Los señores de la guerra no dan tiempo, menos tranquilidad para que los familiares, amigos y allegados le den un último adiós a Efraín Silva para devolverlo a la Madre Tierra. El día 23 de agosto, en horas de la tarde en el cementerio de la comunidad de la vereda El Pajarito – Caloto se realizó el sepelio del niño Efraín Silva Julicue, asesinado por una esquirla que le cayó en el pecho después de que explotó una granada que fue lanzada por el ejército colombiano, en las horas de la tarde del día 21 de agosto del 2012 en la vereda El Venadillo que limita con el Resguardo de Huellas – Caloto. 

 
Efraín Silva Julicue estaba cursando el grado séptimo del bachillerato, hace 25 días había cumplido 15 años, según su padre Antonio Silva dijo: “que el sueño de Efraín era terminar el bachillerato y ser un docente para brindar educación a los niños de su misma comunidad, en ningún momento pensé que mi hijo fuera a dejarnos solos y sin cumplir su sueño”.
 
De los cuatro hermanos que tenía Efraín fue el único que quiso seguir estudiando, un niño muy juicioso para el estudio y para el trabajo, cuando no había clase se dedicaba a la labor agrícola.
 
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Los actores armados no respetan el dolor ajeno, la guerrilla había dado muy poco tiempo para hacer el sepelio. Por eso media hora después del sepelio, a las dos y treinta de la tarde, en la última curva de la carretera para llegar al caserío de El Pajarito, resguardo de Huellas – Caloto, lugar donde se encuentran concentradas más de 60 familias desplazadas, en el sitio de asamblea permanente refugiando sus vidas. En el camino había varios artefactos explosivos de la guerrilla listos para ser utilizados y seguidamente continuó el hostigamiento, se escuchaban tiros y explosivos que apenas hacían retumbar la tierra y que tristeza que esto ocurrió pocos minutos después del sepelio del niño Efraín. Cuando íbamos por el camino, a la orilla de la carretera estaba sentado sobre una piedra un guerrillero con su fusil terciado pero lo más triste es que era un niño que no pasa de los catorce años de edad, esperando la muerte o continuar con esta ola de violencia. 
 
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Mientras tanto el Programa de la Mujer – ACIN organiza una marcha por la vida digna y en contra de la guerra, hoy viernes 24 de agosto en horas de la mañana, saldrá desde la comunidad del Venadillo – Caloto, lugar donde fue asesinado el niño Efraín. Esta marcha es una las acciones pacíficas que organiza el programa de la mujer para sensibilizar la importancia de la vida especialmente de las niñas y los niños.
 
En este recorrido harán plantones en varios sitios donde fueron asesinados los niños que cayeron en medio de este conflicto armado.
 
El gobierno colombiano cuando estuvo en La María – Piendamó se comprometió a dar respuestas en dos meses a la comunidad del Cauca pero mientras llega ese tiempo ¿cuántos muertos más vamos a contar?
 
De nada sirve que el presidente de la república JUAN MANUEL SANTOS CALDERÓN pida perdón a los indígenas por los actos cometidos por la fuerza pública ya que el despojo continúa. No permitiremos que sigan reclutando a nuestros niños y jóvenes a los grupos armados (farc y ejército colombiano).
 
Tejido de Comunicación – ACIN
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