Contaremos con invitadas e invitados especiales de más de 50 países de América Latina, el Caribe, Oceanía y Europa quienes participaran en las actividades centrales en Bogotá y Medellín, así como en las muestras itinerantes de los territorios indígenas, campesinos y afrodescendientes de diferentes regiones, entre otras Cauca, Guajira, Córdoba, Manizales, Valledupar, Norte de Santander, Nariño, Chía, Huila y Antioquia, que se realizaran durante el mes de septiembre y todos los domingos del mes en cabildos y jardines indígenas de Bogotá D.C.

 
El Festival contiene, en su desarrollo, el concurso y exhibición de 65 producciones audiovisuales y unas 30 exhibiciones y muestras especiales de cine y vídeo, entre ellas haremos un homenaje a los 25 años de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de Baños, en la histórica Cuba; además conciertos de integración, actividades artísticas y culturales, se llevará a cabo el VIII Encuentro Internacional de Cine y Comunicación de los Pueblos Indígenas; diversos foros políticos y académicos y; el encuentro de mujeres indígenas realizadoras.
 
El Festival de Cine en su décima primera versión, se realiza en Colombia del 23 al 30 de septiembre en Bogotá y del 3 al 6 de Octubre de 2012 en Medellín, como escenarios de muestra central. Los 3  ejes temáticos a tratar son: territorio y sitios sagrados, resistencia y lucha de los pueblos indígenas y pueblos en vía de extinción. El objetivo central es fortalecer los procesos de comunicación de los pueblos indígenas y promover la producción audiovisual como herramienta de divulgación de la realidad y los derechos indígenas.
 
Versión 11ª del Festival
 
altLos festivales de cine y video indígena hoy se han convertido en escenarios de unidad e integración y se asumen como una apuesta que va de la realidad convertida en imagen y esta como resultante y gestora de procesos, donde el arte, el lenguaje, los códigos, la estética, la comunicación y la cultura ancestral son mecanismos que contribuyen a la promoción y consolidación de la cosmovisión, los derechos y la cultura indígena, a través de la producción y difusión audiovisual… “es de resaltar que en este y otros festivales indígenas priman los procesos y el aprendizaje y construcción colectiva antes que los estímulos, como señala Iván Sanjinés, que más allá de los premios y dinero el festival es también un espacio donde esté presente la esperanza, esté presente la creatividad, la magia, la realidad y la lucha, también lo terrible de lo que sucede, infinitas posibilidades que no se encuentran  en otro tipo de festivales que son muy fríos y se rigen  por la lógica del dinero y la competencia.
 
Cabe destacar que los pueblos y el movimiento indígena desde sus raíces han comunicado espiritual y milenariamente. Hoy cuentan para ello, como señala el médico tradicional Bora, Jesús Teteye, con los medios apropiados que sirven para complementar esa comunicación tradicional como son las herramientas tecnológicas de la modernidad: radio, prensa, internet y audiovisuales.
 
Y en esta medida el Comité organizador (conformado por la Coordinadora Latinoamericana de Cine y Video de los Pueblos Indígenas, CLACPI; la Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC; la Organización Indígena de Antioquia, OIA; la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca, ACIN; el Tejido de Comunicaciones por la Verdad y la Vida ACIN y; la Fundación Cine Documental), esperan que esta XI Versión del Festival se convierta en símbolo por excelencia de unidad e integración para nuestros pueblos indígenas.
 
Esta 11ª versión del Festival es un gran reto y un momento muy relevante para nuestros pueblos indígenas colombianos y para el movimiento indígena continental, como explica el consejero mayor de la ONIC, Luis Evelis Andrade: “un momento que nos va a permitir mostrar a la sociedad colombiana lo que ocurre con nuestros pueblos, lo que producen, lo que hacen, lo que somos, lo que pensamos. El festival nos permitirá mostrar además de nuestras preocupaciones, problemas y de nuestros aportes como pueblos, las distintas formas de resistencia pacífica y romper esos prejuicios que se tienen sobre ella, que en el fondo es muy diversa, admirable y es la que nos ha permitido pervivir muchos años. Nos permitirá también mostrar esa fuerza transformadora del pensamiento y la espiritualidad que implican los sitios sagrados como aporte al resto de la sociedad, necesitada de esos niveles de sabiduría…”
 
altComo Comité organizador estamos muy optimistas, “muy contentos, con mucha fuerza para sacar este festival adelante; contamos con los potenciales, las potencialidades nuestras y la experiencia de otros festivales como el Rodolfo Maya, que expresan también nuestra realidad. Una realidad que en el caso nuestro en el Cauca no la escuchamos, sino que la vivimos y estamos inmersos en ella y nos afecta como afecta nuestro territorio y la cual comprende el desarrollo de la violencia, la minería, la contaminación y el negocio del agua y los recursos naturales. A este conjunto de circunstancias y aspectos le denominamos ley del despojo o proyecto de muerte, que se han ensañado en contra de nuestros pueblos, especialmente contra los del norte del departamento… pero además tenemos sueños, esperanza por contar y con lo cual creemos y apostamos por una paz con justicia”, como lo manifiesta Isadora Cruz Ascue del Tejido de Comunicaciones ACIN.
 
En el mismo sentido Janeth Paillam, indígena mapuche y directora de CLACPI, indica que estos festivales permiten mostrar el lenguaje y la riqueza ancestral de los pueblos y, se convierten en escenarios de convivencia y, a su vez, contribuyen a construir una real democracia.
 
Hasta ahora la 11ª versión del festival ha contado con apoyo de distintos sectores sociales y se ha  enriquecido con la experiencia de festivales anteriores y otros festivales latinoamericanos y del país  como el festival de la Serpiente en Ecuador, el festival Anaconda, los festivales de Bolivia y Perú, el Festival Iberoamericano de Cine Ambiental y Derechos Humanos: Sub realidades, el Festival Ojo Al Sancocho, el festival Daupará y de otras experiencias como Cine Libertad, entre otras.
 
El Festival de Cine, en su 11ª versión, en el marco de la temática establecida (territorio y sitios sagrados, afectaciones; resistencia y lucha indígena y; exterminio indígena), abordará, entre otros,  aspectos transversales como identidad, historia, tierra, derechos de los pueblos indígenas, medicina ancestral, infancia, educación, participación política, mujer y género, ecología y cosmovisión. Con ello el festival se propone fortalecer los procesos de comunicación de los pueblos del Abya Yala y, a su vez, promover e incentivar la producción audiovisual como mecanismo de lenguaje y expresión de la realidad, la cultura y los derechos de los pueblos indígenas.
 
Así el festival, donde los principales protagonistas son las comunidades y pueblos indígenas, se convierte en escenario de caracterización, análisis y reflexión de la grave crisis humanitaria que atraviesan estos pueblos en diferentes partes del mundo y especialmente en Colombia.
 
Dentro del desarrollo del Festival -que cuenta con un Jurado de gran trayectoria en el mundo del cine y la comunicación como Emilio Cartoy Díaz de Argentina, Divino Tserewahu do Brasil, por Colombia, Gustavo Ulcué, comunicador nasa, entre otros-, cuenta con diferentes actividades, algunas previas a los eventos centrales en Bogotá y Medellín, como son las muestras itinerantes en territorios indígenas, campesinos y afros de diferentes regiones del país, entre otras Cauca y Guajira la primera semana, 10 al 15 de septiembre en Chía y región Caribe, y todos los domingos del mes en los cabildos y jardines indígenas del Distrito Capital, entre otras.
 
altMencionamos también el desarrollo de las exhibiciones de la Muestra Oficial y Muestras Especiales de cine y vídeo, exposición fotográfica y concurso de fotografía; Ritual de armonización en Chía, resguardo y territorio muisca; dos conciertos de integración y actividades artísticas y culturales  en las cuales participan destacados grupos musicales y artísticos como Héctor Buitrago y Conector -su agrupación artística-, Curupira, Papaya Republik, Mucho Indio, Sampoñas Urbanas y varios grupos de danza y música indígena como los Inga, Misak, Tubu, Emberá entre otros; la realización del VIII Encuentro Internacional de Cine y Comunicación de Pueblos Indígenas; realización de diversos foros políticos y académicos, encuentro de mujeres indígenas realizadoras (en el marco del proyecto Tejedoras de la Imagen, financiado por IWGIA y GIZ); dentro de las muestras especiales se hará un homenaje a los 25 años de la Escuela cubana  Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de Baños de Cuba (25 cortometrajes como Virginia no dice mentiras; Todos los pantógrafos van al cielo; La chirola; Yo no te puedo llamar; Dos cafés; Asepsia; La cura; Los minutos, las horas y Tarde Domingo, entre otros); muestra estadounidense: “desde el norte, encontrando nuestras voces y nuestros caminos”; Muestra de Canadá, Wapikoni Mobile y; muestra especial de Nueva Zelanda.
 
Aspectos históricos
 
El Festival Internacional de Cine y Vídeo de los Pueblos Indígenas se realiza desde 1985 año en que nace CLACPI como organización y, ésta en asocio con sus organizaciones filiales de cada país organiza un festival cada dos años en Latinoamérica. Durante estos 10 festivales realizados se ha hecho uso de las nuevas tecnologías, el cine y redes sociales como herramientas para la expresión de la cultura y la reivindicación colectiva de la memoria, los derechos y los territorios ancestrales de los pueblos indígenas. Recogiendo este proceso y el avance en comunicación que hoy consolidan los pueblos indígenas y organizaciones sociales de América Latina, nace el Festival Internacional de Cine y Video que se realizó por primera vez en México.
 
Veintisiete (27) años después el anfitrión del Festival es el movimiento indígena de Colombia, país ponderosamente rico en diversidad cultural y en grandes valores ancestrales, pero que lo enturbia un conflicto armado de más de 50 años que se ensaña contra los pueblos indígenas, afrocolombianos y campesinos de Colombia, especialmente y, que sumado a otros aspectos como la explotación minera, de hidrocarburos, y de recursos naturales o el desarrollo económico han puesto en riesgo de extermino a 63 de los 102 pueblos que existen en el país. Por ello “queríamos que hubiera una mirada a Colombia y luchamos para que el Festival fuera aquí”, señala Marta Rodríguez, una mujer realizadora que ha dedicado su vida a registrar las bondades y riquezas de esta tierra y las culturas indígenas, pero que también ha sido testigo de la ignominia que han sufrido los pueblos indígenas, afro y campesinos del país, expresada en masacres, desplazamiento, violaciones y desapariciones entre otras formas absurdas de denigrar la vida y la dignidad humana.
 
El festival de hoy recoge muchas experiencias, trabajos y esfuerzos de muchos procesos y de países latinoamericanos como Colombia, Bolivia, Ecuador, Chile y Perú, entre otros; incluso procesos que en su momento originaron procesos, festivales, marcaron un derrotero y rompieron paradigmas en las formas de hacer cine como el carismático realizador Jorge Sanjinés y su grupo Ukamau del país andino de Bolivia; el Centro de formación y realización, CEFREC, y los procesos de comunicación de diversas organizaciones nacionales y regionales de cada país miembro de CLACPI.
 
Hoy son 10 festivales realizados[1] y uno por realizarse en menos de un menos. Muchas enseñanzas y experiencias quedan, la memoria del festival cuenta con un diverso legado de saberes, aprendizajes y procesos que han enriquecido este camino y proceso, más de mil producciones vistas por miles de espectadores; muchos sueños, esperanzas, procesos y personas hemos crecido y aprendido con estos festivales; quedan, claro, muchas expectativas y, quizá muchos errores se hayan cometido, pero se ha avanzado mucho, diversos realizadores, cineastas y comunicadores han alcanzado el culmen de su realización, muchos procesos han surgido y otros se han fortalecido, muchas redes existen hoy gracias al proceso de formación paralelo a los eventos.
 
El movimiento indígena no es el mismo y muchas reivindicaciones se han logrado, muchas culturas se han fortalecido, muchos sueños se han hecho realidad y muchos desenlaces se han dado, muchas lenguas se han extinguido, han sido asesinados miles indígenas y varios pueblos han sido o están a punto de ser exterminados y todo en 27 años de vida del festival… pero ahí está la memoria y la historia se ha vivido y construido desde los pueblos y para los pueblos, y en ello han jugado un rol fundamental los 11 festivales y los procesos y personas que han sido parte de ellos; en estos 27 años la historia del movimiento indígena se ha escrito y se ha registrado para vivirla y contarla y, claro, para verla en esta 11ª versión del festival “por la vida imágenes de resistencia”.
 
altEn este sentido el Comité organizador tiene el gusto de realizar y organizar para ustedes y para todo el país y el mundo este festival. Les esperamos en Bakatá, territorio ancestral del agua, del 23 al 30 de septiembre, y en Medellín del 3 al 6 de octubre próximos. Por último cabe destacar que de las producciones que han pasado por los 10 festivales y de las que serán exhibidas este año en el XI festival, algunas han ganado espacios en televisión abierta o han sido expuestas en salas de cine de distintos países, otras han ganado reconocimientos y premios en festivales; cabe también destacar el esfuerzo y el amor con que han sido realizadas estas producciones, en su mayoría por un pequeño grupo de cineastas, antropólogos y comunicadores del mundo indígena, “identificados con la lucha indígena”, como señala Iván Sanjinés, director de CEFREC.
 
La invitación final es a vivir y disfrutar del festival que ya comienza… “Les invitamos a sumarse a este proceso donde encontraran nuevas cosas… una gran oportunidad de conocer lo que hoy ocurre  con la situación indígena a nivel continental, no sólo vamos a hablar de cine y comunicación sino también de procesos socio organizativos que se tienen, vamos a invitar líderes, líderezas que van a venir a contar sus experiencias….”, concluye Jeannette Paillán, Coordinadora de CLACPI.
 
 
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[1] I Festival Latinoamericano de Cine de Pueblos Indígenas /Ciudad de México, 1985.
 
II Festival Latinoamericano de Cine de los Pueblos Indígenas/ Río de Janeiro, Brasil, 1987.
 
III Festival Latinoamericano de Cine de los Pueblos Indígenas / Caracas, Venezuela, 1989.
 
IV Festival Americano de Cine de los Pueblos Indígenas / Cuzco y Lima, Perú, 1992.
 
V Festival Americano de Cine y Video de los Pueblos Indígenas y Naciones Originarias / Santa Cruz de la Sierra, Bolivia 1996.
 
VI Festival Americano de Cine y Video de los Pueblos Indígenas/Quetzaltenango, Guatemala 1999.
 
VII Festival Internacional de Cine y Video de los Pueblos Indígenas/  Wallmapu, Santiago, Chile, 2004.
 
VIII Festival Internacional de Cine y Video de los Pueblos Indígenas/ Raíz de la Imagen Oaxaca, México, 2006.
 
IX Festival Internacional de Cine y Video de los Pueblos Indígenas/ Celebrando la Lucha de los Pueblos Indígenas del Mundo, Bolivia, 2008.
 
X Festival Internacional de Cine y Video de los Pueblos Indígenas/ Quito – Ecuador 2010.