A las 12 del medio día,  del 17 de septiembre en la vereda El Arrayan del resguardo de Huellas Caloto, el mayor Jaime Mestizo se reencontró con la madre tierra.  Las cálidas entrañas de Mama Kiwe recibieron con beneplácito al mayor Jaime y lo acogieron en su nueva casa. Cuando el sol resplandecía en lo alto del firmamento y sus rayos, descendía con mayor fuerza sobre el territorio, con la ritualidad que se acostumbra en la comunidad cuando se va un mayor del territorio, se dio el simbólico encuentro, encuentro que nos recuerda lo que somos y el compromiso que tenemos.

 
A pesar de su ausencia, sabemos que el mayor Jaime seguirá presente en todos los espacios y actuaciones de la comunidad, su ejemplo continuará orientando todos los momentos como lo hacia desde muy joven, cuando inició su trabajo comunitario en el cabildo de Huellas Caloto, cuando promovió la conformación de la Guardia Indígena en este resguardo y las liberaciones de la Madre Tierra. “Su palabra siempre fue de respeto, de humildad y de fuerza, la fuerza que ahora necesitamos para cumplir el mandato comunitario de armonizar y proteger el territorio que quieren arrebatarnos”, manifestaron los compañeros del mayor Jaime. 
 
También recordaron el ejemplo y la palabra que con insistencia repetía el mayor Jaime a los jóvenes: “A los jóvenes les digo, en vez de andar de fiesta en fiesta buscando problemas, hay que estar trabajando en la comunidad, acompañando los mayores, escuchando consejos y orientándose desde lo ancestral. Ahora tenemos que estar juntos siempre, unidos en todos los momentos, no sólo compartiendo lo bueno, también los momentos difíciles para que sea menos duro”.
 
altDefender la “Yat Wala”, la casa grande, nos ha costado mucho, hemos pagado un alto costo por la búsqueda de la armonía en nuestro territorio, sin embargo por más que nos golpeen y nos maltraten no nos someterán. Estamos llevando a la práctica lo que han decidido a través de mandatos las comunidades, estamos haciendo la tarea que nos corresponde como “Kiwe The’sa”, cuidadores del territorio. Todo lo que genere desarmonía nos afecta, nos daña y aunque nos cueste nosotros vamos a defender la vida. “Quienes ahora usan las armas, tarde o temprano entenderán que la violencia y el odio no engendran vida, no paren pueblos, la violencia y el odio son el exterminio de la vida”, manifestó Ana Deida Sécue, autoridad indígena del Cabildo de Caloto, con la voz entrecortada mientras empuñaba con fuerza el bastón de mando, como su espada de batalla.
 
Es paradójico que mientras el presidente y las FARC hablan de paz, en los territorios se fortalece la guerra. Los anunciados diálogos no se han materializado en verdaderas acciones de respeto, los actores armados no dan tregua, sus acciones de muerte e involucramiento continúan. Se apostan como fieras a los alrededores de las escuelas y colegios de las comunidades a asechar a los niños y jóvenes como sus presas. En el último mes seis niños y niñas han sido reclutados de los colegios de Corinto y en menos de una semana en esta comunidad asesinaron a siete personas. Mientras en Oslo se pregona la paz, las comunidades de Colombia viven la realidad de la guerra, la amenaza a la vida avanza silenciosa, de los 3’090.000 de hectáreas que conforman el territorio del Cauca, más del 60% están destinadas a la explotación minera. 1’700.000 hectáreas suman las solicitudes de títulos anteriores y recientes, 408 ya han sido  entregados, 274 están próximos a expedirse, los demás continúan en estudio. Ahora se denominan zonas mineras especiales a territorios estratégicos, sobre los que según el código minero, tiene  control especial el gobierno nacional. ¿Cuáles son las verdaderas pretensiones?
 
Ante esta realidad que ya no puede disfrazarse, esta claro. No hay una verdadera intención de paz, no puede existir paz, sin respeto al territorio, sin aprecio por la vida.   Llamamos a que en el territorio, haya muchos como el mayor Jaime, que seamos multiplicadores de su lucha, de su fortaleza. Lo necesita el proceso, lo necesitamos todos.
 
Tejido de Comunicación – ACIN
tejidocomunicacion@gmail.com