¡YA BASTA CERREJÓN! de tus ruidosas, costosas y despampanantes campañas publicitarias en donde pones a tus funcionarios a liberar tortugas y aves. ¡YA BASTA CERREJÓN! de tirártelas de ecologista y protector de la naturaleza. ¡YA BASTA CERREJÓN! de ese discurso mediático en el que presumes de aliado verde. ¿Tú que te crees Cerrejón? Con tus máquinas has desviado ríos, destrozado montañas y fraccionado comunidades. Y ahora pretendes desviar el Arroyo Bruno… ¡NO MÁS!

 
Y no es la primera vez porque nadie me saca de la cabeza que los Ríos Ipaluu y Europa los desapareciste tú, y te lo digo de frente porque creo que ya está bueno de tanto cinismo.
 
Te has nuestro pasado. Siendo niño me emocionaba cuando mis abuelos nos gritaban que nos íbamos a la finca, La Esperanza se llamaba ella y la esperanza nuestra y la de mis primos era montarnos cuanto antes en la carrocería del 4×4 de mi abuelo y pasar cuanto antes por el río Ipaluu para sacar las manos y tocar las torrentosas aguas cálidas vibrando de felicidad, recuerdo que hacíamos una parada obligatoria para llenar los cántaros y tanques de agua que llevaríamos para luego bañarnos, tomar y cocinar durante nuestro día y hasta el amanecer; recuerdo luego que con desespero nos quitábamos la ropa y corríamos en calzoncillo a zambullirnos y nadar mientras reíamos con el piqueteo de los pescaitos en las piernas… hasta que mi abuela gritaba: ¡Vean pedazo e´pelaos, sálganse de ahí y vámonos!. Al llegar a la finca nos mandaban a bañarnos porque quedábamos zungos del polvero pega’o al cuerpo por el agua que no nos secábamos del río… el agua la bombeaba mi abuelo a unos tanques de donde sacábamos baldes para bañarnos en medio de juegos y mientras le dábamos de beber a los chivos que llegaban al atardecer.
 
Ese recuerdo me lo has robado porque ahora ya no existe ninguno de los dos ríos y por eso te digo CERREJÓN: “no me robarás un recuerdo más, a mí ni a los niños que ahora se bañan felices en el Arroyo Bruno que pretendes desviar”.
 
Quizás en aquella época no era consciente de lo bello e importante del Ipaluu, para mí y para las familias que tenían fincas y rancherías entre Maicao y el Corregimiento de La Majayura, las cuales no sufrían por agua porque el Ipaluu noblemente la entregaba, recuerdo otro lugar lleno de piedras redondas y grandes con imponentes árboles, lugar donde –remembro- entre melancolía y sarcasmo mi mamá decía: “Llegamos a Europa”, así llamaban a aquel otro río en el que jugaba mi mamá….ahora no existe y mi madre nostálgica lamenta mucho ya no verlo correr y nutrir la tierra. Ese río también lo secaste tú y ninguna campaña publicitaria le devolverá su cauce y mucho menos la alegría a mi mamá de bañarse en él.
 
A esas tierras mi familia ya casi no asiste; primero porque entre paramilitares, ejército, policía y guerrilleros han cambiado el olor a vacas, marranos, chivos y gallinas por el de gasolina y ACPM; literalmente nos desplazaron tal cual como lo haces tú, Cerrejón, matando la tierra, cortándole sus venas de agua y desplazando comunidades por todas partes. Porque entre otras cosas Cerrejón nadie me saca de la cabeza tampoco que con toda esa gente armada sembrándonos terror para saciar tu hambruna de billetes que sin escrúpulos hacen crecer tus cuentas bancarias.
 
Parecerá berrinchoso, irrespetuoso y repleto de especulaciones mi escribir, pero simple y sencillamente nadie me saca de la cabeza que detrás de todo esto estás tú. Antes no lo sabía pero ahora sí, hoy me doy cuenta del cómo desapareces ríos; de la forma como asesinas a diario los montes de la Serranía del Perijá escarbándole sus entrañas y sacándole el carbón con el que haces negocios para saciarte de plata a cambio de llenarnos la cabeza con “pajaritos preñaos”; con un progreso que nunca llegará, con tus emplos para los guajiros y los Wayuu; con tu responsabilidad social que desaparecen ríos como el Ipaluu y el Europa que hoy extraño tanto.
 
Por eso grito que no se me da la gana de quedarme callado ante tus intenciones de desviar el Arroyo Bruno, porque con tus discursos insulsos de que hay buen carbón que aumentará las regalías pretendes desaparecerlo y clavar de paso un cuchillo en la yugular al Río Ranchería, es decir, asesinarlo y dejarnos sin agua como si no fuera suficiente las extensas sequías y veranos que nos azotan.
 
Déjate de mentiras Cerrejón porque cuando hay sed la primera en sentirla es la tierra, y si la tierra tiene sed no puede darnos de comer, y son precisamente la sed y la hambruna la que tanto nos aqueja a los que vivimos en La Guajira. El gobierno se escandaliza porque hay desnutrición y sequía en La Guajira, pero arrodillado no condena a los sicarios de nuestros ríos, de nuestra cultura, de nuestra gente… y todo por un puñado de dólares que garanticen sus puestos en el congreso y la presidencia.
 
Te lo digo y te lo advierto, es mi voz y la de todo el pueblo asentado en la península de La Guajira: ¡NO TE METAS CON EL BRUNO NI CON NINGUNO!
 
Publicado por: Las 2 orillas
 
https://escuelamujerymineria.wordpress.com/2015/02/24/tu-que-te-crees-cerrejon-carta-de-un-wayuu-a-la-empresa-minera/