Natalia Fajardo de Toward Freedom, estuvo en el C´xab Wala Kiwe, Territorio del Gran Pueblo en el norte del Cauca, Colombia. Desde allí escribe y recoge testimonios sobre este frente de lucha de los pueblos paradójicamente ignorado por sus potenciales beneficiarios: los pueblos de Colombia y más allá. “En las verdes montañas del occidente colombiano se está librando una intensa lucha por la dignidad y el derecho a la tierra, y lo más probable es que usted no se haya enterado. Porque mientras la tele le distrae con supuestos desafíos de famosos en países lejanos, a la vuelta de la esquina el gobierno arremete contra las comunidades que defienden su territorio, pero los grandes medios lo ignoran. ” ¿Dónde Estamos? Pueblos en Camino

 
Círculos de opresión, círculos de liberación: 
Pueblo Nasa en Colombia enfrenta despojo una vez más

 
 
En las verdes montañas del occidente colombiano se está librando una intensa lucha por la dignidad y el derecho a la tierra, y lo más probable es que usted no se haya enterado. Porque mientras la tele le distrae con supuestos desafíos de famosos en países lejanos, a la vuelta de la esquina el gobierno arremete contra las comunidades que defienden su territorio, pero los grandes medios lo ignoran.  
 
El pasado 28 de mayo, 1000 agentes del ESMAD (Escuadrón Movil Antidisturbios de la policía colombiana) entraron a la hacienda azucarera La Emperatriz, en el municipio de Caloto, departamento del Cauca, a desalojar a cerca de 300 indígenas Nasa que pacíficamente habían remplazado el dulce monocultivo de la caña por frijol y maíz, como parte del proceso que ellos han llamado la Liberación de la Madre Tierra. Este desalojo sigue al que sucedió en semanas anteriores en el cercano pueblo de Caloto, que dejó a 4 civiles heridos, y a choques desde febrero que resultaron en la muerte del joven Nasa Guillermo Pavi.
 
Estos enfrentamientos se dan en el medio de un histórico esfuerzo de esta comunidad por la reivindicación de su derecho a una vida digna, a través de, en parte, la recuperación de tierras que les pertenecen, les han sido robadas, y que se les ha prometido falsamente devolverles. 
 
POR QUÉ LIBERACIÓN, POR QUÉ DE ESTAS TIERRAS
 
 
El pueblo Nasa habitaba una amplia región del sur occidente del país desde mucho antes de la invasión española. Sin embargo, en décadas de engaños y violencia, las áreas más fértiles fueron acaparadas por ricos terratenientes, y ellos fueron relegados a las zonas altas. Explica Seferino Zapata, Mayor de Caloto: ‘‘Nos llevaron a la montaña, pero hemos luchado. Yo estuve en las luchas de los 80s, cuando nos cobraban arriendo por labrar. Esta misma tierra donde estoy ahora la recuperamos nosotros‘’ 
 
Pero estos procesos de recuperación han costado vidas. Cuenta Arcadio Mestizo, líder del Resguardo indígena Huellas Caloto, que en 1991 ocurre la masacre de El Nilo, la cual según sus investigaciones fue planeada entra paramilitares y policía en la finca La Emperatriz.
 
Esta es una gran hacienda, otrora de vocación ganadera y arrocera, ahora contaminada por el cultivo exclusivo de caña por parte de la compañía Incauca, del millonario emporio Ardila Lule, y que está siendo investigada por manipulación de precios del azúcar. La producción de caña tiene un nocivo impacto ambiental, demostrada en la transformación del paisaje y en su baja biodiversidad. La Emperatriz es solo una muestra de la realidad económica de la región, que fue transformada en un ´desierto verde´ donde la caña que se siembra para la producción de biocombustibles remplazó los cultivos de pan coger que alimentaban a miles.
 
Relata el señor Arcadio que, antes de la masacre, los indígenas negociaban la transferencia de La Emperatriz, pero en la noche llegaron paramilitares con acompañamiento de policías, asesinando a 20 adultos y niños.
 
Tras un fallo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el estado acepta su responsabilidad en la masacre y fija un acuerdo de entrega de 15,600 hectáreas a la comunidad, que incluían La Emperatriz. Creyendo en lo pactado, los Nasa suspenden el proceso de recuperación de tierras, pero el tiempo pasó y las tierras no llegaban. 
 
Añade el señor Arcadio, ‘‘entonces en el 2005 retomamos esta lucha, ahora llamada Liberación de la Madre Tierra, y lo hacemos en La Emperatriz’’.
 
Aunque en el 2010 el gobierno llego al número pactado de hectáreas con otras tierras, éstas son de reserva forestal o no aptas para agricultura, así que exigen que esta hacienda sea también liberada.
 
La más reciente ola de liberación empezó en marzo, con el cultivo de maíz, frijol, y yuca, y la construcción de estructuras básicas. Pero reporta Emer Pinzón, líder de este resguardo, que el jueves pasado a las 9am, la dueña de La Emperatriz exige su desalojo. ‘‘Llega el ESMAD con toda su maquinaria de guerra’’, y se encuentran con cerca de 300 comuneros armados de valor, palas y piedras para defender su esfuerzo y sueños. 
 
Continúa Emer, ‘‘Entra la fuerza pública con tanquetas, tractores y gases, y en 4 horas destruyen más de dos meses de trabajo’’.
Y la posibilidad de que se repita la nefasta historia es latente. Además de las constantes amenazas de paramilitares que la comunidad recibe, el señor Pinzón relata que durante el desalojo el ESMAD pregonaba por altavoces ‘ojo, esta masacre será peor que la del Nilo’. Añade Arcadio, ‘’Tenemos los antecedentes del 91, y ahora vemos un ciclo de repeticiones, aunque hoy es plena luz del día, y desde la institucionalidad. Definitivamente puede volver a ocurrir’’
 
Esta violencia contra civiles se da en medio de los diálogos de paz entre el gobierno y la guerrilla FARC. Reflexiona Constanza Cuetia, del Tejido de Comunicaciones de la ACIN, ‘’El conflicto sigue presente en las comunidades. Cuando hubo cese al fuego, seguían los asesinatos selectivos y el reclutamiento la región. Además, los diálogos no llegan al centro del conflicto. El mismo vocero del gobierno dijo que no se cuestionará el modelo económico en las negociaciones’’ Tanto así, que el gobierno justifica los violentos desalojos cobijándose en el derecho de la propiedad privada de unos pocos, e ignorando el derecho a la vida digna de muchos. 
 
Pero la resistencia es fuerte. Dice Emer, ‘’Estas tierras, como dicen los abuelos, era de los antepasados. La vamos a recuperar para la juventud, cueste lo que cueste’’
 
LIBERACIÓN COMO UNA CURA
 
 
Los voceros de esta comunidad aclaran que la razón principal de estas liberaciones va más allá de los acuerdos incumplidos, pues este es solo un ingrediente más en la receta de motivos que lleva a los Nasa a luchar. Dice el señor Mestizo que ‘estamos en esto para recobrar nuestra tierra, pero también para defender nuestros derechos sociales’, Abel Coicué, líder de este resguardo, explica: ‘’Estas tierras, tanto las de la cordillera como las de la parte plana, las liberamos porque son ancestrales y tenemos derecho a ellas’’. Agrega Paulina, comunera de Corinto, ‘’Todo lo que sucede es para enfermar más la tierra y esa enfermedad se trata liberando la Madre Tierra.  Es sembrar territorios libres y de vida que nos permitan vivir en equilibrio y armonía. ’’ 
 
Este enfoque en la liberación de la tierra se hace aún más urgente frente a las varias ¨enfermedades¨ que enfrentan estos territorios. Analiza Arcadio Mestizo, ‘’se nos viene una amenaza territorial grande: la minería, y debemos estar preparados y adelantarnos. La minería es menos visible que la caña, a veces la comunidad no la ve, pero hemos aprendido que ya la mayoría de esta zona tiene títulos mineros solicitados o en concesión, sin importar que sea resguardo o reserva natural’’. 
 
Los Nasa nos invitan a entender que esta lucha es de todas y todos, y asumir nuestra parte en ella. Proclaman que este ‘’no es un tema de Indios en el norte del Cauca-Colombia, sino un asunto fundamental para toda la humanidad cuyo frente de lucha se desarrolla allí (…) [hay que] entender esta lucha y asumirla haciendo presión sobre el capitalista que despoja y abusa y el gobierno que lo respalda’’. 
Está en nuestras manos actuar.
 
Vea fotos de esta comunidad y su lucha aquí
 
Natalia Fajardo, towardfreedom.com 
June 5, 2015