Guatemala está en la peor de las crisis… pero para los corruptos que han vivido a expensas del Estado.   Sin duda, los golpes acertados por la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala –CICIG- han literalmente, quebrado al Estado exponiendo las miserias de la clase política y empresarial generada por el sistema, la cual se había acostumbrado a un pueblo aletargado y apaciguado a punta de fusiles y desapariciones forzadas, que era incapaz de reaccionar ante sus desmanes.

El pueblo de Guatemala, esos dejados, aguantadores, abnegados, sufridos y llevados por la indiferencia han finalmente salido del sopor que los envolvía y contrario a todo lo que se pudiera pensar, han gestado el movimiento social más grande e icónico del lo siglo XXI en la región latinoamericana, haciendo gala de ciudadanía y sobre todo, con posicionamientos políticos claramente definidos.

Ya hubo un momento de quiebre de la institucionalidad en el año 1993, cuando Jorge Serrano Elías, se dio el infame autogolpe que originó la componenda entre el sector empresarial y la clase política para contener la crisis, mediatizarla y mantener el estatus quo, mediante la alianza narcopolíticomilitar; esa que tiene capturado al Estado guatemalteco, la misma que masacró y rompió al país en miles de pedazos para hartarse a expensas de los dineros del pueblo en la época del Conflicto Armado Interno y que heredaron el sistema neocolonial corrupto y expoliador.

Una ralea de malnacidos que tras apellidos rimbombantes y discursos oxidados, sumieron al país en la letrina de la que ahora, un pueblo entero y con dignidad exige salir. Esto no es el año 1993, ni el pueblo es el mismo. No se tolerará una salida a medias tintas.

El momento histórico en el que estamos demanda, no solo mantener la indignación, sino forzar al sistema a que cambie y esto nos obliga a pensar por fuera de la caja de la institucionalidad armada por los de siempre, para que nada cambie más que en apariencias.   Es por ello que detener el proceso electoral, rompe la institucionalidad prefabricada para consolidar la impunidad y por lo mismo, todos los candidatos y representantes de partidos políticos, funcionarios e “intelectuales” de derecha que resguardan intereses de una clase dominante, levantan sus voces acusando a quienes exigimos un alto a un proceso espurio, llamándonos incluso sediciosos.

Detener el proceso electoral y construir una nueva Ley Electoral y de Partidos Políticos –LEPP- es fundamental. Ir a las elecciones con las prebendas y consignas actuales es llegar al mismo punto muerto en el que nos encontramos. Todos los partidos políticos son producto de la misma letrina y la única forma de salir de ellos es construir una nueva LEPP, pero en un proceso incluyente y vigilado desde la sociedad civil.

Una vez esto ocurra, se puede llamar a elecciones y apostar por la reconstrucción paulatina del Estado. A los actuales diputados, es claro que esto no les interesa y es por ello que hay candidatos/as llamando a establecer un pacto político (a espaldas del pueblo por supuesto) y realizar “reformas” para que nada cambie. Algunos incluso, se han dado a la tarea de convocar a los líderes de las movilizaciones, los cuales son inexistentes en tanto las miles de almas que han llegado a la Plaza Central, lo hacen a titulo personal, con voz propia y una lista de exigencias claras y contundentes.

Es por ello que hay que dejar claro que nadie representa a los millones de guatemaltecos que exigimos cambios. No tenemos voces autorizadas y no las vamos a tener. Punto. Los reclamos han sido claros y deben ser atendidos de manera precisa. No hay margen a ambigüedades si es que el próximo gobierno quiere terminar su período.

Deben entender que las renuncias de Otto Pérez Molina y Alejandro Maldonado Aguirre no son negociables, en tanto ambos representan los intereses espurios de la clase económica que ha sumido al país en el caos. Hasta que no sean atendidos todas las demandas ciudadanas, las protestas pacíficas no van a cesar.

Si llenar la plaza les parece poco, el #RenunciaYaFase3 va a convocar a paro nacional masivo y para ello no es necesario el CACIF por si estaban con el pendiente. Hay miles de pequeñas y medianas empresas que no son parte de esos mil empresarios que se beneficiaron de la línea, así como cientos de comunidades y organizaciones dispuestas a sumarse.

Guatemala está harta, de ustedes, de la cultura del terror que los mantiene en el poder y de su pobreza de alma, que se resume en las palabras de Juan de Dios Rodríguez, quien con desdén defiende un negocio corrupto en el IGSS porque total “los enfermos renales siempre se mueren”. Así de viles son todos ustedes.

Es por ello que las palabras contenidas en carteles hechos a mano y las consignas expresadas en la Plaza Central deben retumbar en todos los rincones del país. Porque aunque la clase política y económica no lo quieran, se les acabó la parranda. El pueblo ya despertó. A no ser que nos masacren a todos en la Plaza Central como es su costumbre, esto no lo para nadie, porque “somos los de abajo y venimos por los de arriba” y ojalá lo tengan claro.

Por: Carlos Fernández

https://comunitariapress.wordpress.com/2015/05/25/somos-los-de-abajo-y-venimos-por-los-de-arriba/