“Las amenazas del mal llamado ‘libre comercio’, del modelo minero energético, del extractivismo y la privatización de los bienes comunes, siguen sobre los territorios y la vida de las comunidades”, advirtió el Tejido de Comunicación de la ACIN.
“Todo queda en manos de las comunidades”, afirmó el Tejido de Comunicación de la ACIN (Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca), al valorar el resultado de la Minga Social Indígena y Popular, que durante 10 días cimbró a Colombia y sentó al gobierno de Juan Manuel Santos a la mesa de negociación, a pesar de la represión que lanzó sobre los indígenas. “Se avanzó en unos derechos, pero quedan pendientes temas estructurales de los que depende la libertad y la vida nuestra, junto con la de nuestra Madre Tierra”, agregaron desde el Tejido.
En declaraciones a la revista Semana en días anteriores a la finalización de la Minga, el consejero mayor de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), afirmó que “más del 70 por ciento de los acuerdos pactados con el Gobierno en tres años de negociación no se han cumplido”.
La periodista Nubia Rojas señaló que las violaciones a los derechos de los pueblos no vienen solamente de los actores del conflicto armada, sino que “hunden sus raíces en causas estructurales y culturales: Desde hace siglos, la actitud constante de sucesivos gobiernos hacia el tema indígena ha sido de menosprecio, abandono, explotación, indiferencia e irrespeto. Esta actitud se ha visto soportada por la de una porción de la sociedad colombiana, tendiente al arribismo y al clasismo, que no sólo niega su innegable origen indígena, sino que ha convertido el ‘ser indio’ en un insulto”.
El camino de la Minga
El 12 de octubre comenzó la Minga Social Indígena y Popular -Por la Vida, el Territorio, la Autonomía y la Soberanía-, en 18 departamentos, a lo largo y ancho del país. La movilización, convocada por diversas organizaciones indígenas, se sustentó en cinco temas: territorio; derechos humanos, autonomía política, jurídica y administrativa; política económica y agraria; conflicto armado y paz; y política minero – energética. Estos temas, considera la ONIC, tendrán incidencia en la posibilidad de sobrevivencia de los 102 pueblos indígenas que habitan en Colombia.
El 17 de octubre, las autoridades indígenas entregaron al gobierno el documento político con las exigencias y alternativas de carácter jurídico y técnico sobre cada uno de los cinco temas. Al día siguiente, viernes 18 de octubre, una represión que comprendió desde machetazos hasta el uso de minas antipersonas contra los manifestantes pacíficos puso en duda el futuro de la negociación.
El saldo de los ataques gubernamentales llegó a 130 heridos, personas retenidas, intimidaciones, hostigamientos, quema de víveres y de elementos básicos de las mingueras. También se denunciaron amenazas del grupo paramilitar los Rastrojos contra los mingueros y sus voceros, con argumentos “muy parecidos” a los del ministro Iragorri, denunciaron las organizaciones indígenas, así como el bloqueo de las listas de correo electrónico del Tejido de Comunicación.
A partir del 19 de octubre, la Organización de las Naciones Unidas y la Defensoría del Pueblo acompañaron a la Minga como garantes del proceso de diálogo efectuado en La María Piendamó. Ese mismo día se negoció el primer tema de la agenda, el territorio. La ONIC informó que “se avanzó en aspectos relativos a la modificación de normas jurídicas que atentan contra este derecho fundamental para los Pueblos Indígenas; a la protección jurídica de los territorios indígenas y la destinación de presupuesto para la adquisición de tierras para el año 2014 y la construcción de procedimientos para acelerar el reconocimiento de constitución y ampliación de resguardos indígenas”.
El 20 de octubre se abordó el tema de la autonomía política, jurídica y administrativa, en el que “los puntos críticos del debate han estado sobre el instrumento normativo que pondrá en funcionamiento los territorios indígenas, de acuerdo a lo establecido en la Constitución Política, así como el gobierno propio y los diversos sistemas (Educación, Salud y Sistema General de Participaciones)”, señaló la ONIC.
El 25 de octubre, la ONIC emitió un comunicado público para informar de los avances en las negociaciones. En él agradeció a los indígenas movilizados, pues “su participación activa, resistencia y lucha en cada uno de los 18 sitios de concentración de la Minga fueron determinantes para lograr avances esenciales en el ejercicio pleno de los derechos de los Pueblos Indígenas, reconocidos por la Constitución Política de 1991”. Particularmente, la organización resaltó la expedición de un decreto para el funcionamiento de los territorios indígenas, las autoridades, el gobierno así como los sistemas propios de salud, educación y la administración de los recursos del Sistema General de Participaciones. Este punto, valoró la ONIC, será fundamental para materializar la autonomía y el gobierno de los pueblos indígenas en Colombia.
Las autoridades indígenas detallaron que se logró la asignación de recursos para la compra de tierras destinadas a los pueblos; también se acordaron procedimientos expeditos para el trámite de saneamiento, ampliación y constitución de resguardos indígenas, y la modificación de dos decretos que afectan la seguridad jurídica de sus territorios, así como la expedición de un decreto reglamentario para el goce efectivo del derecho fundamental al territorio.
La ONIC agregó que se alcanzaron avances respecto a la concertación de planes de acción sobre mujeres indígenas en situación de desplazamiento; la protección de territorios de en riesgo inminente de extinción (nómadas, seminómadas en contacto inicial o no contactados y en aislamiento voluntario), y la formulación de una política diferencial de derechos humanos, entre otros puntos.
“Se logró el compromiso de fortalecer las Guardia Indígena y otras estructuras propias de protección y control social y territorial, así como la articulación entre las diferentes entidades del Estado encaminadas a la exigencia de la no judicialización y criminalización de los dirigentes y participantes en la Minga”, detalló la organización, que precisó que no hubo acuerdo con el gobierno en puntos fundamentales, como la solución estructural del problema territorial, la exclusión de los megaproyectos del sector minero-energético en los territorios y las políticas de libre comercio.
En el marco de la Minga y las negociaciones, se sucedieron hechos de defensa del territorio. Jóvenes expulsaron a la minera Anglo Gold Ashanti en Cajamarca. Mientras, comunidades indígenas del pueblo kokonuco ocuparon de manera pacífica e indefinida la finca turística “Aguas Tibias”, que es parte de su territorio ancestral. El Consejo Regional Indígena del Cauca afirmó que recuperar “hasta el último centímetro de nuestro territorio que se encuentre en manos de extraños, es la responsabilidad que nos dejaron los mayores desde 1971, cuando en estas mismas tierras se dieron las primeras recuperaciones”.
“La Minga continúa como expresión social, política y organizativa del Movimiento Indígena, por lo tanto invitamos a todos y a todas a conocer, apropiarse, exigir y participar en la verificación del cumplimiento de los acuerdos logrados”, finalizó la ONIC.
Las causas persisten
El Tejido de Comunicación de la ACIN celebró “que se hayan logrado importantes recursos para la compra de tierras y para los ‘sistemas’ de salud, educación, entre otros”, pero resaltó que “los temas estructurales como: sector minero energético y tratados de libre comercio y política agraria, siguen intactos”. Para el Tejido, esto indica que se avanzó en unos derechos, “pero quedan pendientes temas estructurales de los que depende la libertad y la vida nuestra junto con la de nuestra Madre Tierra”.
La organización comunicacional indígena valoró a la Minga como un paso importante para hacer consciencia de que el problema de fondo es el modelo, “y que los desafíos que siguen vivos en el territorio, sólo se solucionarán con acciones concretas desde las bases en camino a defender la vida”.
“Las amenazas del mal llamado ‘libre comercio’, del modelo minero energético, del extractivismo y la privatización de los bienes comunes, siguen sobre los territorios y la vida de las comunidades”, advirtió el Tejido. “Ahora todo queda en manos de las comunidades y de los pueblos para que desde la práctica cotidiana y desde la legitimidad, sigan declarando inexequibles todas las leyes, reformas, estrategias y proyectos que afecten el buen vivir con la Madre Tierra”.
“La Minga no termina, porque su objetivo estructural sigue vigente y lo vamos a seguir caminando desde los territorios”, finalizan desde el Tejido de Comunicación.
Publicado el 28 de octubre de 2013
http://desinformemonos.org/2013/10/despues-de-la-minga-la-defensa-del-territorio-vuelve-a-las-comunidades/
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