Las semillas campesinas – uno de los pilares de la producción de alimentos – están sometidas a un ataque por todas partes. La presión de las corporaciones está impulsando, en muchos países, leyes que limitan crecientemente el rango de lo que los agricultores pueden hacer con sus propias semillas. Guardar semillas, algo que ha sido la base de la agricultura por miles de años, es una actividad que comienza a ser criminalizada rápidamente.

 
¿Qué podemos hacer? Una nueva publicación  y un cartel de La Vía Campesina y GRAIN documentan qué movimientos hacen los grandes negocios y los gobiernos para impedirle a los campesinos que guarden e intercambien sus semillas, y muestran las respuestas de lucha del campesinado.
 
“El control de las semillas debe permanecer en manos campesinas. Éste es el principio, basado en el proceso de producción, que garantiza la soberanía alimentaria de las comunidades rurales y las poblaciones urbanas contra las multinacionales y sus enormes ganancias. Por siglos, los campesinos crearon miles de variedades que son la base del acervo alimentario y la diversificación de la dieta,” dice Guy Kastler, de Vía Campesina.
 
Pero para las corporaciones que quieren imponer leyes que les den pleno control de la tierra, del proceso agrícola, de los alimentos y las ganancias provenientes de este sector, estas prácticas milenarias en torno a las semillas son un obstáculo. Por el contrario, para La Vía Campesina, la ley debería garantizar los derechos del campesinado de conservar, utilizar, intercambiar o vender sus semillas, protegiéndolas de la biopiratería.
 
“Con el apoyo de los gobiernos, los grandes negocios emprenden una ofensiva legal global para obtener pleno control sobre las semillas. Esto incluye no sólo privatizar las semillas mediante nuevas leyes, sino otorgarles nuevos derechos para catear los hogares campesinos y destruir sus semillas,” dice Camila Montecinos, de GRAIN.
 
Las leyes de semillas adquieren mayor agresividad respondiendo a las exigencias de la industria semillera y biotecnológica. Los llamados tratados de libre comercio, los acuerdos bilaterales de inversión y las iniciativas de integración regional están endureciendo las formas “suaves” de los derechos de propiedad sobre las semillas. Y las leyes que fortalecen los derechos de propiedad intelectual sobre semillas son reforzadas por otras regulaciones que supuestamente garantizan calidad, transparencia mercantil, prevención de falsificaciones, etcétera.
 
Está en juego el fundamento primordial de la existencia campesina. Los movimientos sociales a nivel mundial, especialmente las organizaciones campesinas, están resistiendo y se movilizan para evitar la aprobación de dichas leyes.
 
Las corporaciones y los gobiernos confían en la falta de transparencia y la secrecía porque saben que una ciudadanía informada rechazaría la privatización de las semillas.
 
Este folleto fortalecerá la resistencia buscando que la más gente posible entienda – sobre todo en las comunidades rurales más afectadas – el impacto y significado de estas leyes promovidas por la industria, y la capacidad de los movimientos sociales para reemplazarlas con leyes que protejan los derechos campesinos.
 
Contenidos
 
1. Las leyes sobre semillas ilegalizan las semillas de las campesinas y los campesinos 
2. Semillas africanas: un tesoro amenazado
3. América: Resistencia masiva contra las «leyes Monsanto»
4. Asia: La lucha contra una nueva ola de semillas industriales
5. Europa: El campesinado lucha por rescatar la diversidad agrícola
 
 
Contactos
La Via Campesina
Guy Kastler (francés) +33 46 891 2895
 
Andrea Ferante (inglés, español) +39 348 018 9221
GRAIN
 
Renée Vellvé (inglés, francés) +33 67 507 3468
Camila Montecinos (español) +56 22 222 4437
 
Nota a los editores
Esta publicación viene acompañado de: