En un comunicado, el primero de lo que promete ser una nueva serie, el subcomandante Marcos, vocero y jefe militar del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), se refiere a las “(sin) razones de arriba” y en estilo de parodia da cuenta del cinismo y desprecio de “los más poderosos”. Al final, se despide con la palabra ¡Marichiweu!, que en lengua mapu significa Venceremos cien veces,  en posible alusión al pueblo mapuche que sufre en estos momentos una de las peores embestidas de las últimas décadas.

 
Desde la multitudinaria marcha silenciosa del pasado 21 de diciembre, en la que más de 40 mil zapatistas ocuparon pacíficamente cinco cabeceras municipales de Chiapas, éste es el séptimo documento emitido por el subcomandante Marcos. El primero se tituló “¿Escucharon?”, y con él anunciaron el resurgimiento público de la organización zapatista. Después se dieron a conocer tres cartas: una dirigida a Luis H. Álvarez, ex comisionado panista para la paz en Chiapas; otra en respuesta al nuevo gobierno federal que aseguró que aún no los conocían (el EZLN a ellos); y una más anunciando sus próximos pasos, entre ellos el de “construir los puentes necesarios hacia los movimientos sociales que han surgido y surgirán, no para dirigir o suplantar, sino para aprender de ellos, de su historia, de sus caminos y destinos”. Después vinieron una carta gráfica y una serie de 16 posdatas destinadas a las críticas que suscitaron los comunicados anteriores.
 
A partir de la nueva salida pública de los zapatistas, Marcos ha hecho acompañar sus comunicados, cartas, caricaturas y posdatas, con videos y canciones. En esta ocasión sugiere el video de la canción “Pachuco”, del grupo de rock ahora extinto La Maldita Vecindad; el video “Más por tu dinero”, con guion y dirección de Yordi Capó, de Guadalajara; y un tercer video titulado “De ratones y gatos”, con dibujos animados a partir de unas palabras de Thomas C. Douglas. Los tres pueden consultarse en la página oficial del EZLN, que es Enlace Zapatista (enlacezapatista.ezln.org.mx).
 
En la más reciente publicación del vocero zapatista, titulada “Ellos y Nosotros”, el subcomandante parodia a “los de arriba” y habla como si lo hicieran ellos: “Nosotros somos los que mandamos. Somos más poderosos, aunque seamos menos. No nos importa lo que digas-escuches-pienses-hagas, siempre y cuando estés mudo, sordo, inmóvil. Podemos imponer como gobierno a gente medianamente inteligente (aunque ya es muy difícil de encontrar en la clase política), pero elegimos a uno que ni siquiera puede simular que sabe de qué va el asunto”, señala, en clara alusión a Enrique Peña Nieto.
 
“Sí, hemos sembrado el odio, el cinismo, el rencor, la desesperanza, el valemadrismo teórico y práctico, el conformismo del “mal menor”, el miedo hecho resignación. Y, sin embargo, tememos que eso se transforme en rabia organizada, rebelde, sin precio”, señala en otro de los apartados, siguiendo la voz de arriba.
 
Al referirse a cómo ven los poderosos a los de abajo, señala: “En cambio, lo que sí es un peligro, un caos verdadero, es que cada quien se haga colectivo, grupo, banda, raza, organización, y en su lado aprenda a decir “no” y a decir “sí”, y que se pongan de acuerdo entre ellos. Porque el “no” apunta a quienes mandamos. Y el “sí”… uf… eso sí es una calamidad, imagínate que cada quién construya su propio destino, y decidan qué ser y hacer. Sería tanto como señalar que nosotros somos los prescindibles, los que sobramos, los que estorbamos, los que no somos necesarios, los que debemos ser encarcelados, los que debemos desaparecer”.
 
A continuación el texto completo signado de la siguiente manera: “Desde cualquier rincón, en cualquiera de los mundos. SupMarcos. Planeta Tierra. Enero del 2013”. Y promete que “continuará”.
 
 
ELLOS Y NOSOTROS.
 
 
I.- Las (sin) razones de arriba.
 
Enero del 2013.
 
Hablan los de arriba:
 
“Nosotros somos los que mandamos. Somos más poderosos, aunque seamos menos. No nos importa lo que digas-escuches-pienses-hagas, siempre y cuando estés mudo, sordo, inmóvil.
 
Podemos imponer como gobierno a gente medianamente inteligente (aunque ya es muy difícil de encontrar en la clase política), pero elegimos a uno que ni siquiera puede simular que sabe de qué va el asunto.
 
¿Por qué? Porque podemos hacerlo.
 
Podemos usar al aparato policíaco y militar para perseguir y encarcelar a verdaderos delincuentes, pero esos criminales son parte vital nuestra. En cambio elegimos perseguirte, golpearte, detenerte, torturarte, encarcelarte, asesinarte.
 
¿Por qué? Porque podemos hacerlo.
 
¿Inocente o culpable? ¿Y a quién le importa si eres uno o lo otro? La justicia es una puta más en nuestra libreta de direcciones y, créenos, no es la más cara.
 
Y aunque cumplas al pie de la letra con el molde que imponemos, aunque no hagas nada, aunque seas inocente, te aplastaremos.
 
Y si insistes en preguntar por qué lo hacemos, te respondemos: porque podemos hacerlo.
 
Eso es tener el Poder. Se habla mucho de dinero, riquezas, y esas cosas. Pero créenos que lo que excita es este sentimiento de poder decidir sobre la vida, la libertad y los bienes de cualquiera. No, el poder no es el dinero, es lo que puedes tener con él. El Poder no es sólo ejercerlo impunemente, también y sobre todo, hacerlo irracionalmente. Porque tener el Poder es hacer y deshacer sin tener más razón que la posesión del Poder.
 
Y no importa quién aparezca al frente, ocultándonos. Eso de derecha e izquierda, son sólo referentes para que el chofer estacione el auto. La máquina funciona por sí sola. Ni siquiera tenemos que ordenar que castiguen la insolencia de desafiarnos. Gobiernos grandes, medianos y pequeños, de todo el espectro político, además de intelectuales, artistas, periodistas, políticos, jerarcas religiosos, se disputan el privilegio de agradarnos.
 
Así que jódete, chíngate, púdrete, muérete, desilusiónate, ríndete.
 
Para el resto del mundo no existes, eres nadie.
 
Sí, hemos sembrado el odio, el cinismo, el rencor, la desesperanza, el valemadrismo teórico y práctico, el conformismo del “mal menor”, el miedo hecho resignación.
 
Y, sin embargo, tememos que eso se transforme en rabia organizada, rebelde, sin precio.
 
Porque el caos que imponemos lo controlamos, lo administramos, lo dosificamos, lo alimentamos. Nuestras “fuerzas del orden” son nuestras fuerzas para imponer nuestro caos.
 
Pero el kaos que viene de abajo…
 
Ah, ése… ni siquiera entendemos qué dicen, quiénes son, cuánto cuestan.
 
Y luego son tan groseros de ya no mendigar, esperar, pedir, suplicar, sino ejercer su libertad. ¡Habrase visto tamaña obscenidad!
 
Eso es el verdadero peligro. Gente que mira para otro lado, que se sale del molde, o lo rompe, o lo ignora.
 
¿Sabes que nos ha dado muy buen resultado? Ese mito de la unidad a toda costa. Entenderse sólo con el jefe, dirigente, líder, caudillo, o como se llame. Controlar, administrar, contener, comprar a un@ es más fácil que a muchos. Sí, y más barato. Eso y las rebeldías individuales. Son tan conmovedoramente inútiles.
 
En cambio, lo que sí es un peligro, un caos verdadero, es que cada quien se haga colectivo, grupo, banda, raza, organización, y en su lado aprenda a decir “no” y a decir “sí”, y que se pongan de acuerdo entre ellos. Porque el “no” apunta a quienes mandamos. Y el “sí”… uf… eso sí es una calamidad, imagínate que cada quién construya su propio destino, y decidan qué ser y hacer. Sería tanto como señalar que nosotros somos los prescindibles, los que sobramos, los que estorbamos, los que no somos necesarios, los que debemos ser encarcelados, los que debemos desaparecer.
 
Sí, una pesadilla. Sí, claro, sólo que ahora para nosotros. ¿Te imaginas de qué mal gusto sería ese mundo? Lleno de indios, de negros, de cafés, de amarillos, de rojos, de rastas, de tatuajes, de piercings, de estoperoles, de punks, de darket@s, de chol@s, de skater@s, de esa bandera de la “A” tan sin nación para comprarla, de jóvenes, de mujeres, de put@s, de niñ@s, de ancianos, de pachucos, de choferes, de campesinos, de obreros, de nacos, de proles, de pobres, de anónimos, de… de otr@s. Sin un espacio privilegiado para nosotros, “the beautiful people“… la “gente bien” para que nos entiendas…. porque se ve a la legua que tú no estudiaste en Harvard.
 
Sí, ese día sería noche para nosotros… Sí, todo reventaría. ¿Que qué haríamos?
 
Mmh… no habíamos pensado en eso. Pensamos, planeamos y ejecutamos qué hacer para impedir que ocurra, pero… no, no se nos había ocurrido.
 
Bueno, en el dado caso, pues… mmh… no sé… puede ser que buscaríamos culpables y luego, pues buscar, no sé, un plan “B”. Claro que para entonces todo sería inútil. Creo que entonces recordaríamos la frase de ese maldito judío rojo… no, Marx no… Einstein, Albert Einstein. Me parece que fue él quien dijo: “La teoría es cuando se sabe todo y nada funciona. La práctica es cuando todo funciona y nadie sabe por qué. En este caso hemos combinado la teoría y la práctica: nada funciona… y nadie sabe por qué.”
 
No, tienes razón, ni siquiera alcanzaríamos a sonreír. El sentido del humor siempre ha sido un patrimonio no expropiable. ¿No es una pena?
 
Sí, a no dudarlo: son tiempos de crisis.
 
Oye, ¿y no vas a tomar fotos? Digo, para arreglarnos un poco y ponernos algo más decente. Nah, ese modelito ya lo usamos en “Hola”… ah, pero qué te contamos, se ve claro que tú no has pasado del “libro vaquero”.
 
Ah, no podemos esperar a contarle a nuestr@s amig@s que nos vino a entrevistar uno tan… tan… tan… otro. Les va a encantar. Y, bueno, a nosotr@s nos va a dar un aire tan cosmopolita…
 
No, claro que no te tememos. En cuanto a esa profecía… bah, se trata sólo de supersticiones, tan… tan… tan autóctonas… Sí, tan de región 4… jajajaja… qué buen chiste, deja lo apuntamos para cuando veamos a l@s chic@s…
 
¿Qué?… ¿no es una profecía?…
 
Oh, es una promesa…
 
(…) (sonido de titutata-tatatatá, del esmartfon)
 
Bueno, ¿policía? Sí, para reportar que vino alguien a vernos. Sí, pensamos que era un periodista o algo así. Se veía tan… tan… tan otro, sí. No, no nos hizo nada. No, tampoco se llevó nada. Es que, ahora que salíamos al club para ver a nuestr@s amig@s, estamos viendo que han pintado algo en el portón de entrada al jardín. No, los guardias no se dieron cuenta de quién. ¡Claro que no!, los fantasmas no existen. Bueno, está pintado así con muchos colores… No, no vimos ningún bote de pintura cerca… Bueno, le decíamos que está pintado con muchos colores, así, muy colorido, muy naco, muy otro, nada qué ver con las galerías donde… ¿qué? No, no queremos que mande ninguna patrulla. Sí, ya sabemos. Pero hablamos para ver si pueden investigar qué quiere decir lo que está pintado. No sabemos si es una clave, o una lengua de ésas raras que hablan los proles. Sí, es una sola palabra, pero no sabemos por qué nos produce escalofríos. Dice:
 
¡MARICHIWEU!”
 
(continuará…)
 
Desde cualquier rincón, en cualquiera de los mundos.
 
SupMarcos.
Planeta Tierra.
Enero del 2013.
 
Publicado el 21 de enero de 2013