, profesor del Sena, que había estudiado biología marina en Tumaco y que había dedicado los últimos años a defender varias causas.

Antes de su muerte, Eladio investigaba unas irregularidades cometidas por el alcalde recién electo en Mocoa Élver Porfidio Cerón. Y sobre esa investigación trataban los documentos que envió a La Silla.

Eladio envió cuatro documentos. Uno es una demanda interpuesta ante la Procuraduría en 2006 contra Cerón, cuando era Alcalde de Mocoa por el período 2004-2007, por irregularidades en la subasta pública para vender el lote donde se encontraba la antigua Plaza de Mercado de Mocoa. El segundo es la decisión de la Procuraduría de avanzar en la investigación. El tercero, el fallo en primera instancia de la Procuraduría del 31 de agosto de 2011, en el que se ordena la destitución e inhabilidad de Cerón por doce años.

Y el cuarto documento es una petición de Eladio -respaldada con firmas de los ciudadanos de Mocoa- para que la Procuraduría se pronunciara en segunda instancia pronto, después de que Cerón apeló el primer fallo. Cerón se había lanzado de nuevo a la Alcaldía de Mocoa por el Partido Conservador y, un mes después de ser destituído,  mientras aún cursaba su apelación, ganó las elecciones. Obtuvo 8.014 votos.

Según dijo a la Procuraduría uno de los testigos en el proceso, cuando se abrió la licitación pública en 2006 para vender una de las plazas de mercado abandonadas de Mocoa, Cerón repartió el dinero de la licitación a su gusto. Si bien el precio de la plaza era de 950 millones de pesos, el testigo dijo que por contactar al Alcalde con el empresario Jesús López Casanova, él se ganaría 40 millones de pesos, el alcalde Cerón 60 millones y 50 más se repartirían entre siete concejales que aprobarían la venta. “La negociación se realizó como se convino y mi cliente pagó el inmueble en el valor acordado al igual que los valores extras exigidos por el señor alcalde”, dice el testigo, Carlos Alberto Córdoba.

Además de Córdoba, el ex concejal Luis Alfonso Bastidas denunció ante la Procuraduría que la licitación no respetó los requisitos para tener en cuenta a todos los oferentes.

También declararon contra Cerón los ex concejales Eduardo Antonio Pérez y Luis Benigno Córdoba. Y por último, el empresario Henry Chávez, uno de los que participaron en la licitación y quien decidió poner la denuncia ante la Procuraduría cuando el Alcalde le propuso pagar las ‘comisiones’ a los concejales y a él mismo para ganar la licitación. Chávez denunció a Cerón por interés indebido en la celebración de contratos. Y varios años después, en agosto de este año, la Procuraduría lo destituyó por 12 años.

Pero antes de su destitución, el Partido Conservador ya le había dado el aval a Cerón para que volviera a lanzarse a la alcaldía de Mocoa. Ahí fue cuando Eladio, como observador de la Misión Electoral, puso sus ojos en Cerón.

“Él fue un gran veedor durante las elecciones”, recordó a La Silla uno de los concejales que lo vieron trabajar durante la campaña electoral. “Él denunció la posibilidad de que grupos armados influyeran en los comicios electorales”, dijo a La Silla Éder Sánchez, uno de los miembros de la MOE y amigo de Eladio. Y como veedor del proceso electoral, también quería denunciar las irregularidades financieras del entonces candidato Cerón.

Como lo denunció durante las elecciones el portal Vote Bien, Élver Porfidio Cerón fue uno de los candidatos que no entregaron al Consejo Nacional Electoral sus cuentas de campaña como ordenaban las normas, lo que implica una multa de entre los 10 y 100 millones de pesos.“En Mocoa se creía que iba a ganar el candidato del Partido Verde, pero la última semana hubo mucha repartición de dinero y ganó Cerón”, dijo a La Silla una de las amigas de Eladio.

En la carta que Eladio envió a La Silla, refiriéndose a Cerón, denuncia que en la pasada contienda “se vio reflejada la cantidad de plata que tenía disponible para comprar conciencias”. Y adjunta las firmas que recogió entre ciudadanos de Mocoa, solicitando que la justicia se pronunciara en segunda instancia sobre el fallo de destitución. “Ciudadanos de Mocoa queremos que por primera vez en el Putumayo y sobre todo en Mocoa se marque un precedente que la justicia en Colombia sí existe, y que municipios lejanos se los tiene en cuenta, este es un S.O.S. que hace el municipio”, dice la carta fechada el 23 de noviembre.

De acuerdo a la página de la Procuraduría, este ha sido el único caso resuelto contra Cerón en primera instancia, pero no el único que cursa contra él. De acuerdo a los datos de este organismo de control, el alcalde electo tiene once procesos disciplinarios, dos de ellos en estudio preliminar, dos en evaluación de investigación disciplinaria y uno en indagación preliminar. Pero con que se ratificara el de la plaza de mercado, Cerón no podría posesionarse el próximo primero de enero.

 

El enigma detrás de su muerte

Aunque Cerón tiene muchos procesos disciplinarios en su contra y los políticos en la zona lo describen como “politiquero” o “populista”, varios de ellos, consultados por La Silla Vacía, dudan que el asesinato de Eladio tenga algo que ver con estas denuncias en su contra. Argumentan que el caso se venía moviendo desde mucho tiempo atrás y que, aunque Eladio fue el que comenzó a hablar de él un mes antes de las elecciones, nada que él hiciera o dejara de hacer cambiaría el curso del proceso en la Procuraduría en Bogotá. Dos amigos de Eladio sí dijeron que el alcalde electo inspiraba miedo entre los habitantes de Mocoa, pero no tenían ninguna prueba de que Cerón estuviera detrás del crimen.

En todo caso, Eladio tenía muchos más enemigos que el alcalde electo.

Eladio nació en Consaca, Nariño pero desde hace cuatro años vivía en Mocoa. Hacía parte de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos -ANUC- (que todavía existe en el sur del país) y era coordinador de la MOE desde 2009.

Como miembro de la Anuc se vinculó a la Mesa de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Afros de Putumayo, con lo que la lucha de Eladio no era solo electoral: era minera, ambiental, sobre tierras y derechos humanos. “Él fue uno de los críticos del proceso de exploración que está haciendo la Anglogold Ashanti para explotar cobre en la zona”, contó uno de sus amigos. También fue vocero del pueblo indígena Kamsá que se oponía a la construcción de la vía Mocoa-San Francisco, por falta de consulta previa.

Uno de los investigadores bogotanos que trabajan en la zona y que conoció a Eladio contó a La Silla las múltiples denuncias que había hecho recientemente: denunció que la familia del gobernador Byron Viveros era dueña de la mayoría de las tierras del departamento; que Corpoamazonía era un fortín del Partido Conservador que a pesar de recibir más recursos que la Gobernación no producía resultados en materia ambiental; que había barrios en Mocoa como Terminal, La Independencia y San Agustín, a los que no iba la Policía, por los que no se podía ir después de las cuatro de la tarde.

El 18 y 19 de este mes Eladio asistió, como muchos miembros de organizaciones de derechos humanos, a un Observatorio Nacional de Paz, convocado por la Mesa Campesina, Indígena y Afro. Allí no sólo se habló del tema de tierras, de minería, de la vía San Francisco-Mocoa, sino que fue la primera vez que los miembros de la Mesa a la que pertenecía Eladio comenzaron a tomar en serio las amenazas que venían recibiendo.

El día después de terminar el Observatorio, fue asesinado en el muncipio de Sibundoy Igidio Muchanisoy, indígena del pueblo Kamsá. Fue encontrado en una cancha de fútbol, acuchillado. Y diez días después mataron a Eladio.

“La Mesa tenía amenazas desde hace mucho, la mayoría de las Águilas Negras, pero no había pasado nada. Con estos dos asesinatos vamos a tomarnos las denuncias en serio”, contó a La Silla Éder Sánchez, uno de los amigos de Eladio en la Anuc y en la Mesa.

“Es un crimen contra la democracia”, fue lo que dijo en Twitter el Representante a la Cámara de este departamento Guillermo Rivera sobre la muerte de Eladio. Pero el asesinato de Eladio no es solo un símbolo de los ataques a los veedores del proceso democrático, es también la muerte de un líder y de un defensor de derechos humanos. Con el de él ya son 40 asesinatos por violencia política durante los últimos comicios.

Eladio terminó su carta a La Silla diciendo: “Confiamos en su trabajo transparente y su sentido social que ustedes tienen, el municipio de Mocoa Putumayo les agradece que nos ayuden a forjar un futuro diferente para las nuevas generaciones esperamos buenas noticias.”

Las buenas noticias no llegaron.

http://www.lasillavacia.com/historia/esto-investigaba-el-delegado-de-la-moe-cuando-lo-asesinaron-29937