Acabando con todo y sin contemplación, en actitud propia de los peores seres humanos y como poseídos del demonios, el 30 de septiembre de 2013 a partir de las 11:30 am y por cerca de 1 hora, las avionetas rociaron su veneno sobre la gente, sus cultivos de pancoger y en la selva que surte de vida a las comunidades negras.

En lo corrido del 2013, es la tercera vez que se aplica esta guerra química en este Consejo comunitario de comunidades negras de Manglares – municipio de López de Micay (costa pacífica de Cauca), cuyo territorio es de 41.535,5 hectáreas.

De igual han fumigado otros territorios colectivos de comunidades negras como el caso del Consejo comunitario de Mamuncia que fue fumigado en febrero, marzo y el 15 y 16 de abril de 2013.

Comentan los “Conviteros” que nadie en las comunidades entiende porque fumigan las casas con gente, las escuelas, el rio, la selva, los cultivos de pan coger. Es una guerra química del gobierno contra nuestra cultura, nuestro grupo étnico, contra nuestra gente y nada sirve para sacar al demonio de Satanás que aplica tanta maldad. Otro “Convitero mayor dijo “le hemos echado agua bendita al aire y al rio, y ese demonio no deja su maldad”.

Se necesita que el gobierno colombiano entienda que la paz se construye dialogando con la gente y concertando. No hay paz con esas políticas que generan el desplazamiento contras las comunidades negras e indígenas del pacifico y ahondan la desterritorialización de nuestros pueblos.

Estamos sumergidos en la pobreza por la marginalidad del Estado, ahora nos empobrecen más con estas atrocidades, que de manera preferente afecta fuertemente a las niñas y niños, mujeres en embarazo, y adultos mayores. El Gobierno colombiano tiene que respetar los derechos propios de los grupos étnicos, la ley 70/93, el artículo 81 de la constitución nacional que expresa: “queda prohibida la fabricación, importación, posesión y uso de armas químicas, biológicas y nucleares…”, además Colombia debe respetar sus acuerdos internacionales ya que es el único país del mundo que permite la Guerra química contra su territorio.

El gobierno colombiano tiene que suspender estas acciones diabólicas e iniciar un proceso de concertación con las comunidades sobre sus políticas antinarcóticas, y aplicar los convenios y pactos suscritos de Colombia con la comunidad internacional tal como la consulta previa, libre e informada con base en el convenio 169 de la OIT  Alertamos a la comunidad nacional e internacional sobre las violaciones contra la vida y los derechos a la existencia y la cultura de nuestro grupo étnico.

Guapi – Cauca, 3 de octubre de 2013
Regional COCOCAUCA
web: www.cococauca.org