El pasado 8 de abril de 2016, se retomó nuevamente el camino a la Minga comunitaria en el resguardo de Corinto, territorio de Kwe´sx Kiwe, para continuar el proceso de  liberación de la Madre Tierra. Desde muy temprano en horas de la mañana, las chivas (bues escalera) llegaron desde las partes altas de Corinto a las grandes extensiones de caña sembrada por los terratenientes dedicados a producir Bio-etanol. Los comuneros y comuneras que llegaron de  diferentes veredas del resguardo, bajaron armados de palin, azadones y otras herramientas de trabajo para realizar la actividad que consistía en la limpieza de maíz.

Desde hace más de un año, las comunidades de las distintas veredas del resguardo indígena de Corinto  vienen haciendo el ejercicio  de liberación de la Madre   Tierra, cuyo fin es librarla de los  monocultivos de caña y defender los suelos de los diferentes químicos con los que los ingenios pretenden nutrir sus cultivos. Estos químicos que  desarrollan las plantaciones de caña con más rapidez, son los mismos que volverán  infértiles los suelos en un futuro.

“Este trabajo es la continuidad del ejercicio que la  comunidad decidió desde el año 2014.  La decisión de  hacer liberación de la Madre Tierra aquí en la fincas de Corinto, viene desde diciembre de 2014. En el año 2015 se hizo el mismo ejercicio y en este año 2016 se continuara con los trabajos de liberación de la Madre Tierra, con el trabajo de hoy, ya llevamos tres mingas en lo que va corrido del año” así lo expresó el Gobernador de Corinto Hilario Guejia.

Sembrando los cultivos de pan coger los comuneros y comuneras hace posible el equilibrio de la  Madre Tierra con sus hijos para que sea ella misma la que recobre sus ciclos naturales de vida, donde el trabajo agrícola sea el mismo equilibrado con los seres que ahí habitan.
En la Finca del Guanábano, tierra liberada, el maíz está creciendo rápidamente, el frijol  entrelaza sus bejucos en la mata de maíz. Hoy, la comunidad decidió limpiar este cultivo; no se sabe si se podrá cosecharlo o no, pues los tractores de la industria azucarera siempre llegan a tumbar los cultivos de maíz y frijol para remplazarlos por caña, con la que extraer biocombustible para alimentan los carros. Esta patética idea, nos muestra que el capital transnacional prefieren darle de comer los motores que a la misma humanidad.  

Los cultivos de maíz, frijol, plátano y yuca sembrados por la comunidad con muchos esfuerzos, energía y esperanzas suelen ser destruidos en cuestión de minutos por los tractores de los  capitalistas. Los dañinos de nuestra Madre Tierra son escoltados por el Escudaron Móvil Antidisturbios ESMAD, ejército y la policía judicial,  quienes son los que arremeten  brutalmente contra el pueblo liberador. Por otro lado, los trabajadores y jornaleros del ingenio, erradican con odio lo más sagrado para la vida, que es la comida.

Así que mientras varios grupos limpiaban el maíz, otros se pusieron en la tarea de  tumbar un lote de caña que en poco tiempo estaba creciendo desmedidamente. Las matas fueron tumbadas para luego ser remplazadas de maíz, frijol y otros productos que le den nutrientes al cuerpo humano para seguir luchando por la vida.

Mientras la comunidad realiza la minga, el ejercito aprovecha la ocasión para hacer presencia en las parcelas junto con el administrador de las fincas. El administrador apodado con el alias El Mono, no tardó en insultar a la gente, hasta el punto de querer golpear a un periodista indígena que estaba grabando la escena. El Mono, alegó que estas tierras eran su propiedad privada, que los indígenas están atropellando su derecho, que la caña no hace daño a la tierra, pero él como agrónomo sabe más que nadie que los químicos y pesticidas que le aplican a la caña son dañinos para el suelo. 

Los comuneros y comuneras de manera pacífica, replicaron que las tierras  que ellos recuperan son ancestrales y que anteriormente habían sido propiedades colectivas. De estas tierras y en tiempos pasados  los habitantes fueron despojadas por los nuevos terratenientes y luego pasaron a ser propiedad privada, sus aliados para esta artimaña de despojo fue el poder económico.

El agro-negocio de la caña de azúcar para producir bio-combustibles pasó a ser tan grande que en el año 2011 se contabilizaba acerca de 24 630 hectáreas sembradas en caña en el Cauca y 100.153 hectáreas solo en el departamento del Valle del Cauca según CENICAÑA. Son estos los cultivos que ya no dejan más espacio para que los campesinos afros e indígenas puedan vivir de la tierra y alimentar a la población local. Por otro lado el mono cultivó de caña ha contaminado y acabado las reservas de agua, suelos y subsuelos.

Al  trabajo comunitario más conocido como minga, llego uno de los dueños del cultivo de caña quien no tardó en llamar a los Escuadrón Móvil Antidisturbios ESMAD, fuerzas represivas del capital; para que con su fuerza desalojaran a la comunidad que realizaba el trabajo agrícola en sus parcelas.

 “Ahorita me estaba llamando el comandante Trujillo, el coordinador del Esmad, diciendo que ya había llegado el casco urbano  de Corinto y, que ya venían para acá” alertó el gobernador de Corinto.  

Mientras el ESMAD llega a las fincas para desalojar a los comuneros, la gente llegaba al sitio del almuerzo como estrategia para no confrontar. El gobernador quien llamó la gente para reunirse en la cocina los invitó al almuerzo para luego continuar la jornada.

Dice el gobernador Hilario Guejia “que esta nueva junta directiva del cabildo, hemos dicho que debemos ser muy influyentes con la comunidad, para no dejarlos golpear ni que salgan heridos. Nosotros tenemos gran ventaja de seguir liberando la Madre Tierra”.

“La resistencia del Pueblo Nasa ha dejado muchos muertos por el ejército, el ESMAD, los paramilitares y también la guerrilla”. Estas muertes y amenazas contra la comunidad no ha sido excusa para salir de las fincas en proceso de liberación, pero si cabe resaltar que hay que reducir riesgo de los comuneros y comuneras que siguen en pie de lucha.

Luego de un buen almuerzo, un pequeño descanso y un breve conversatorio, las y los  mingueros retornan al trabajo desafiando el ardiente calor y el peligro que representa el ESMAD que estaba próximos en llegar. La comunidad dotadas de esfuerzos,  y esperanza continuaron  trabajo de la tumbada de la caña.

 La fuerza de la minga, hizo que el trabajo se terminara rápidamente, el  cultivo de maíz quedo en lo limpio sin hierbas ni monte. Seguidamente cuando se sintió la llegada del ESMAD la comunidad se replegó y cada uno rápidamente salió para sus veredas con la idea de no confrontar. La gente salió muy contenta para sus casas, pero con muchas ganas de volver a las próximas mingas.

 

HILARIO GUEJIA GOBERNADO INDÍGENA, HACE UN CONTEXTO DE LA MINGA.

Fuente: Tejido de Comunicación del Pueblo Nasa -ACIN