El llamado a movilización global de la Cumbre de los Pueblos contó con miles de representantes de movimientos sociales en las calles de Río de Janeiro, Brasil.

 
La marcha global, convocada desde la Cumbre de los Pueblos, desbordó Río de Janeiro este miércoles, cuando unas 80 000 personas se unieron para reafirmar el rechazo al capitalismo verde. El mensaje a toda voz de las organizaciones sociales, que incluyó una gran diversidad de reivindicaciones, fue enviado, especialmente, a la Conferencia de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas Río + 20, que se iniciaba de forma paralela a la movilización. La Articulación de Movimientos Sociales hacia el ALBA también tomó las calles, resaltando en carteles y banderas, la solidaridad y la integración.
 
Desde la avenida Río Branco de la capital carioca hasta muy cerca del Aterro de Flamengo, sede de la Cumbre de los Pueblos por Justicia social y ambiental, avanzó la Articulación de Movimientos Socicales hacia el ALBA, junto al colorido y sólido grupo de Vía Campesina.
 
Representantes de organizaciones populares de Argentina, Cuba, Venezuela, Chile, Perú, México, Colombia, entre otros, proclamaron el impulso de las alternativas que defienden los bienes comunes y se oponen a la mercantilización de la vida.
 
“Queremos que en la Conferencia oficial tengan en cuenta las propuestas de nuestras organizaciones porque son las verdaderamente fuertes. La decisión de la mayoría es lo que debe ser acatado por los gobiernos”, dijo la indígena boliviana, Gabi Gutiérrez, escoltada por los enternecedores bailes de la cultura latinoamericana. “En nuestro país, hemos dado mucha lucha. Junto al presidente Evo Morales, trabajamos conjuntamente en la aprobación de leyes y hemos logrado políticas como la nacionalización de hidrocarburos y el apoyo a los pueblos indígenas, así como en salud para nuestros ancianos”, añadió la integrante de Bartolina Sisa.
 
En uno de los vehículos, desde donde proyectaban la voz líderes, luchadoras de América Latina y activistas sociales, intervino la argentina Nora de Cortiñas, madre de Plaza de Mayo: “La economía verde no es una solución para los pueblos. No queremos vivir en la injusticia. Por eso, estamos en las calles” y denunció la deuda impagable, la situación de militarización en Honduras y Haití.
 
“Queremos vivir en paz y con dignidad. Tampoco podemos permitir que nos envenenen nuestras regiones con la megaminería, los agrotóxicos, ni que usen a nuestros países del Sur.”
Entre los distintos carteles podían leerse frases como “la economía verde es agronegocio, latifundio y crímenes contra campesinos”, “la alternativa es ecosocialismo”, “por decrecimiento y calidad de vida”, y otros que mostraban la diversidad reunida en la amplia congregación.
 
Para Miriam Nobre de la Marcha Mundial de Mujeres, “estamos logrando lo que los gobiernos no consiguen, construir una convergencia entre pueblos de diferentes partes del mundo, trabajadores, indígenas, mujeres, quilombolas, campesinos; gente con diferentes experiencias hace un análisis común de lo que pasa en el mundo y comparte sus resistencias y alternativas.”
 
Solidaridad con Vila Autódromo
En horas de la mañana, movimentos y organizaciones participantes en la Cumbre de los Pueblos llegaron a la comunidad de Vila Autódromo, ubicada a unos 900 metros del lugar donde se celebra la
Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable para exigir el cese de las amenzas de desalojo a pobladoras y pobladores del sitio. El acto se tornó un símbolo de solidaridad con esos espacios habitados que quieren ser desaparecidos en América Latina por megaproyectos u otros intereses del capital.
 
Terezinha Martínez, pobladora de Vila Autódromo, expresó que “desde los años 50 existe la comunidad y es un absurdo esto de que nos quieran sacar, porque estamos regularizados. Pero la cuestión inmobiliaria ha cambiado la percepción sobre este espacio, considerado antes el fin del mundo y ahora una tierra valorizada para hacer condominios. No vale para nosotros que hablen de la Copa del Mundo del 2014 porque sabemos que es la especulación inmobiliaria la causa de este desalojo”.
 
Un cordón policial evitó que la marcha organizada continuara la visibilización de la problemática de Vila Autódromo, sin embargo, para algunos habitantes entrevistados la acción constituyó una posibilidad de fortalecimento de la lucha y la resistencia.