Según el informe de “Programa Somos Defensores” la mitad de las agresiones son llevadas a cabo por paramilitares.

Desde que inició el año, en Colombia han sido asesinados 30 defensores de Derechos Humanos y otros 194 han sufrido algún tipo de violencia por su labor en este campo, reveló este martes el último informe semestral del “Programa Somos Defensores”.

Este centro de estudios, conformado por varias organizaciones no gubernamentales, realizó en el documento un análisis exhaustivo en el que recoge que las agresiones individuales aumentaron un 20 % con respecto al mismo periodo de 2013.
“En promedio, entre enero y junio de 2014, cada día fue agredido un defensor y cada seis días fue asesinado uno de ellos”, recoge el informe en una de sus demoledoras conclusiones.

Este ascenso fue motivado por la movida coyuntura colombiana en estos meses, donde se han sucedido procesos electorales, huelgas campesinas y la libertad de paramilitares que cumplieron una pena estándar de ocho años de cárcel.
La confrontación política natural de los comicios ha resultado ser una espina para la sociedad, que vive una “polarización política”, según el centro de estudios, con la entrada en escena de nuevos partidos como el derechista Centro Democrático, liderado por el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010).

A ello se unen las protestas campesinas de los últimos meses y la salida de prisión de paramilitares que se acogieron a la Ley de Justicia y Paz, ideada por Uribe para la desmovilización en 2006 de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
“Existe un temor generalizado a que estos exparamilitares salgan a las calles y continúen con sus actividades delictivas o peor aún, busquen venganza y represalias contra quienes declararon en su contra”, sostiene el informe. No es para menos, teniendo en cuenta que la mitad de las agresiones son llevadas a cabo por paramilitares.

Según el informe, en 31 % de los casos la autoría resulta desconocida, mientras que el 16 % corresponde a la Fuerza Pública, el 2 % a las Farc y el 1% al ELN, la segunda guerrilla del país.

En estos primeros seis meses, los líderes comunales, indígenas, de víctimas y de restitución de tierras fueron “el blanco común” del total de 194 agresiones, que en su mayor parte fueron amenazas (105), asesinatos (30), atentados (29) o detenciones arbitrarias (18), entre otros.

No obstante, el número de homicidios descendió 18 % si se compara con los 37 asesinatos registrados en el primer semestre del año anterior.

Llama la atención que el total de asesinados fueran hombres, y la escasa protección con la que ellos contaron, pues de los 30 defensores fallecidos, 18 habían denunciado amenazas, e incluso cuatro de las muertes ocurrieron dos días después de recibir el aviso.

En este sentido, la ONG califica de “preocupante” que tres de los activistas contaban con medidas de protección por parte de la Policía, lo que muestra que “siguen siendo evidentes los altos niveles de planeación y seguimiento de los asesinos”.
Asimismo, la mayoría de estos ataques, que por lo general ocurrieron cerca de sus trabajos o domicilios, se produjo con arma de fuego en 24 de los 30 casos, y cinco de los activistas sufrieron tortura antes de morir.

Por departamentos, resulta más peligroso para los activistas Valle del Cauca con 34 casos, Santander con 25 incidentes, y Caquetá con 21 ataques.

 

Vea informe completo del programa somos defensores

 

http://www.elespectador.com/noticias/nacional/mas-de-20-defensores-de-derechos-humanos-han-sido-asesi-articulo-511494