Con el inicio de las negociaciones de un Acuerdo Comercial entre Ecuador y Europa, este 13 de enero, vuelve a recorrer el fantasma de los Tratados de Libre Comercio, tan perjudiciales para los pueblos de Nuestra América y totalmente contradictorios con los postulados del Buen Vivir o peor aún con los del Socialismo del Sumak Kawsay.
Es muy difícil sostener que el comercio no sea importante para las sociedades. Sin embargo, los Tratados de Libre Comercio, no han ido en una dirección favorable a los intereses de las sociedades y de los pueblos. Por el contrario, han demostrado que destrozan las economías campesinas, la capacidad productiva de pequeñas y medianas empresas de las áreas manufactureras y de servicios, imponen una presión desmedida sobre la naturaleza, sus recursos y su biodiversidad, favorecen los flujos especulativos de capital, presionan para evitar el acceso al conocimiento y para apropiarse de manera privada – mercantil de los conocimientos ancestrales, propenden a que las diferencias comerciales se traten en tribunales internacionales, vulnerando seriamente la soberanía jurídica.
El gobierno del Presidente Correa ha señalado en varias ocasiones que lo que va a negociar es un Acuerdo Comercial con Europa, alejado de los términos en los que se han negociado los TLC de Europa con Colombia, Perú y Centroamérica.
No obstante, el proceso que se va a iniciar implica la máxima alerta para todos los sectores que creemos y buscamos el Buen Vivir, el Socialismo del Súmak Kawsay, el desarrollo sostenible, el impulso de la Economía Social y Solidaria, la integración de los pueblos, en la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América –ALBA-, la protección, fomento y despliegue de las economías campesinas, la defensa de la naturaleza, la defensa del trabajo de millones de productores agrícolas que ni de lejos tienen los subsidios que tienen los campesinos en Europa. Bien decía el Diputado colombiano del Polo Democrático, Jorge Robledo, al criticar el Acuerdo Comercial entre Colombia y la Unión Europea (UE): “es mejor ser vaca en la UE que campesino colombiano, porque recibe más plata del Estado una vaca en la UE que un campesino en Colombia”.
Son muchas las aristas que un Acuerdo Comercial, que no sea un TLC con Europa, como ha dicho el Presidente, debe tener en cuenta. Tantas, que dudamos que se puedan negociar y ejecutar sin vulnerar aquello que el Presidente ha denominado las “líneas rojas”.
Está para empezar las experiencias de negociaciones de estos acuerdos ya llevadas a cabo con otros países de la Región, que han demostrado los enormes efectos perniciosos que tienen sobre los sectores más vulnerables de la sociedad. No en vano las Cámaras de la Producción y su sección más reaccionaria y profundamente neoliberal, como es el Comité Empresarial Ecuatoriano, dirigida por Roberto Aspiazu, inmediatamente, el propio 11 de enero, dos días antes de que inicien estas negociaciones, han señalado que van a realizar una amplísima campaña a favor de este acuerdo.[1]
Tanto para Centroamérica, como para Colombia y Perú, las evaluaciones de impacto sobre la sostenibilidad del comercio (EISC)[2] muestran que estos acuerdos traerán impactos negativos en cuanto a producción y empleo en el sector de servicios. Igualmente, estiman un aumento de la concentración de la producción en ciertos sectores primarios, en desmedro de la diversificación productiva y de la incorporación de valor agregado y conocimiento, con el consiguiente fortalecimiento de la reprimarización de la economía. Esto, además de ir en contra sentido con el discurso oficial de la “transformación de la matriz productiva”, perenniza la vulnerabilidad de la economía frente a las crisis de los países capitalistas más industrializados, como ya lo hemos vivido durante la crisis del 2008 – 2009 en los Estados Unidos, y a partir del 2010 en Europa.
En el documento “Acuerdos Comerciales la Unión Europea con Centroamérica, Colombia y Perú: obstáculos para el Desarrollo Sostenible”, elaborado por varias organizaciones,[3] se afirma que “el crecimiento que se estima en el sector agrícola –particularmente en los sectores de frutas, verduras y frutos secos y, en la producción de agrocombustiles – así como en el sector minero, podría provocar cambios importantes en las tendencias del uso del suelo y aumentar la presión sobre los recursos de tierra y agua en la región andina y los países centroamericanos. Para los países andinos, la expansión prevista en la agricultura y las industrias de madera podría conducir más rápidamente a la deforestación y reducción de la biodiversidad”.[4] De igual forma, se establece una alerta en cuanto a la disminución de los salarios reales de los trabajadores, debido al aumento de precios del suelo y de los alimentos mayor que el de los salarios nominales.
Como está prohibido olvidar, vale recordar que en 2007 comenzaron las negociaciones para un Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y la Comunidad Andina (Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú). A finales de 2008, las negociaciones con la Comunidad Andina se detuvieron debido a la falta de flexibilidad por parte de la UE en cuanto a una serie de condiciones que establecían los países andinos. La UE promulgaba la integración regional como uno de los principales objetivos del Acuerdo, sin embargo, en febrero de 2009, cuando Bolivia decidió retirarse de las negociaciones, estas continuaron sin la participación del país andino. Así mismo, los pilares de diálogo político y cooperación también fueron abandonados, y las partes continuaron desarrollando negociaciones de libre comercio bajo una nueva modalidad denominada: Acuerdo Multipartes. En julio de 2009, Ecuador abandonó las negociaciones debido a las discrepancias entre las disposiciones constitucionales del país y el tipo de compromisos requeridos por la UE en temas sensibles como la contratación pública y propiedad intelectual.
Actualmente, el Ecuador, vuelve a la mesa de negociaciones. Sin duda las condiciones políticas han cambiado con respecto a julio del 2009, pero todo nos hace pensar que han cambiado para peor. Europa atraviesa una honda crisis, de la que no ha podido salir por más de tres años. Algunos de los países miembros han considerado inclusive dejar el sistema monetario del euro. Las condiciones de trabajo, no solo para los trabajadores ecuatorianos emigrantes en Europa, sino para los propios europeos, se han restringido al punto que en la actualidad el Ecuador vive el retorno de muchos de sus hijos, refugiados económicos del período neoliberal, y de nuevos hijos adoptivos europeos, refugiados económicos del actual neoliberalismo de sus países. A nivel interno, algunas voces oficiales han señalado que ya “la oposición a los TLC ha dejado de estar en la agenda de las organizaciones sociales y populares y de los partidos y movimientos de izquierda”, por lo cual un acuerdo comercial con Europa, con muchos contenidos de TLC podría ser viable políticamente.
Es probable que las organizaciones sociales y populares no estén viviendo el auge movilizador que les permitió oponerse al TLC con Estados Unidos en los años previos al triunfo del Presidente Correa. De igual forma, es posible que algunos movimientos, partidos y activistas de la izquierda hayan priorizado otras agendas, por sobre la de la oposición a los TLC, pero los efectos devastadores de estos acuerdos siguen siendo los mismos y seguramente serán los que se encarguen de despertar a los que han permanecido dormidos.
[1] “Se tienen preparadas seis cuñas para radio, una de ellas en quichua, además de dos spots para televisión. Las transmisiones televisivas aún no están definidas, pues se deben recaudar los recursos necesarios. También se crearon cuentas en Twitter (@AcuerdoEC_UE), Facebook y Youtube (Acuerdo Comercial Ecuador UE) donde se informará sobre los beneficios”. Ver, http://www.lahora.com.ec/index.php/noticias/show/1101618211/-1/Inicia_campaña_por_acuerdo_con_la_Unión_Europea.html
[2] EU-Andean Trade Sustainability Impact Assessment (Octubre 2009) y Trade Sustainability Impact Assessment of the Association Agreement to be negotiated between the EU and Central America (Septiembre 2009).
[3] Asociación Latinoamericana de Organizaciones de Promoción al Desarrollo –ALOP-; Oficina Internacional de Derechos Humanos – Acción Colombia –OIDHAC-; APRODEV; CIFCA; y Grupo Sur, con el apoyo de OXFAM.
[4] Ver, http://www.gruposur.eu.org/IMG/pdf/brief.com.tlc.pdf, p.4
Por Diego Borja Cornejo
http://ecuadordecidenotlc.blogspot.com/2014/01/el-buen-vivir-en-maxima-alerta-cuidado.html
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