Más de 2.800 asesinatos, 216 desapariciones forzosas y 163 secuestros en los últimos 27 años son algunas de las preocupantes cifras que arroja el informe sobre violencia contra sindicalistas presentado por el Pnud.

¿Por qué matan a los sindicalistas? ¿Quién está detrás de esta violencia? ¿Qué ha logrado hacer hasta hoy el Estado colombiano frente a estos hechos? Estos son algunos de los interrogantes que intenta resolver el informe ‘Reconocer el pasado, construir el futuro’, un estudio que le llevó dos años de investigación al Plan de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Pnud, y que fue presentado este lunes.

La situación de violencia contra los trabajadores sindicalizados en el último cuarto de siglo llevaron a la elaboración de este documento, que según el embajador de la ONU en Colombia, Bruno Moro, no busca denunciar sino “mejorar la base de conocimiento sobre la violencia contra sindicalistas en Colombia y contribuir al fortalecimiento del diálogo entre los actores comprometidos con la solución del fenómeno”.

El coordinador del proyecto Carlos Miguel Ortiz, explicó que respecto a la cifra de 2.800 asesinatos que ha habido desde 1984, año en el que se empieza con la recolección de las cifras, “la tasa de homicidios es muy alta desde cualquier punto de vista. Hay una tendencia descendente desde 2003, pero todavía no nos deja tranquilos porque en ningún año baja de los 30 homicidios”, aseguró.

“Además de los homicidios hay casos de desaparición forzada y secuestros. Desde 2007 han aumentado las amenazas. Deberíamos preguntarnos si se trata de un descenso de la violencia o si es una transformación de sus manifestaciones”, matizó Ortiz.

¿Qué hay detrás de la persecución a los sindicalistas?

La pregunta planteada es sin duda uno de los debates más importantes. Bruno Moro, señala que la violencia antisindical “ha sido un tema de gran polémica en Colombia por muchos años, se considera como uno de sus principales problemas de derechos humanos, y el país resalta como uno de los de mayores violaciones”.

Pero, ¿qué hay detrás de esto? Según el estudio, la violencia antisindical en Colombia está concentrada en algunas regiones (Antioquia, Santander, Valle del Cauca, Cesar, Arauca, Atlántico y Córdoba) y en algunos sindicatos, especialmente los del magisterio, bananeros y petroleros.

“Una violencia tan concentrada plantea la pregunta de si puede ser aleatoria y general o si es sistemática, y en ese caso quién está detrás”, dijo Ortiz. “El debate sobre la autoría de los crímenes es crucial por el derecho a la verdad, justicia y reparación; pero a la vez es el más difícil, porque el 78% de los homicidios aparece sin autor”, explicó.

De los casos sentenciados, apenas 223, sólo 25% establece el autor material y 7,8% señala la autoría intelectual. De acuerdo con las cifras, grupos paramilitares serían los autores en 14% de los homicidios, las guerrillas del 5,1% y agentes del Estado de otro 1,7%. “La delincuencia común tiene un porcentaje bajísimo, casi insignificante, lo que contrasta con la tesis de que los sindicalistas han sido asesinados para robarlos”, indicó Ortiz.

Entre los móviles de estos crímenes, en 56% de los casos figura el “antisindical”; es decir, que los homicidios tuvieron como causa la actividad sindical de las víctimas. Pero el Pnud alertó que de ese porcentaje, “en 40,5% el móvil del crimen fue la calificación de la víctima por parte del victimario como subversivo por el solo hecho de ejercer la actividad sindical”.

Este fenómeno, que el Pnud llama el “prejuicio insurgente” o el “estereotipo del sindicalista-guerrillero”, constituye el “preámbulo de la victimización” y “no sólo está en la cabeza del victimario, sino en la de la gente del común”, apuntó Ortiz.

El estudio fue promovido por Canadá, España, Estados Unidos, Francia, Noruega, Países Bajos, Reino Unido y Suecia, bajo la coordinación del Pnud. Sus resultados serán presentados este miércoles al gobierno del presidente Santos, las centrales sindicales y la asociación de industriales, que participaron en su elaboración.

 

 

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