El día 16 de septiembre de 2012, un año de la muerte de Maryi Vanessa Coicué. El pasado 16 de septiembre de 2011, tras dos días de intenso combate  entre la guerrilla y el ejército en la vereda El Credo – resguardo de Huellas, Caloto –  la comunidad esperaba que por fin este día se callaran las balas. 

 
Pero amaneció y siguieron los combates y las bombas. Una bomba se estrelló contra un árbol que quedaba cerca de la casa de Maryi Vanesa, la explosión dejó 6 personas heridas por las esquirlas. Maryi recibió una esquila en el pecho,  perdió mucha sangre y no alcanzó a ser atendida y murió poco después.
 

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Maryi es una de tantas personas inocentes que han caído por haber nacido y vivido en territorios que por orden de las transnacionales, por medio del gobierno con el  aumento de la militarización, han destinado despejar para sus negocios.  Es inconcebible que por dinero se mate, que la guerra es lo que les da empleo y sustento a los que se reclutan en el ejército y la guerrilla. Recordando uno de los testimonios de hace un año, cuando un guardia le reclama por el hecho a unos soldados su respuesta es ‘simplemente obedecemos órdenes’. Es un horror que el dinero se sobreponga a todo a la vida, que lanzar cilindros bomba sin saber a dónde apunta, sin importar si hay civiles, como lo hace la guerrilla, sea entendido por ellos como su labor, que le llamen lucha a la sevicia. 
 
Hace un año, con dolor exigíamos que Maryi sea la última niña que moría por culpa de esta guerra que nos han impuesto.  Sin embargo el mes pasado, tras las declaraciones de voluntad de diálogo del gobierno con las autoridades indígenas y de los muy publicitados diálogos de paz entre el gobierno y la guerrilla, se registraron 7 asesinatos a menores de edad en el norte del Cauca.
 
Después de un año parece que todo se torna más difícil. Saber que ya hace un año de la muerte de Maryi y ver tantos más perseguidos, señalados, heridos y asesinados nos llena de dolor y de rabia.  Pero a los violentos todo eso  no les alcanza y no les alcanzará para asustarnos para vernos cansados,  el amor a la vida y a la madre tierra es más fuerte.   Maryi Vanessa:  el inmenso dolor de tu muerte se nos volvió fuerza y memoria;  y la rabia por quienes te arrebataron de nuestro lado se nos volvió resistencia para seguir exigiendo el respeto a la vida y la dignidad de los pueblos que defienden la Madre Tierra. 
 
 
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