Si hay alguna manera como los antioqueños podemos colaborar con Chocó y sus habitantes es no jorobarlos más ni amenazarlos con obras.

 

De las cosas que asustan es un paisa con hacha o retroexcavadora en mano. Ya se experimentó con la colonización de buena parte del país, hecha, tal como lo pregona el Himno de Antioquia, a golpes de hacha.

De tanto en tanto aparecen ingenieros y personas proponiendo una carretera hacia Panamá y otra hacia Nuquí. O sea: a la vieja manera, tumbando bosque para que ‘entre el progreso’. Leía incluso hace poco con asombro, y hasta una carcajada me arrancó, alguien que proponía llenar el norte del Chocó con naranjos.

Cuando en Durban se discute el futuro del planeta, cuando reconocemos el daño que se les ha hecho a nuestras selvas, proponemos carreteras por santuarios ecológicos que traen colonización y destrucción, y que contrario a lo que algunos afirman no mejoran la vigilancia: investigaciones serias muestran cómo mientras menos acceso por vías tenga una región, menos tala.

Ese no es el caso. Hay que hacerlo a la nueva manera. A la del siglo XXI: con genética para aprovechar la biodiversidad. La riqueza del país, lo reconocen todos, está en sus recursos naturales. Se reconoce, pero no se actúa. Una carretera a Panamá solo serviría para cumplir sueños de unos pocos. Y la vía a Nuquí sería un ataque directo contra el corazón biodiverso del país, que este se comprometió a vigilar al suscribir la Convención sobre la Biodiversidad.

Menos mal no todas las noticias ni las propuestas son malas. Unesco advirtió hace tres semanas que varios Patrimonios Mundiales están en franco deterioro, entre ellos el Parque Nacional Los Katíos, por cuyas márgenes iría la nociva carretera panamericana. La Cancillería editó en 2009 un documento sobre los Patrimonios Mundiales colombianos y recordó que el país se comprometió en mayo de 1983 a salvaguardarlos.

Si Colombia llegase a tocarlo, no sería de buen recibo por la comunidad internacional.

Pero no se trata de cruzar los brazos. Desde junio se formuló el Conpes 3697 que establece una “política para el desarrollo comercial de la biotecnología a partir del uso sostenible de la biodiversidad”.

Mary Lou, de WWF decía que lo verde le produce hoy a Costa Rica más que la suma de sus tres principales productos agropecuarios. En las consideraciones del Conpes se cita ese caso y a Brasil. Además, la Política Nacional de Productividad y Competitividad trazada por el Conpes 3527 de 2008 creó un comité técnico mixto de Biodiversidad y Sostenibilidad para estudiar estrategias y acciones para aprovechar los recursos.

Tenemos elementos para explorar y aprovechar nuestra riqueza genética y preservarla. Es la opción siglo XXI. Decir que solo hay desarrollo al construir carreteras y tumbar bosques no es la opción hoy, como no lo es esa hacha a cuyos golpes libres acentos resuenan y que casi impidió que las futuras generaciones aspiraran “tus olorosas esencias”.

Chocó merece un buen futuro dado su regular presente. Sin destrucción, por favor.

Por Ramiro Velázquez Gómez, editor de Ciencia y Cambio Climático en El Colombiano

http://www.territoriochocoano.com/secciones/opinion/1973-no-jorobemos-a-los-chocoanos.html