El pasado dos de mayo, en la conmemoración de los 10 años de la masacre de Bojayá, de nuevo pudimos constatar la falta de solidaridad frente al dolor ajeno, esta conmemoración cada vez cuanta con menos personas, instituciones públicas, agencias de cooperación, organizaciones y medios de comunicación, al parecer siempre son los mismos con las mismas. Si hablamos de víctimas, todos en el Chocó lo hemos sido, por un lado del abandono del Estado colombiano, por otro de los grupos armado ilegales, también de la usurpación territorial y sobre todo del robo de nuestros recursos naturales.