Que en español, en inglés, en francés y en el lenguaje de la indignación significa: echemos a andar la palabra, echemos a andar nuestros cuerpos.

 
Las noticias sobre lo que sucede en el Norte, en esas tierras frías que llamamos Canadá, vienen como viento huracanado y caliente: la Huelga de Hambre de  nuestra hermana Theresa Spence. Para nosotros, esta huelga de hambre representa el hambre de justicia de miles de hombres, mujeres, niños, niñas, jóvenes y ancianos indígenas en muchas partes del mundo, principalmente en nuestra América, territorios con gobiernos (mal llamados) indígenas y/o populares (Ecuador, Argentina y Bolivia).
 
Desde el año 2000, desde el Kollasuyo, desde Cochabamba, nos levantamos contra el olvido y por la recuperación de nuestra Voz y nuestra Capacidad de Decidir nuestro presente y futuro; y aún después de doce años,(1) seguimos de pie y avanzando, venciendo cotidianamente la indiferencia, el desprecio, la imposición, la soberbia y el saqueo al que eternamente quieren someternos los gobernantes, los políticos socios de las grandes transnacionales que están destruyendo nuestros territorios. No lograran jamás vencernos y por ello, desde aquí, desde el corazón de esta Tierra, les decimos que su lucha, hermanos del Norte, es nuestra lucha.
 
Es nuestra lucha como lo son todas las batallas que nuestros hermanos del Sur están librando: hermanas y hermanos en la Patagonia argentina, mapuches en Chile, quechuas de Cajamarca en Perú, quichuas de la CONAIE en Ecuador, campesinos en Paraguay, indígenas de tierras bajas en el TIPNIS de Bolivia, hermanas y hermanos del Cauca en Colombia, en Honduras, Guatemala, El Salvador, y el valiente y digno Ejército Zapatista de Liberación Nacional con nuestros hermanos y hermanas chiapanecas en la selva de Lacandona.
 
Su lucha hermanos y hermanas del Norte, es nuestra lucha. No están solos. No están solas. Jamás lo estuvieron. Prueba de ello son los quince meses de Resistencia a la imposición, el autoritarismo y la pretensión de querer convertir la educación en un gran negocio, por parte de los ricos y poderosos. La Resistencia de esos estudiantes universitarios en Quebec, fue nuestra resistencia y nadie consiguió prostituir la educación gracias a la organización, gracias a la unidad y gracias a la acción de esos puñados de personas, gracias al Pueblo canadiense y al pueblo quebequense.
 
Presentamos en estas líneas nuestro compromiso con su esfuerzo, que es nuestro esfuerzo. Nuestro compromiso con sus voces que son las nuestras; nuestro compromiso con sus tambores que son nuestros. Nuestro compromiso con su alegría.  Reafirmamos desear ser el eco de la lucha que ustedes están librando, querer trabajar para que esa lucha  se convierta en victoria, en alegría, en vida.
 
Hasta la Victoria Siempre.
 
Oscar Olivera
Guerrero del Agua
 
Enero del 2013
Cochabamba, Bolivia 
Verano indígena en el Sur 
Invierno alegre, combativo y caliente en el Norte 
 
(1) El autor hace referencia a la Guerra del Agua, desarrollada en la ciudad de Cochabamba (Bolivia) el año 2000.