Planteamiento en la conferencia de prensa, 25 de Abril del 2012. Los pueblos indígenas en la Honduras post golpe, padecemos de una ofensiva por parte del neoliberalismo fundamentalista, que viene saqueando Honduras como si fuera un trofeo de guerra, después de haber defenestrado la democracia, como parte de una ofensiva imperial, promovida desde hace décadas y apuntalada por la administración Clinton-Obama.

 
El actual Congreso “nacionalista”, surgido de las elecciones espurias de noviembre del 2009, ha reducido a añicos los pobres avances sociales del siglo XX: entre otras, la Ley de  Empleo Temporal, la Ley de inversión Público  Privado, los Planes de Nación y Visión de País, y la Ley de Regiones Especiales para el Desarrollo (RED, o Ciudades Modelo) son un exponente de la subordinación al capital trasnacional y sus lacayos.
 
Mientras tanto, Honduras continúa siendo un país ocupado por las tropas del Comando Sur de los Estados Unidos (cuatros bases de ocupación);  al mismo tiempo que  nos sumimos cada día mas en una república bananera putrefacta (86 muertos por cada cien mil habitantes), al servicio de los carteles de la droga, los que controlan gran parte del país.
 
Desde el robo sistemático de los arsenales de las fuerzas armadas hasta una corrupción generalizada que pulula en todos los niveles de la administración publica, es el sombrío panorama nacional.
 
Las guerras por los denominados “recursos naturales” implica una apropiación de los territorios ocupados los pueblos indígenas del planeta. En Honduras represas hidroeléctricas, los proyectos de Reducciones de las Emisiones causadas por la Deforestación y la Degradación de los Bosques (REDD) y la ley de Regiones Especiales para el Desarrollo (RED) forman parte de una ofensiva estatal promovida por organismos internacionales (Naciones Unidas, Banco Mundial y Banco Interamericano de Desarrollo) con el propósito de apropiarse de nuestros  territorios.
 
REDD y represas hidroeléctricas forma parte del esquema de falsas soluciones al cambio climático, promovidas por los países industrializados como un maquillaje a las severas problemáticas que representa el calentamiento global en el istmo centroamericano. Al mismo tiempo la frontera de los agrocombustibles se expande, y hoy en día llega hasta la Biosfera del Río Plátano y la Moskitia, cambiando desde los patrones de tenencia de la tierra hasta el de la seguridad alimentaria.
 
A pesar que el Estado de Honduras firmó y ratificó el Convenio 169 de la OIT (1995), además de la Declaratoria de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (UNDRIP, 2007), el Estado desconoce y se mofa del Consentimiento Previo Libre e Informado (CPLI), el cual está consignado tanto en el convenio 169 y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, UNDRIP.
 
Desde la inconsulta Ley de Propiedad, pasando por las represas hidroeléctricas impuestas a los pueblos de la Moskitia y Lencas, hasta el Plan de Nación y la RED, en ningún momento el Estado ha procedido efectuar consulta con los pueblos indígenas. En el borrador del anteproyecto de Ley de Pesca, menciona el derecho a la consulta, procediendo a limitarlo de antemano.
 
Como un paliativo, la administración Lobo, procedio a crear el Ministerio de Justicia y el de las Etnias, los que se han limitado a ser Ministerios de cartón, diseñados para lavar la deprimente imagen que posee el país, más que a defender los derechos humanos y territoriales de los pueblos indígenas.
 
Mientras tanto los pueblos indígenas  estamos bajo observación por parte del imperio, y nos hemos convertido en objetos de estudio e infiltración permanente. El Sistema de Terreno Humano,  promovido por las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos y la Universidad de Kansas, es un proyecto con una visión imperialista, el que se viene elaborando desde hace años un mapeo tanto de la biodiversidad de nuestros territorios como de la geografía humana y cultural.
 
La sobrevivencia de los pueblos indígenas como culturas diferenciadas se encuentra en un inminente peligro, ante la homogeneización cultural promovida a través de los medios de comunicación masivos, parte de la estrategia de colonialismo interno. La ausencia de medios de comunicación en nuestros idiomas facilita la aculturación, y con el agravante que CONATEL ha emitido una Ley que prohibe la facilitación de las radios comunitarias. Las existentes se ven acosadas, tal como sucedió recientemente en dos ocasiones con las radios del pueblo Lenca.
 
En repetidas ocasiones hemos señalado el fracaso de la Educación Bilingüe intercultural (EIB), ante la politización y corrupción imperante dentro del Ministerio de Educación, donde las plazas de maestros en las comunidades indígenas se les confiere a personas que no manejan el idioma y cosmovisión de los pueblos, o se envían a maestros como de “castigo”.
 
El colapso de Honduras como país es promovido por actores exógenos, que entiende perfectamente la conexión entre un estado débil y la propensión a ceder tanto el territorio y recurso al capital extranjero. El golpe de estado perpetrado por el ejercito, facilitó la entrega de Honduras. Sin embargo los pueblos indígenas hemos manifestado en múltiples ocasiones, nuestra resistencia al plan de destrucción de honduras formulados tanto el Departamento de Estado (USA)  y su Comando Sur, acompañados por la minúscula elite de poder nacional.
 
En febrero del año pasado,  se efectuó la Asamblea de Pueblos Indígenas y Negros de Honduras, en la cual efectuamos un ejercicio de democracia, sentando las bases para una Asamblea Constituyente, desde la visión de los Pueblos Indígenas y Negros hacia la sociedad hondureña; que hasta la fecha consideramos como la salida pacífica a la grave crisis que atraviesa Honduras. Hasta la fecha se encuentra vigente la propuesta de entablar una Asamblea que en base un profundo y verdadero dialogo nacional, que constituya la Refundación de Honduras.
 
El Observatorio de los  Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas, reclama un respeto a los territorios y vida  de nuestros pueblos, retomando el camino de una verdadera democracia y un cese al hostigamiento represión de nuestros líderes y dirigentes.
 
Tegucigalpa 25 de Abril del 2012