En junio de 2014, las imágenes de un hombre cruzando un río con dos racimos de plátanos entregándoselos a dos jóvenes indígenas Sapanahua en la selva de Brasil dieron la vuelta al mundo. Era la primera vez que esos jóvenes tenían contacto con “el mundo exterior”.

Dos años después, los 35 miembros —14 hombres, 9 mujeres y 12 niños— de esta tribu que establecieron contacto con los colonos en 2014 están integrados en una reserva de la Funai. La Funai es el organismo público de Brasil encargado de los pueblos indígenas. Ahora tienen ropa y están vacunados contra las enfermedades. Continúan llevando su modo de vida, pero tienen la protección institucional.
 
¿Por qué razón iba a querer una tribu no contactada salir al encuentro del hombre blanco? Un equipo de documentalistas británicos viajó a la región selvática de la frontera de Brasil con Perú para conocer de primera mano el caso de los Sapanahua y acercarse a la realidad de los no contactados
 
“Las enfermedades europeas que llevaron los conquistadores terminaron con la mayoría de la población indígena de la amazonía”
 
Lo que descubrieron es que el paraíso natural en el que viven dejó de serlo hace muchos años. La llegada de los españoles en el siglo XVI propagó enfermedades europeas que acabaron con la mayoría de la población indígena de la amazonía. Aún hoy, enfermedades tan comunes como la gripe siguen siendo mortales para ellos.
 
A día de hoy, estas enfermedades siguen siendo un enemigo contra el que no pueden hacer frente.
 
Aunque se asegura que esa grabación registraba el primer contacto de los Sapanahua con el hombre blanco por primera vez, no es del todo cierto. Ellos y muchas tribus no contactadas conocen el mundo exterior sin entrar en contacto directo con él. Lo observan en silencio. Observan las ropas de los colonos, sus herramientas, y muchas veces las roban.
 
“Han vivido con la creencia de que el hombre blanco siempre ha querido exterminarlos. Y eso ha sido así”
 
Sin explicación para ellos, terminan muriendo al ponerse la ropa de los colonos, porque lleva gérmenes desconocidos para su organismo, según explica Angus McQueen, director del documental. Y no entienden por qué eso sucede. Han vivido en la creencia de que el hombre blanco siempre ha querido exterminarlos. Y eso ha sido así, pero no solo por las enfermedades.
 
“Desde hace décadas, la selva es la última frontera para los madereros ilegales y las empresas mineras y petroleras”, dice McQueen. En muchos casos invaden territorios de estas tribus y los conflictos armados son constantes.
 
Los intereses de estas corporaciones llevan a enfrentar a unas tribus contra otras: a unas les dan prebendas a cambio de que hagan la guerra contra sus enemigos ancestrales, todo en beneficio de los nuevos colonos.
 
“Pero a pesar de que identifican al hombre blanco como su enemigo, no tienen más remedio que salir a su encuentro en busca de su protección”
 
Pero a pesar de que identifican al hombre blanco como su enemigo, no tienen más remedio que salir a su encuentro en busca de su protección.
 
La aproximación, sin embargo, no es un acto ingenuo. El caso de los 35 Sapanahua ha sido una excepción. Los doctores y antropólogos de la Funai han podido ganarse su confianza y hacerles entender que las vacunas no eran para matarlos. Pero el organismo brasileño cuenta con oscuros episodios: en la última década, 100 agentes de la Funai han muerto en manos de tribus no contactadas por la falta de entendimiento entre las dos partes.
 
Los indígenas que quisieron mantenerse no contactados para no ser esclavizados por las corporaciones que explotan recursos a inicios del siglo XX, ahora tienen que salir a la luz, según explica McQueen tras la producción del documental. Son los “refugiados” de una guerra que lleva décadas desarrollándose en el corazón de la selva.
 
“Refugiados de la amazonía”
 
Fuente: http://www.playgroundmag.net/noticias/actualidad/interna-Amazonas-fuerza-contactadas-buscar_0_1705629434.html