Elías Joaquín Gutiérrez se desempeñaba como supervisor de despacho en Calenturita desde octubre de 1989. Fotos: archivo particular y Semana.
El exjefe paramilitar José Gelves Albarracín, alias ‘El Canoso’, dijo en versión libre que al sindicalista Elías Gutiérrez Lengua lo asesinaron por órdenes de dos funcionarios de esa multinacional.
El pasado 13 de abril Rubén Gutiérrez viajó en un bus por más de cuatro horas desde Valledupar hasta Barranquilla, para escuchar la versión libre del exparamilitar José Gelves Albarracín, alias ‘El Canoso’, quien fuera jefe político del Frente Resistencia Tayrona de las AUC. Ese día se enteró por fin, 19 años después, por qué motivo asesinaron a su hermano Elías Joaquín Gutiérrez Lengua, el 3 de septiembre de 1996, cuando viajaba entre la mina Calenturita, donde trabajaba, hacia su casa, en la Jagua de Ibirico, Cesar.
Según ‘El canoso’, Manuel Gutiérrez, jefe del Departamento de Protección Industrial de Prodeco; y el entonces gerente supervisor de seguridad de la mina Calenturitas, Luis Ochoa, habrían dado la orden de asesinar a Gutiérrez, quien era el supervisor de despacho del lugar.
“Él fue el primer sindicalista que mató la gente de la compañía”, reveló Gelves. La razón que habría motivado el crimen, según el exparamilitar, es que éste se había convertido en un obstáculo para el proyecto de Calenturitas, pues no estaba de acuerdo con que se desviara el río; pedía devolver la tierra removida; y que se le diera trabajo a la gente de la región.
“Lucho (Luis Ochoa) me pidió en agosto que le sacara información a Elías. Un día estuve durante casi una hora hablando con él, y me contó que era sindicalista y que estaba preocupado por la gente que había muerto en los últimos días en el corredor minero (unas 10 personas). Pero él no tenía vínculos con la guerrilla, como Lucho le hacía creer a todos”. Según el libro El Lado Oscuro del Carbón, por aquel entonces Gelves trabajaba de manera encubierta para el departamento de seguridad de Prodeco. (Descargue versión en PDF del libro)
El asesinato se produjo en la vía que de Chiriguaná conduce a la Jagua de Ibirico. Según relataron testigos, Gutiérrez fue bajado del carro, y obligado a tenderse en el piso, donde le dispararon en la cabeza. Los paramilitares también asesinaron a Carlos Guardia, uno de los trabajadores que tenía a su cargo; y de otro que estaba con ellos, y que salió huyendo del vehículo en el que se transportaban, nunca más se supo.
Después de los hechos, “me encontré con Lucho, y me enteré que Elías y otro hombre habían muerto. Lo interrogué en varias ocasiones, y él me contestó: ’El que mucho pregunta, menos vive’”, confesó Gelves.
Según el hermano de la víctima, ya hace varios años otro exparamilitar, Jesús Velasco Galvis, alias Chucho, del Bloque Central Bolívar, aceptó su participación en el homicidio de Elías, por órdenes que venían supuestamente de personas vinculadas a Prodeco.
Alias ‘El Canoso’ fue postulado a Justicia y Paz en agosto de 2006 y está recluido en la cárcel La Picota de Bogotá. Según lo ha documentado VerdadAbierta, tuvo a su cargo las relaciones con políticos y empresarios, alrededor del Parque Tayrona, en el Magdalena, zona controlada por el bloque paramilitar hasta mediados de la década pasada. (Ver: “Antes nos servían whisky ahora nos llaman bandidos”: ‘El Canoso’)
De otro lado, la familia del sindicalista no ha logrado que se le incluya en el Registro Único de Víctimas. Además de conocer la verdad y saber quiénes lo mataron, busca que la multinacional les pague un seguro de vida. Sin embargo, la Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema de Justicia les negó dicha indemnización con el argumento de que la vía en la que ocurrieron los hechos no era la que recomendaba la empresa a sus empleados, y porque, según la empresa, no se trató de un episodio vinculado a la actividad laboral.
Prodeco es una compañía subsidiaria de Glencore, que tiene sede en Suiza y exporta carbón térmico y metalúrgico a varios países de América, Asia y Europa. Es una de las cinco empresas mineras más grandes del mundo y ha sido señalada, junto con la Drummond, de financiar a miembros de grupos paramilitares que operaban en el eje minero del Cesar, conformado por los municipios de La Jagua de Ibirico, El Paso, Becerril, Chiriguaná y Codazzi.
Según el libro El Lado Oscuro del Carbón, “los departamentos de seguridad de ambas empresas jugaron un papel crucial en el establecimiento de los primeros contactos entre las fuerzas paramilitares y los ejecutivos de las empresas en 1996. Este contacto supuestamente llevó a la llegada del primer grupo de cien combatientes para operar en la zona minera”.
No obstante, hace tres semanas un tribunal de Atlanta, en Estados Unidos, desestimó estas denuncias para el caso de Drummond, lo cual generó inquietud entre las víctimas. (Ver: Víctimas en el Cesar, decepcionadas con fallo a favor de la Drummond)
VerdadAbierta.com se contactó con Prodeco para conocer su opinión acerca de las declaraciones del exjefe paramilitar José Gelves Albarracín, pero no obtuvo respuesta.
VERDAD ABIERTA
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