Para aquellos familiares con la carnicería que es la guerra en Irak, la palabra Haditha lo dice todo. Haditha no es una persona, es un lugar. Una villa en Irak en la que soldados norteamericanos deliberada y furiosamente mataron a varias docenas de irakíes: hombres, mujeres y bebés.

 
La Masacre de Haditha ocurrió hace 6 años, pero no fue formalmente “resuelta” sino hasta hace unas semanas, cuando un sargento norteamericano, Frank Wuterich, fue virtualmente exonerado de toda culpa. Los cargos contra la mayoría de los acusados, fueron retirados, y un soldado fue absuelto.
 
Decir que se inventaron excusas para ocultar un crimen, sería un eufemismo.
 
Como ya se declaró el retiro formal de las tropas de los Estados Unidos de los campos de batalla de Irak, parece que ahora no hay necesidad de que las relaciones públicas hagan aparecer como que los norteamericanos que matan a civiles irakíes son sometidos a verdaderos juicios.
 
Si alguien creyó que los yankis fueron a “ayudar” al pueblo de Irak, Haditha borra esa mentira.
 
A pocas semanas de la “solución” de esa Masacre, un soldado norteamericano desató su furia en Afganistán, disparando indiscriminadamente contra civiles, yendo casa por casa, matando a unas 16 personas, (¡incluyendo a 9 niños!)
 
Como en Irak, así también en Afganistán.  El ejército imperial invade, armado con palabras como democracia, derechos humanos, derechos de la mujer, y, a terminar con la tortura.
 
Entonces ocurre lo de Haditha.
 
Entoces ocurre lo de Abu Ghraib
.
 
Entonces ocurre la Masacre de Kabul.
 
En realidad, ocurre el imperio.
 
Y así que hablamos, estamos viendo la degeneración del imperio.
 
Afganistán. Irak.
 
¿Es Irán el que sigue?
 
 
(c) ’12 maj
 
Mumía Abú-Jamal