Líder estudiantil de la Universidad de Antioquia asesinado el 7 de agosto de 1999

 
El sábado 7 de agosto de 1999, a las 2:00 p.m., en cercanías de la portería de la Avenida del Ferrocarril, en inmediaciones de la ciudad universitaria, fue asesinado del estudiante de Filosofía, Gustavo Marulanda García. El crímen fue reconocido por los grupos paramilitares quienes habían publicado una lista en donde acusaban a los miembros del movimiento estudiantil de pertenecer a grupos insurgentes y los amenazaban de muerte.
 
 
13 años después, su voz sigue exigiendo justicia
 
En abril de 1.999 se discutía en la Universidad de Antioquia el Plan de Desarrollo de la misma, con la participación de los profesores, sindicatos, estudiantes y directivas del Alma Mater. Se ponía en la mesa de las conversaciones el futuro de la universidad sobre la base de posturas en pro y en contra de su privatización. Otro tema fundamental tenía que ver con la exigencia de la libre expresión de las ideas al interior del claustro universitario. Todo lo anterior se le sumaba la discusión sobre el cuantioso endeudamiento que el gobierno departamental tenía y aún persiste con la U. de A, que ascendía para la Época a $54.000 millones de pesos.
 
Simultáneamente apareció en la ciudad universitaria un grupo paramilitar liderado por Carlos Castaño denominado Autodefensas de la U. de A. y en otras ocasiones llamándose ‘mano negra’, dando a entender la aparición de otra agrupación de derecha imponiendo condiciones para el relacionamiento de todos los estamentos universitarios. Amenazaron a varios líderes estudiantiles acusándolos de ser subversivos, quienes denunciaron ante las directivas del centro educativo, sin embargo estas asumieron ante los hechos una actitud negligente. Es de anotar, que por su parte los supuestos integrantes de las AUDEA solicitaron audiencia con los altos mandos militares del país para explicar las razones por las cuales decidieron agruparse.  
 
Gustavo Marulanda García, dirigente estudiantil, también coordinador de la mesa de relaciones externas del Comité de estudiantes y alumno del séptimo semestre de Filosofía, fue asesinado el 7 de agosto de 1.999 por cinco sicarios a nombre de las Autodefensas de la U. de A. en inmediaciones del claustro universitario. Había sido amenazado junto con los dirigentes y miembros de las organizaciones sindicales de trabajadores, profesores y 3 estudiantiles asociados al interior de la universidad a quienes tildaron de ‘señores revoltosos’ advirtiéndoles que quedaban notificados señores terroristas.   
 
Organizaciones como la Coordinadora Estudiantil de la U de A, Consejo Estudiantil de la Facultad de Odontología (CAFA), SINTRAUDEA, SINRAUNICOL y UER con antelación a estos hechos habían tramitado las denuncias ante la Fiscalía y organismos internacionales, como la Oficina del Alto Comisionado para los derechos humanos de Naciones Unidas y la Cruz Roja Internacional, negando cualquier vinculación con organizaciones insurgentes y manifestando la necesidad de que se investigara a los grupos paramilitares en la Universidad.
 
Gustavo Marulanda había sostenido a los medios de comunicación que no es cierto que haya una confrontación armada, lo que sí existen son debates ideológicos y de alguna manera políticos, pero eso no significa que los alumnos estemos con un fusil al hombro como lo han hecho creer publicaciones como la revista Semana y el mismo diario El Colombiano… Por eso, por pensar distinto y dar una opinión nos están acusando de guerrilleros. El día 29 de mayo de 1.999 el periódico El Colombiano en un artículo titulado qué pasa en la U. de A, hizo serios señalamientos en contra de los activistas del movimiento estudiantil, reproduciendo como ciertas las afirmaciones esgrimidas por Carlos Castaño como pretexto para imponer el terror en la universidad y ‘justificar’ los crímenes que perpetúa”.
 
La situación se tornó tan aguda que la sola circunstancia de portar el carné de la universidad era y sigue siendo suficiente para ser estigmatizados por la Policía y el Ejército. Estudiantes como Carmiña Zapata, Carlos Oliveros, Eder Navarro, Huber García, Jorge Correa y Jorge Maldonado miembros de la CEUA fueron amenazados y tuvieron que abandonar el país. La desaparición forzada fue también la desgracia sufrida por el profesor de la Facultad de ingeniería de la U. de A. Nelson de Jesús Cañola Correa y su sobrino James Humberto González Bedoya cuando se movilizaban por la vía Bolombolo – Betulia en dirección al corregimiento de Altamira, en hechos ocurridos el 1º de septiembre de 2.000. Con antelación, el 5 de mayo de 1.999 había sido asesinado el investigador del Instituto de Estudios Regionales INER y catedrático, Hernán Henao Delgado y el 5 de agosto el asesinato de Hugo Ángel Jaramillo administrador de la Cafetería de la facultad de derecho.
 
El 19 de agosto de 1.999 el Rector del alma mater Jaime Restrepo Cuartas se reunió con Carlos Castaño, según él con la finalidad de dirimir la difícil situación vivida en la Universidad de Antioquia, y un día después de la visita a este paramilitar, citó a un plebiscito invocando la necesidad de que la Universidad siguiera abierta y en Paz, sin embargo la mayoría de los estamentos universitarios criticaron la manipulación del mismo, en tanto no enfatizaba en la necesidad de que la universidad siguiera abierta sobre la base de su no privatización, sin cierre de salones, plazoletas, corredores, auditorios, bibliotecas, reas deportivas y donde se garantizara la libertad de expresión, organización y movilización.
 
 
FUENTE: LA GUERRA: SUSTENTO DEL DESARROLLO EN ANTIOQUIA
Derechos Humanos e Impunidad 1998 – 2000
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ÁREA DE COMUNICACIONES / ASOCIACIÓN CAMPESINA DE ANTIOQUIA
Observatorio Audiovisual e Investigativo sobre Procesos Comunitarios y de Resistencia
PRODUCCIONES EL RETORNO / 2012 – http://comunicaciones.acantioquia.org/
 
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