El “fracking” es una técnica exploratoria para la extracción de gas y petróleo no convencional, mediante la fracturación hidráulica de la roca madre. Aunque se aumentan las cantidades de gas (en m3), racional y científicamente, no se ha tenido en cuenta consideraciones socio-ambientales ni los estragos medioambientales altamente significativos que conlleva esa explotación mixta, entre los que se destacan: · Contaminación de las aguas superficiales y subterráneas.

·  Contaminación del aire.  · Contaminación de los terrenos al cerrar los pozos.  · Afecciones a la salud humana, flora y fauna.  · Alteración del paisaje y las condiciones edafoclimatológicas de aquellas zonas (ya programadas) mediante las llamadas “Licencias Express”.  · Riesgos sísmicos inducidos.
 

 

La razón de esta Carta Abierta es interpretar una de las entre muchas funciones de nuestro Rotary Internacional, la de ejercer un liderazgo natural en la comunidad. El texto es expedido con el ánimo de ofrecer nuestra razonada acción conjunta para atemperar los espíritus y fijar la senda del progreso dentro de una sana convivencia humanitaria en lo atinente a algunas decisiones del gobierno, las cuales (por los ecologistas del mundo) se consideran perjudiciales para nuestra sociedad. Así, en aras de puntualizar las mejores alternativas, nuestro Club Rotario Cúcuta ofrece a la sociedad civil y/o a las “fuerzas vivas”, esta advertencia pública, visionaria, social y medioambientalmente nefasta, en este tema de actualidad, expuesto aquí como introito y que nos atañe a todos: El “fracking”.

El presidente de la Estatal Ecopetrol anunció que, con base a las aprobadas “Licencias Express”, ya ha firmado seis contratos para iniciar las exploraciones de estos yacimientos en el Magdalena Medio, el Catatumbo (con la tecnología “fracking”), toda vez que se requiere con urgencia manifiesta equilibrar el abultado déficit presupuestal nacional para el 2015 (alrededor de 12,5 billones que no están financiados).

La fracturación hidráulica ha sido objeto de gran controversia mundial, pues, fomentada en algunos países, en otros se han impuesto moratorias a su uso o la han prohibido; lo anterior, por cuanto el procedimiento, además de algunos de los impactos negativos atrás relacionados, se deben inyectar al subsuelo una enorme cantidad de agua (calculada en 20 millones de litros de agua por pozo exploratorio) más un coctel (explosivo) compuesto por arena y unos 700 productos químicos (algunos radiactivos) que deben retornar a la superficie. Se colige que en una plataforma de seis (06) pozos, que es una cantidad normal, se requieren alrededor de 120 millones de litros de agua, en una sola fractura. Estos millones de litros de agua han de estar disponibles (transportados o almacenados) cerca del pozo, para ser inyectadas en un período entre 2 a 5 días.

La única experiencia sobre los impactos ambientalmente funestos que se tiene con el fracking, hasta el momento, es en Inglaterra y los EEUU. Y en Colombia, ¿qué pasó en El Casanare y Los Llanos Orientales (donde se encuentran las más grandes concentraciones de aguas freáticas del país)? Reiteramos la introducción a esta carta.

En los Estados Unidos, generalmente lo que hacen con esas aguas residuales es reinyectarla en el subsuelo y, cuando no es posible, la trasladan a plantas de  tratamiento. Al respecto, en un artículo, la  revista  Science  Daily informó que “estos residuos, aún después de  ser tratados, siguen contaminados”.

Con respecto a nuestro contexto regional, el Contrato CAT-3, referido a la aprobación exploratoria para El Catatumbo, no sólo integra la zona geográfica conocida por todos, sino que esa “Licencia Express” se extiende a las divisiones municipales territoriales de Cúcuta, Villa de Rosario, Los Patios, Pamplonita, Bochalema, Chinácota, Durania, Gramalote, Herrán, Ragonvalia, Sardinata, Salazar, Santiago, San Cayetano y El Zulia

Es oportuno traer a colación lo publicado en La Opinión (18-01-2011) por Carlos H. Flórez Góngora (del departamento de Geotecnia y Minería de la Universidad Francisco de Paula Santander) en que se relacionan los “enormes problemas en la estabilidad de los terrenos de varios municipios, convertidos en zonas de riesgo para sus habitantes”, los cuales, coincidencialmente, son los “beneficiados” para las exploraciones con técnica de “fracking”.

Conocido es que nuestros recursos hídricos (ríos Pamplonita, Táchira, Peralonso y Zulia, entre otros) se encuentran  en  franco  deterioro y que una  gran  mayoría  de las  nuevas  urbanizaciones, hoteles, industrias y otras instituciones de la ciudad,  hacen uso  de  las  aguas  subterráneas; y de que la falla geológica de Boconó (y las referidas por Flórez Góngora) pueden activarse generando sismos con la fracturación hidráulica, se intuye una enorme expectativa de riesgo no sólo para la poblaciones relacionadas, sino también  para  el  Distrito  de  Riego  del  Zulia, esta última, por la inminente contaminación de los ríos y de la atmosfera y la depredación de  los acuíferos con las subsecuentes sequías, como las ocurridas en El Casanare.

Para terminar, rescatamos dos conceptos autorizados: UNO: (19 Ago 2014), suscrito por Manuel Rodríguez Becerra (exministro de Ambiente), Mary Lou Higgins (directora de WWF), César Rodríguez y Diana Rodríguez (de Dejusticia), en el cual expresan: “Solicitamos respetuosamente al Gobierno Nacional, apelando al principio de precaución, una moratoria al uso de fracturamiento hidráulico o fracking”. DOS: (06 Sept. 2014) de la conocida columnista de El Espectador, María Elvira Samper, en el cual advierte: “Esta técnica puede generar derroche de agua y contaminación tanto de aguas subterráneas como superficiales”.

Como ciudadanos de bien, alertamos sobre la situación planteada, solicitamos cero improvisación, más mesura y estudio, con la advertencia al Gobierno Regional y sus asesores especialistas, analizar fríamente las consecuencias y que, al final, lejos de  afanes, se adopte la mejor decisión para todos.

NOTA AL MARGEN:

El costos de extracción es aprox. $ 60 USD por barril.

En California (Estados Unidos), donde el fracking ha sido utilizado durante décadas para “mejorar” la extracción de gas y petróleo, a pesar de que las autoridades ambientales de este estado “aseguran que en todo este tiempo no se han observado anomalías o daños hacia el medio ambiente o la salud de sus ciudadanos”, lo que sí es cierto es que últimamente (y cada vez con mayor insistencia), las comunidades sufren a diario por estas extracciones: escasez de agua, pésima calidad del agua, enfermedades y pérdidas económicas (se calcula que las construcciones, tanto viviendas como comercios, se han devaluado en un 70% debido a los intensos problemas originados por el fracking).

 

Fuente: https://cucuta7dias.com/echelecabeza/ambiente/fracking/