En sintonía con los cambios políticos que vive América Latina desde la década pasada, la lucha por la democratización de la comunicación ha dejado de ser un asunto circunscrito a quienes se encuentran vinculados directa o indirectamente a la comunicación, para convertirse en una causa asumida por cada vez más actores sociales, puesto que ventila el futuro mismo de la democracia.

 
Se trata de una lucha que pasa por la actualización de las normativas legales -para que la libertad de expresión deje de ser el privilegio de unos pocos-, y políticas públicas que garanticen el pluralismo y la diversidad, preservando el interés colectivo sobre apetitos particulares.
 
Ante esta elemental aspiración democrática, la reacción furibunda de los grandes grupos mediáticos es una demostración por sí misma de la magnitud del poder que detentan –en tanto factores estratégicos para la reproducción del status quo–, pues de esa manera incluso consiguen intimidar a muchos actores políticos, cuando no gobiernos. Pero no pasan de ser “triunfos” circunstanciales, pues la causa por la democratización de la comunicación ya está marcada en la agenda de los cambios históricos.
 
El propio impacto que tiene la comunicación en todos los órdenes de la vida contemporánea conduce a que la demanda por su democratización deje ser un asunto circunscrito a quienes están directamente involucrados en este campo y se torne un desafío ciudadano. Y esta es la dimensión que esta lucha tiene en la actualidad.
 
Como un aporte a ella, ALAI presenta el libro “Democratizar la palabra: Movimientos convergentes en comunicación” que recoge tanto posicionamientos de varias coordinaciones y organizaciones sociales e indígenas, como plataformas comunes y normativas legales que están abriendo brecha para hacer realidad la democratización de la comunicación y el reconocimiento pleno del Derecho a la Comunicación.