Los trabajadores de Havells Sylvania Colombia, productora de accesorios para iluminación, están desesperados por encontrar una solución al problema laboral que está afectando su salud: la contaminación por mercurio.

 
A la fecha, 5 personas han debido ser sometidas a un proceso de desintoxicación, y otras 20 más presentan altos grados de contaminación su permanente exposición al mercurio, material con el cual se fabrica cierto tipo de lámparas. Además mediante Sintravidricol, sindicato de industria al cual está afiliado un buen número de ellos, han denunciado la indiferencia y la irresponsabilidad de la empresa para hacer frente al problema, lo que agrava su situación.
 
Havells Sylvania, empresa de origen indio, especializada en la producción de bombillos, tubos fluorescentes y tecnología LED, tiene su planta en Bogotá y en ella laboran unas 400 personas, unas 150 en un área de producción donde tienen que trabajar en contacto directo con los vapores de mercurio, el cual poco a poco está acabando con su salud, ya que las medidas de seguridad de la empresa no han sido suficientes para evitar la contaminación, señaló Giovanny Currea Castillo, directivo de Sintravidricol Seccional Bogotá.
 
Señaló que generalmente los trabajadores cumplen sus labores sin uniformes especiales o máscaras que eviten la inhalación de los vapores de mercurio, y además mucha de la maquinaria usada es obsoleta. “Acá hay personas que tienen hasta 250 microgramos de mercurio por litro de sangre”, anota, cantidad que supera por mucho los niveles admisibles por la Organización Mundial de la Salud para trabajadores expuestos a este metal, que normalmente no debe superar los 20 microgramos por litro de sangre.
 
Según la OMS, todos los seres humanos están expuestos al mercurio que se encuentra en el aire, el agua y los suelos. Pero en cantidades excesivas es altamente tóxico y puede causar problemas en los sistemas nervioso e inmunológico, el aparato digestivo, la piel, los pulmones, riñones y ojos. Además, puede afectar el desarrollo intrauterino y las primeras etapas del desarrollo. Por eso las personas que por su trabajo se exponen al riesgo del mercurio deben realizar su labor bajo estrictas medidas de seguridad, algo que, según el sindicato, no o ha sucedido en Havells Sylvania.
 
Evasión del tema, principal respuesta de la empresa
 
Ante los reclamos de los trabajadores, las directivas de Havells Sylvania argumentan que todo está bien y evaden el tema. “No han tenido una actitud responsable, lo que hacen es culpar a la gente, diciendo que sus enfermedades son congénitas y no por la exposición al mercurio”, explica Currea. La empresa hacía exámenes periódicos de sangre y orina para determinar los niveles de mercurio en los trabajadores, pero nunca se los dio a conocer.
 
En este momento hay trabajadores con las encías desgastadas, algunos sienten que están perdiendo la memoria, varios tienen hidragirismo, que es el nombre del  estado patológico ocasionado por intoxicación crónica causada por mercurio. Uno de ellos, de 50 años de edad, lleva 16 meses incapacitado, pues adquirió el mal de Parkinson debido a su contacto con el metal. Ante la situación de este trabajador los demás pagaron exámenes en laboratorios certificados y se dieron cuenta de que la presencia de mercurio en su sangre es elevadísima. Pero sienten que nadie les garantiza la protección de su salud.
 
Hasta la Aseguradora de Riesgos Laborales (ARL) se niega a atender los casos de contaminación por mercurio, solo trata a aquellos que previamente son valorados por una EPS. Al respecto dice Currea: “Las ARL actúan de acuerdo con la empresa y entonces dicen que es una enfermedad común y no de origen laboral, y tampoco nos responden. Hemos pasado derechos de petición a la ARL, pero nos dice que la empresa está haciendo todo bien, dentro de la legalidad, que las personas no se contaminaron en el sitio de trabajo”.
 
Nadie los ayuda
 
En vista de esta situación, Sintravidricol empezó una dura lucha desde el 2009, con una serie de denuncias en diferentes instancias: Secretarías Distritales de Ambiente e Integración Social, y el Ministerio de Trabajo, pero no han obtenido la ayuda que requieren, bajo el argumento de que la empresa presenta la documentación pertinente.
 
Luego de mucho rogar, en marzo de este año por fin la Dirección Territorial del Ministerio de Trabajo designó al Inspector 9° para una visita de inspección, pero para el 21 de enero del 2014. Cuando fue notificada de esta inspección, la empresa precedió a implementar unas aparentes medidas de seguridad: entregó caretas a los trabajadores, lavó, pintó y arregló un poco las instalaciones, puso extractores y cambió el mercurio líquido por amalgamado, medidas que para el sindicato solo son pañitos de agua tibia, medidas de maquillaje que no solucionan el problema de raíz.
 
Al día de hoy los niveles de contaminación no se han reducido de manera notable, y la exposición al mercurio sigue siendo una amenaza para la vida de los trabajadores Havells Sylvania. Con el agravante de que ésta ha optado por rotar el personal contratándolo por intermedio de empresas de empleo temporal.
 
“Los ponen a trabajar un tiempo, sin darse cuenta del peligro al que se exponen porque no les dan las charlas de seguridad. Simplemente les hacen firmar un papel en el que consta que les dieron la charla. A este personal lo rotan por pocos tiempos”, señala por su parte Mery Laura Perdomo, abogada de la CUT Nacional que está asesorando a los trabajadores en su reclamación.
 
Otra situación que deja “mala espina” tiene que ver con el cambio del inspector que había sido designado para la inspección en enero próximo, sin que hasta ahora haya sido designado su reemplazo. Así que esa visita está en veremos.

 

Denuncia Sintravidricol