Fuimos 30 los caminantes que salimos desde el resguardo nasa de Piçkwe Îkh, en La Argentina, Huila, hacia el resguardo de Vitoncó, en Páez, Cauca. Adelante iban los perros, saltando y ladrando, en medio, los músicos, y alrededor autoridades, mayores, mujeres, niños, guardia indígena y el médico tradicional.

 

El lugar donde está enterrado el ombligo

 

“Me siento feliz cuando el joven dice que vamos cogidos de la mano de

los mayores y yo como mayor felicito y digo sigan adelante con la lucha”

 

Fuimos 30 los caminantes que salimos desde el resguardo nasa de Piçkwe Îkh, en La Argentina, Huila, hacia el resguardo de Vitoncó, en Páez, Cauca. Adelante iban los perros, saltando y ladrando, en medio, los músicos, y alrededor autoridades, mayores, mujeres, niños, guardia indígena y el médico tradicional. También caminó el programa Vientos de Comunicación  del Consejo Regional Indígena del Huila CRIHU y dos jóvenes del resguardo nasa de Potrerito. Para realizar esta caminata se realizó un ritual a cada uno de los caminantes con el médico tradicional, en símbolo de la permanencia, resistencia e identidad cultural y equilibrio con Mama Kiwe.

 

El día 5 de octubre del año 2011 salimos desde el resguardo Pickwe Ikh, a la una y media de la tarde, hacia nuestro resguardo  de origen llamado Vitoncó, capital y cuna del Pueblo Nasa, con el objetivo de conmemorar el 12 de octubre, día que Occidente celebra como el día de  la “raza” pero para nosotros y nosotras, los pueblos  indígenas, es un genocidio, y día que revive la resistencia y la lucha de los pueblos originarios de Abya Yala, hoy llamada América.

 

Porque nosotros no somos nacidos en el Huila. Nuestros ombligos están enterrados en las cocinas de Vitoncó porque al nacer la partera nos corta el ombligo y el papá lo entierra cerca del fogón de la casa para que esté protegido con su calor, que por mucho que uno se aleje sienta el calor de hogar y no se desconecte de sus raíces. Lamentablemente en el año 1994 la naturaleza nos apartó de nuestra tierra a raíz de la avalancha del río Páez por el deshielo del Volcán Nevado del Huila y  tuvimos que reubicarnos en territorio huilense.

 

El primer día amanecimos en el resguardo de La Gaitana, de los hermanos nasa y misak, en el municipio de La Plata. El día 6 de octubre salimos a las  seis de la mañana. Entre La Gaitana y Vitoncó recorrimos los siguientes resguardos: el cabildo Tub Dxi’ (Belén), el reguardo San Andrés, el resguardo Tumbichucue del municipio de Inza,  el resguardo Lame y por fin llegamos al  resguardo Vitoncó.

 

Nos fuimos hospedando en cada uno de los resguardos y en horas de la noche compartimos y recibimos varias experiencias e historias de los mayores y de la comunidad en general. Recibimos palabras de aliento y gestos de hermandad y solidaridad con la guardia indígena.

 

Exaltamos la voluntad de cada uno de los jóvenes haciendo sus trabajos. Los jóvenes cada día estamos convencidos y dispuestos a luchar por nuestros territorios y ejercer cargos dentro de ellos y no regalarle tiempo a la fuerza armada tanto a la izquierda como a la derecha.

 

“Estoy muy orgulloso de que los jóvenes y que la guardia por primera vez recorren las huellas de los antepasados ya que nosotros los mayores, por edad, por el tiempo, nos vamos cansando más. Me siento feliz cuando el joven dice que vamos cogidos de la mano de los mayores y yo como mayor felicito y digo sigan adelante con la lucha”. Fueron las palabras del señor Cristóbal Julián, mayor y líder del resguardo nasa de Lame.

 

A veces nos sentíamos cansados de caminar pero pensábamos en las fuerzas que nos daban los mayores en cada resguardo. Entre nosotros mismos los caminantes nos fortalecíamos, pensando que antes de existir diferentes formas de acceso de transporte, así mismo caminaron nuestros abuelos.

 

El día 10 de octubre el resguardo Vitoncó, específicamente las  veredas El Cabuyo y El Cuartel, nos recibieron con chicha, carteleras, banderas, música tradicional, guardias y mayores, entrecruzando los bastones y decían: “weçx ywekwe çxhab Wala kiwen”, bienvenidos a Tierradentro. Ahí nos reunimos y se nos unieron más de 70 personas entre guardias, autoridades, niños, músicos, niñas, mayores y mayoras hasta llegar a la  vereda el Cabuyo.

 

El día 12 de octubre, “día de la raza”, reunidos con la comunidad y cada una de las veredas del resguardo Vitoncó, decíamos “nosotros no somos animales para que digan razas si no hombres pensantes y luchadores”. Por eso esta fecha para los pueblos indígenas de Colombia es un día de lucha y resistencia, porque fue momentos en que los conquistadores llegaron exterminando, adueñándose de nuestras riquezas que poseían nuestros abuelos. Todavía hoy seguimos perseguidos por el gobierno por medio de leyes, permitiendo entrar a las grandes multinacionales a que sigan explotando.

 

Los caminantes, por la vida, por la lucha, por el bien de nuestra generación, por el bien de nuestra Madre Tierra, seguiremos luchando contra el gran monstro que cada día nos atropella, pero trabajando en unidad, en hermandad para lograr un país  y un mundo que soñamos construir, sin discriminación de nada ni de nadie.

 

Aunque los días de recorrido terminaron quedamos felices, con gran valor y nuestras luchas seguirán en pie. Nosotros los ancianos descansaremos pero los hijos de nuestros hijos seguirán luchando mientras que no se apague el sol. Porque  cada uno, si sabe lo que tiene, sabe qué es lo que defiende. Porque el ombligo sigue abrigadito junto al fogón.

 

Vientos de Comunicación

Consejo Regional Indígena del Huila, CRIHU

vientosdecomunicacion@gmail.com