Precios escandalosamente altos. Desangre del sistema de salud. Rechazo al monopolio de las trasnacionales. El gobierno debe legislar a favor de los biotecnológicos baratos.

 

Las farmacéuticas extranjeras están abusando del monopolio de los biotecnológicos y cobrándoselos a los colombianos a precios altísimos. Colombia tiene los medicamentos de marca (que son los que venden las multinacionales) más caros de la región andina. Y en el caso de los biotecnológicos, las diferencias de precios llegan a ser de 200, mil o más de 3.000 por ciento si se comparan con países como Inglaterra y Estados Unidos.

 

Los precios que les imponen las trasnacionales a los biotecnológicos hasta presionan a la ruina el sistema de salud de Colombia. Para ellas la salud es solo un negocio al que le deben exprimir hasta el último centavo, aun a costa de la enfermedad y la vida de los colombianos. Ocho de los diez medicamentos más recobrados al Fosyga son biotecnológicos. Y entre 2005 y 2010 los recobros totales al Fosyga pasaron de 207 mil millones a 2,4 billones de pesos, ¡un crecimiento de más de mil por ciento!

 

La Conferencia Episcopal, Misión Salud, Ifarma y Asinfar (gremio de los laboratorios colombianos), entre otros, le han solicitado al gobierno colombiano que promulgue unas normas que permitan que los biotecnológicos puedan ser producidos por más empresas, lo que, al romper el monopolio, bajaría sus precios y estimularía el desarrollo científico e industrial del país. Como es obvio, a esta propuesta se opone Afidro, porque es la agremiación de las farmacéuticas extranjeras.

 

Los colombianos debemos llamar al gobierno de Juan Manuel Santos a que promulgue una normativa que permita que las empresas colombianas produzcan biotecnológicos de alta calidad, de manera que sus precios bajen. Descuidarnos le facilitaría al gobierno ceder a las exigencias foráneas. Y sí lo hace pondrá en riesgo la salud y la vida de millones de compatriotas. Los colombianos tenemos el derecho a tener medicamentos biotecnológicos baratos y producidos en Colombia.

 

Declaración Senador Jorge Enrique Robledo, Bogotá, 23 de febrero de 2012