El modelo de agricultura familiar en la Altillanura no solo es viable, sino que es más rentable que la agroindustria a gran escala. Así concluye un estudio elaborado por la Universidad Javeriana con el apoyo de la Universidad de los Llanos y Oxfam Colombia presentado ayer a propósito de la radicación de un proyecto de ley que busca el desarrollo productivo en las zonas apartadas del país.

 
Jaime Forero, director del doctorado en Estudios Ambientales y Rurales de la Universidad Javeriana, aseguró que, de hecho, los ingresos de las familias campesinas superan entre dos y cuatro veces la alternativa de arrendamiento de tierras que les proponen las empresas.
 
“Los habitantes de la zona demostraron la gran capacidad de innovación, adaptativa y creativa de la agricultura familiar. Hoy sabemos que unas 300 familias fueron capaces de crear sus propias formas de producción, no necesariamente en el modelo de monocultivo, y de construir sus propios mercados a punta de capital social con altísimo éxito económico”, dijo.
 
El documento además indica que la descalificación de la agricultura a pequeña escala no cuenta con evidencias sino que corresponde a prejuicios, basado en la experiencia de 10 familias campesinas de Puerto López (Meta).
 
Los panelistas invitados coincidieron en que el obstáculo fundamental ha sido la concentración de la tierra en la cual “se explica el mediocre comportamiento que le atribuyen a la producción agrícola”.
 
El experto en temas de conflicto agrario Alejandro Reyes cuestionó el proyecto de ley de Zonas de Interés de Desarrollo Rural y Económico (Zidres) desde su nombre mismo, pues, asegura, está diseñado en pro del beneficio empresarial. “Estamos ante una nueva versión de feudalismo que releva al campesino como mano de obra con la única opción de que a perpetuidad tenga que trabajar en las grandes plantaciones de la Altillanura”, manifestó.
 
Además se unió al sentir de los asistentes de resolver el tema de la concentración de la propiedad rural, “no habrá ley para el desarrollo agrícola mientras dos tercios de la población estén en la informalidad”.
 
Por su parte, Yamile Salinas, investigadora del Instituto para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), llamó a repensar la Altillanura, el concepto de propiedad y la concepción que se tiene de la labor del campesino. Finalmente, la investigación asegura que las actividades agropecuarias en la zona pueden desarrollarse sin la tutoría de grandes empresarios y sin la necesidad de alianzas productivas.
 
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