Manuel Rozental fundador del Tejido de Comunicación y Relaciones Externas de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte de Cauca (ACIN) analiza la guerra colombiana desde la perspectiva de los pueblos originarios.

 
La historia de la resistencia del pueblo Nasa es una mas de las tantas que pueblan Amerika (Abya Ayala). Su lucha, marcada por la represión, los asesinatos de los líderes y las masacres, ha permitido que 544.000 hectáreas sean reconocidas como territorio indígena, además de lograr la reforma constitucional de 1991 donde se pusieron por escrito los derechos fundamentales de los pueblos originarios. 
 
“La primera acción y fundamental es la resistencia de los pueblos en cada etapa, desde la conquista española hasta ahora. Se ha conocido quien es el agresor, qué estrategia usa, que propósitos tiene, y teniendo claro eso se reorganiza el pueblo apropiándose de lo que necesite para resistir la agresión. Ver, pensar y actuar. Ese es el marco general. Y ahí llega esa agresión del neoliberalismo, el Plan Colombia, de la globalización y las multinacionales que son las beneficiarias de esto”, cuenta Manuel Rozental, médico, comunicador, estratega y activista colombiano exilado en Canada, fundador y primer Coordinador del Tejido de Comunicación y Relaciones Externas de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte de Cauca (ACIN).
 
¿Cómo es el contexto de lucha en el territorio?¿Cuáles son los recursos que están en juego?
 
Ese es el tema de fondo: lo que se analizó desde la ACIN con todos los pueblos indígenas de Colombia durante tres años es que antes los terratenientes venían para crear grandes haciendas y explotar la tierra y a indígenas, afros y campesinos. Lo que cambio en épocas recientes fue que ahora la disputa territorial es peor y es con un actor distinto, supra y trans-nacional corporativo: un actor externo. Esto se da en todo el país. El general Pace, comandante del Comando Sur de Estados Unidos en ese entonces (después comandante en la guerra de Irak y finalmente comandante de todas las fuerzas de los EEUU), explicó al congreso de los Estados Unidos que eran cinco los motivos de seguridad nacional para los norteamericanos en el continente: agua, oxigeno, petróleo, biodiversidad y minería. Inmediatamente después sale el documento del Plan Colombia.
 
Y el documento de este plan, elaborado en Estados Unidos, habla de una ocupación territorial para acceder a recursos vitales para las corporaciones transnacionales y el capital al que representa y sirve los Estados Unidos. La zona del Norte del Cauca hay todos esos recursos, pero además es un corredor estratégico entre la costa pacifica y los llanos orientales, y ante todo, es el corazón de la resistencia popular no violenta (lo que no quiere decir pacífica) al proyecto de ocupación territorial.
 
¿Quiénes serían en el Cauca los que ejecutan esta política?
 
Hay dos componentes. Hay una estrategia que tiene énfasis en lo militar, muy sofisticada y de larga data y es la intención de transformar la guerra, no importa de donde venga, en una forma de acceder a territorios estratégicos. Este es un punto que es difícil de entender desde afuera desde la lógica que asume que hay un bando armado de los buenos, y un bando armado de los malos. Pero resulta que desde el punto de vista geoestratégico, no importa si la guerra viene de la insurgencia o de las combinación de paramilitares o ejército policía y fuerzas armadas del estado, legales o ilegales, lo que importa es el que el resultado final de la guerra sea el despojo territorial para acceder a estos recursos y desarmar la resistencia.
 
Eso desde el punto de vista militar. Pero el Plan Colombia combina terror y guerra con propaganda y política pública. El Plan Colombia habla de “Consolidación”, que es la transferencia de recursos de programas sociales: salud, educación, vivienda, alimentación, mercados, al control de los militares. Es zanahoria y garrote. El mensaje para la población es: una de dos: o usted se somete a estas políticas y a cambio entrega el territorio y el trabajo a las multinacionales o recibe palo. A eso termina contribuyendo la insurgencia, en el norte del Cauca, que está en al ámbito de influencia de las FARC.  
 
También en el territorio se ve una gran cantidad de ongs de izquierda o derecha, con uno y otro lenguaje, pero que todas van llegando para suplantar las obligaciones del estado en términos de planes sociales, dividiendo de paso a las comunidades o sustituyendo por ejemplo los cultivos y la proyección colectiva en beneficio propio y en últimas del régimen, es decir, de la acumulación de las transnacionales. Si las comunidades no aceptan, la respuesta es que no hay plata y hay guerra. Llega la insurgencia y el ejército a ocupar el territorio con entre 15.000 a 30.000 soldados, además de policía y toda clase de inteligencia militar, y al mismo tiempo se ve más
 
FARC que nunca en la historia del norte del Cauca transformando el territorio ancestral y autónonomo en un teatro de operaciones militares. Esa es la dinámica que se esta viendo en torno a los pueblos indígenas de todo el país.
 
¿Y cuales son las acciones que están llevando a cabo los pueblos indígenas?
 
La primera acción y fundamental es la resistencia de los pueblos en cada etapa, desde la conquista española hasta ahora. Una vez que se entiende que el modelo económico actual es el problema fundamental, entonces hay una claridad, y la claridad es que solos no podemos. Hasta ese momento el movimiento indígena, y en particular el pueblo Nasa, había luchado por resistir y defender su identidad y su cultura. Lo sigue haciendo, pero ahora entiende que para lograrlo, se tiene que tejer con otros pueblos y culturas porque este proyecto de despojo y etnocidio es global y el agresor ni siquiera está en sus territorios, es transnacional y es supragubernamental. Ahí se toma la decisión ética y estratégica que es consolidada en una agenda que empiece por el modelo económico y sus estrategias que son de terror, propaganda y guerra. Reconocer y superar por fin el hecho de que los pueblos en Colombia no tenemos, no hemos podido construir una agenda propia y por lo tanto andamos negociando cómo conseguir un poquito del opresor. Paralelamente, como tanto los paramilitares como la insurgencia están matando a la gente, en el 2001 se reestablece la guardia indígena para hacer control comunitario sobre el territorio con hombres mujeres y niños. Con esas dos cosas combinadas tomamos la decisión – la primera en el 2001, pero la grande en el 2004- de salir con esa agenda y convocar el primer Congreso Indígena y Popular. La Minga salió desde Popayán y llega a Cali desde las montañas a la carretera Panamericana. Eso fue en el año del pico de la popularidad de Uribe, se lo sorprendió diciéndole, aquí no es popular, y su modelo del libre comercio es lo que no queremos.
 
La semana que viene 2da parte de la entrevista: “Esta es la Paz del Libre Comercio para que continúe el despojo territorial, la concentración de recursos y riquezas, es decir la conquista.”
 
Por Colectivo Colombianos al Sur
 
El miércoles 14 de noviembre a las 20 hs Manuel Rozental será entrevistado por el Colectivo Colombianos al Sur para el ciclo de videobates “El Acuerdo de Paz y la situación de los pueblos originarios en Colombia”. Casa del Frente Popular Darío Santillán. Santiago del Estero 866 (entre Estados Unidos e Independencia)