Memoria Y Camino del Tejido de Comunicación

Las declaraciones de Santos en CNN (resumidas en una nota de Semana) van dejando sobre la mesa el contenido, sentido y condiciones de las negociaciones con las FARC, pero, ante todo, dejan claro lo ya acordado de manera que el régimen: mucho más que Santos, desde el Pentágono y los intereses transnacionales consiguieron para que se den las negociaciones.

Seguramente uno de los planteamientos más elocuentes hasta ahora es este:

“Sobre la discusión de las causas del conflicto con la guerrilla, el mandatario dijo que “eso podría ser discutido en el Congreso cuando ganen una elección, pero no en la mesa de negociaciones”.”

Las causas del conflicto en Colombia, no solo el armado, sino el profundo conflicto causado por el proyecto de despojo y ocupación, no caben en la mesa insurgencia-Gobierno. Esta es la pre-condición esencial que el régimen ya consiguió a través de la guerra. Pero también, que intenta someter el debate sobre las causas del conflicto a las estructuras del régimen y del congreso y con ello silenciar de nuevo el conflicto al enterrarlo en canales institucionales sometidos a los intereses de la conquista. Muy importante conocer esto en la voz del Presidente Santos, vocero del régimen. Importante para resolver el conflicto por fuera de la institucionalidad establecida y de la mesa de negociación. No es el Congreso ni el Estado el que resolverá el conflicto ni eso puede pactarse o negociarse en la mesa insurgencia-gobierno. Que se acabe la guerra para que el conflicto se resuelva desde la movilización en la consolidación de agendas desde abajo.

Santos y el régimen pretenden meter el conflicto a la mesa de negociación para enterrarlo en el Congreso y acabar con las luchas populares para legalizar la conquista en curso. La lucha de los pueblos no cabe en esa mesa ni en la institucionalidad del despojo. Esa es otra agenda que necesita del fin de la guerra para que el conflicto sea reconocido en el ámbito de los pueblos.