Sin tener en cuenta la entrada del TLC con USA ni entrado en vigencia el acuerdo comercial con la Unión Europea, ya empiezan a sentirse los desfalcos del “libre” comercio en el agro colombiano.  La medición trimestral de las importaciones señala que aumentaron en 52,5 % en el primer trimestre de 2012 respecto al año anterior. (Portafolio 28 de mayo 2012).

Las importaciones de alimentos pasaron de 252.516 toneladas en el primer trimestre del 2011 a 385.196 toneladas en el primero del 2012. Esto significó un incremento de 54,2% en el valor de las importaciones. Hace un año, el país pagó en esos tres meses 309,1 millones de dólares mientras que en el año en curso pagó 476,8 millones de dólares.

En el tema lácteo el asunto es escandalosamente grave, pues el aumento de las importaciones  relacionadas con los productos lácteos alcanzó el 543%, importaciones traducidas en un aumento de 930% del dinero necesario para su adquisición.

Sobre esto Luis Fernando Salcedo, director de la Cámara Gremial de la Leche –organismo que asocia a los productores–, se mostró sorprendido por las entradas masivas de leche y lácteos y expreso :“No he encontrado ninguna explicación acerca de esto, pero creo que el problema está en la Dian, que no está controlando los contingentes aprobados. Desde Argentina y Uruguay, por esa debilidad institucional, las importaciones provenientes del bloque de Mercosur, que tenían un cupo de 4.232 toneladas para todo el año, exportaron hacia Colombia 6.200 toneladas durante los dos primeros meses de este año”.

SOBERANIA ALIMENTARIA

Sin embargo, las mayores importaciones no se traducen en menores precios para los consumidores y el mismo ministro de agricultura, Juan Camilo Restrepo reconoció que “los altos precios que se han pagado por las importaciones de alimentos se deben a los altos precios que han tenido estos en el mercado mundial” y reconoció que estos son los primeros efectos de los tratados de libre comercio (TLC) con países como Chile, Canadá y Mercosur.

La declaración del Ministro confiesa implícitamente los riesgos crecientes del país por inseguridad  alimentaria. Con el “libre” comercio el país condiciona la calidad, la cantidad y el precio de los alimentos de los colombianos a los vaivenes de un ya convulsionado sistema económico internacional.

Hace once años la Organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación (FAO) declaró el 1 de junio como el Día Mundial de la Leche. Simbólicamente se proponía incentivar el consumo de lácteos en todos los países, (principalmente en los subdesarrollados), por ser un alimento fundamental en la dieta de las personas, asunto crucial en la lucha contra la pobreza y la desnutrición.

Con los TLC no solo se desplaza la producción (más de 6540 millones de litros en 2009) y el empleo nacional generado (más de 950 mil empleos directos) en un sector tan importante en la economía colombiana (la ganadería representa cerca representa el 20% del PIB agropecuarios y 53% del PIB pecuario) sino que también, por los altos precios, empeora las condiciones de desnutrición de un país donde esta alcanza ya al 50% de la población. Cerca del 40 por ciento de los colombianos entre 5 y 64 años de edad, no consume productos lácteos diariamente y solo uno 1 de cada 4 (24,9%) niños entre 5 y 8 años consume este alimento al día. En población nivel 1 del Sisben este porcentaje es 47.3% .

En el día mundial de la leche poco hay que celebrar pues al paso del libre comercio se acabará la producción nacional y la realidad refuta el mito de que los precios tiendan a bajar.

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