Actualmente está en debate en el Congreso de la República el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2014-2018, que traza la hoja de ruta del gobierno, y que ha despertado todo tipo de críticas desde diversos sectores políticos, económicos y sociales.
 

 
Las dudas sobre la efectividad de este Plan no son infundadas. La ejecución y el cumplimiento de las metas de Prosperidad para Todos (2010-2014), no contribuyó al desarrollo del país y menos al avance de la industria manufacturera. Solo logró cumplir con una de once estrategias, la de Propiedad Intelectual, que tenía como meta 10.500 patentes y alcanzó 10.631. Por el contrario, la ejecución de estrategias como la de infraestructura de transporte, tuvo una ejecución de apenas el 28,1%; la de nuevos sectores basados en la innovación avanzó en un 42,8%; desarrollo de competencias y formalización para la prosperidad un 56,5%; apoyos transversales a la competitividad cumplió con el 75,5%. Incluso la locomotora minero-energética, el principal eje de la economía durante ese periodo, solo logró avanzar 19,4%.
 
La mala planeación de las metas y la pobre gestión para el avance de estas, se ha evidenciado en casi todos los sectores económicos, pero el impacto negativo ha sido más fuerte en el sector industrial, que durante este cuatrienio dejó de crecer y empezó a contraerse.
 
La producción colombiana terminó el año 2014 con resultados mediocres y solo logró crecer 1,3% con respecto al 2013, año en el que además presentó un decrecimiento de 1,9%. A pesar  que el ambiente empresarial inició el año con muchas expectativas y altas proyecciones de crecimiento para el sector, (Fedesarrollo 4,5% y ANIF 3,6%) los pronósticos no se cumplieron y la industria se vio golpeada una vez más por factores tanto coyunturales como estructurales.
 
Los sectores que presentaron el peor comportamiento durante el año pasado fueron: las industrias de transformación de la madera (-21,2%), productos de caucho (-18,1%), actividades de edición e impresión (-8,9%), hilatura, tejedura y acabado de productos textiles (-4,7%) y partes, piezas y accesorios para vehículos automotores (-3,6%). A esto se suma el mal comportamiento de la refinación de petróleo, que presentó una caída del 12,2%.
 
El leve crecimiento de la producción se vio impulsado por sectores como: curtido y preparado de cueros (17,3%). Sin embargo,  el presidente de la Asociación del Calzado el Cuero y sus Manufacturas, Acicam, Luis Gustavo Flórez, afirmó que las cifras son ‘mentirosas’, pues están distorsionadas por las exportaciones de producto en crudo, que es visto por el gremio más como un problema para la industria, ya que sale sin valor agregado [1]. Los sectores de equipos y aparatos de radio, televisión y  comunicaciones y el de aparatos de uso doméstico crecieron 16% y 11,8% respectivamente, impulsados por el Mundial de Fútbol y el crecimiento de la construcción de vivienda.
 
Por último, el sector de carrocerías para vehículos automotores aumentó su producción 11,2%, explicado por el incremento de los pedidos de buses para el Sistema Integrado de Transporte Público de Bogotá, según Juliana Rico directora de la Cámara Automotriz de la Andi.
 
El empleo generado durante 2014 en la industria cayó 0,3%, lo que significa cerca de 125.000 empleos menos en el sector, al pasar de 2 millones 740 mil empleos en el último trimestre de 2013 a 2 millones 605 mil empleos en el mismo periodo para 2014. En promedio durante 2001 el 62,4% del personal ocupado en la industria manufacturera era de ocupación permanente, en 2014 este porcentaje bajó a 58,1%. Los sectores industriales en los que más empleos se perdieron fueron: transformación de la madera (-11,6%), hilatura, tejedura y acabado de productos textiles (-7,5%), productos de caucho (-7,3%), vehículos automotores y sus motores (-6,7%) y prendas de vestir, confecciones (-6,6%).
 
En materia comercial los resultados no son nada alentadores; durante 2014 las exportaciones totales colombianas registraron una disminución de 6,8% con relación al mismo periodo del año anterior, al pasar de US$ 58.824 millones a  US$ 54.795 millones. Las exportaciones de manufacturas se redujeron 5,6% al pasar de US$ 9.945 millones a US$ 9.391 millones. Por el contrario, las importaciones totales registraron un aumento de 7,8% en este año, explicado principalmente por el aumento de 6,8% en las importaciones de productos manufacturados al pasar de US$45.614 millones en 2013 a US$48.735 millones en 2014. Este comportamiento dejó como resultado el déficit comercial más alto que se haya presentado en la historia del país, alcanzando los US$ 6.293 millones. Este aumenta estruendosamente al excluir los bienes minero-energéticos; en este caso el déficit supera los US$ 34.000 millones.
 
Del valor total de las importaciones declaradas en el año 2014, las manufacturas representaron el 76,1%, lo que demuestra que el mercado nacional se está inundando de productos extranjeros que desplazan la producción nacional, y que en muchos casos llegan a precios irrisorios como pasa con textiles, confecciones y calzado.
 
Los malos resultados, producto de la mala planeación y gestión del Gobierno Nacional, hacen evidentes una vez más los graves perjuicios que ha dejado la Enfermedad Holandesa; la falta de competitividad del sector industrial colombiano frente a los acuerdos comerciales, el atraso en materia de infraestructura, la inestabilidad en materia tributaria, el deterioro de las relaciones comerciales con países de la región como Ecuador y Venezuela, pero principalmente, hacen evidente la falta de políticas públicas orientadas a fortalecer e impulsar este sector, que ha sido tradicionalmente la fuente de crecimiento y desarrollo de los países más poderosos del mundo.
 
Para 2015 el panorama no es muy prometedor. Incluso la Andi,  en la Encuesta de Opinión Industrial Conjunta, señala que para 2015 el panorama industrial es complejo, y que será un año con serios factores desfavorables.
 
Muestra de esto son los resultados de las exportaciones colombianas durante el mes de enero, cuando sufrieron el peor declive desde 1985, cayendo 40,2% con respecto del mismo mes en 2014, al pasar de US$ 4.808 millones a US$ 2.875 millones. Durante este mes las exportaciones de bienes manufacturados cayeron 7%, principalmente por la caída en las ventas de papel, cartón y artículos de pasta de papel, de papel o de cartón (-19,7%), maquinarias especiales para determinadas industrias (-55,4%) y productos químicos orgánicos (-43,7%). Situación que podría agudizar el déficit comercial, teniendo en cuenta que este año podría entrar en vigencia el Tratado de Libre Comercio con Corea, si la Corte lo declara constitucional.
 
En un escenario con resultados tan desfavorables, no es claro porque en el PND que se discute actualmente, el Gobierno presenta una proyección de crecimiento promedio para la industria manufacturera de 4,5% en el periodo 2015-2018, que sustenta en: la puesta en operación de la refinería Reficar y el efecto de un mayor tipo de cambio que aumentaría el flujo de caja para los exportadores, desconociendo que muchas de las industrias enfrentan serias dificultades por cuenta de la devaluación que encarece la importación de sus insumos para producir.
 
El articulado del PND no presenta ningún proyecto dirigido a impulsar y potencializar la industria manufacturera del país. El Plan Plurianual de Inversiones muestra que del total del presupuesto, se ha destinado el 27% para la estrategia de Infraestructura y competitividad estratégicas, que en un escenario ideal debería estar enfocada a crear todas las condiciones necesarias para hacer más competitiva la industria. Sin embargo, la mayor inversión va para el sector minero-energético, como textualmente se presenta en las bases:
 
“Con respecto a Competitividad Estratégica e Infraestructura, es importante mencionar que las inversiones más importantes están orientadas hacia el Desarrollo minero-energético para la equidad regional, las cuales equivalen a un 41,5 % de toda la estrategia” [2], mientras que para desarrollo productivo se dirige el 4,42% de la estrategia. Es decir, ante el fracaso del modelo basado en la extracción de recursos naturales no renovables, el PND para los próximos cuatro años  trae como resultado más minería; una dosis mayor de la medicina que está acabando con los sectores productivos.
 
Los planes para la industria se han quedado en discursos que no generan acciones concretas y se sigue considerando al sector primario y extractivo como fuente de riqueza para el país. Situación que demanda un esfuerzo colectivo para exigir el tratamiento que  merece un sector tan importante para la salud económica de un país, como lo es la industria manufacturera.
 
[1] http://www.eltiempo.com/economia/sectores/exportaciones-e-importaciones-en-colombia-deficit-comercial-marco-un-record-en-el-2014/15274590
 
[2] Bases Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018 -Todos por un nuevo país- Departamento Nacional de Planeación, pág., 808.
 
INFORME SIA NÚMERO 20 / 12 de marzo de 2015