En el Norte del Cauca el machete no se deja quieto mucho tiempo. A pesar de la cosecha del café y de los trabajos que van acumulándose en las fincas que por fin pudieron recibir el agua vital de las lluvias,  las comuneras y comuneros siguen movilizados en la liberación de la Madre Tierra.

Después de largos meses de este proceso la comunidad demostró su fuerza y su voluntad de seguir en pie de lucha para recuperar las tierras. Tierras para trabajar, para alimentarse. Tierras para resistir a la concentración capitalista. Tierras para liberar el pensamiento, decolonizarse y vivir como pueblo insumiso. 

En Corinto, el viernes 15 de abril, la comunidad se reunió para continuar la actividad de corte de caña, con el respaldo de comuneros de la zona Norte y en particular de otros puntos de liberación como son la Emperatriz y la vereda de Quita Pereza, en Munchique de los Tigres. También acompañaron varios estudiantes,  militantes y periodistas de otras partes del país y del mundo, quienes vienen a conocer el proceso, aprender y apoyar un acto de resistencia que les parece legítimo y nos beneficia a todas y todos.

Cabe mencionar que además de llevar a cabo acciones de recuperaciones, las liberadoras y liberadores hacen un trabajo grande de socialización y difusión del proceso de liberación de la Madre Tierra. Ese trabajo de socialización se hace en primer lugar en los resguardos por ejemplo en las laderas, donde los comuneros no están todos enterados de la manera cómo se lleva la liberación, del porqué y para qué. En segundo lugar se trata de dar a conocer la liberación en otras ciudades y a otros procesos, quienes no han dejado de manifestar su solidaridad desde el comienzo. Los eventos en las universidades del país se multiplican, las acciones de apoyo se hacen más visibles, más contundentes. Un apoyo que siempre ha acompañado y fortalecido la resistencia del pueblo Nasa, recuerda un campesino del Valle, quien, en los años 70, ya venía organizando la solidaridad en la UniValle con otros compañeras y compañeros de la universidad.

En Corinto, las liberadoras y liberadores afilaron una vez más sus machetes, mientras se les ofrecía una masita y un cafecito, preparados desde temprano por las y los cocineros. La cocina donde también se trabaja toda la mañana para que las y los mingueros puedan descansar alrededor de un buen almuerzo, cuando termina la jornada de trabajo, a pesar de que “ya no dan tanta comida como antes, y sobre todo no tanta carne” como dicen algunos.

El trabajo empieza. El machete amputa la caña sin descansar. Y la comunidad avanza, recochando, riéndose, sudando, sin descanso. Si los encargados del agua no llegan, entonces se escucha más voces, más recocha. Pero siempre se da el tiempo de tomarse el aguapanelita con limón. Uno también quisiera “chupar caña” para tener más energía, pero esa caña no es nada rica, sabe más a químicos y pesticidas. Esa caña no es comparable con la que tenemos arriba en nuestras fincas, la nuestra tiene un jugo sabroso, dulce y nos da una panela saludable y nutritiva.

En Corinto se alcanzó a cortar una gran parcela. Satisfechos, nos acomodamos a la sombra para descansar, charlar e intercambiar algunas impresiones, opiniones e historias de tierras y libertad. Después del trabajo la comunidad se reúne para dar los saludos de los que vienen de lejos, discutir la coyuntura, analizar la actividad realizada y definir lo que sigue. Es el momento donde se mira la liberación como una política. Una política desde abajo, una política para politizarse, concientizarse, siempre para tener más claridad sobre la manera de llevar la lucha. Se reflexiona. Porque los que deciden aquí es la comunidad, y nadie más. Conocer, reflexionar y debatir para poder decidir.
 
Cuando las hijas e hijos de Uma Kiwe se despiden y regresan a sus veredas, algunos saben que en algunos días retomaran el camino de la Minga, para ir a respaldar a los y las liberadores de La Emperatriz y Canaima.  

Así, el lunes 18 de  abril, en el punto de ocupación de la Emperatriz, la gente se alista para una nueva jornada de trabajo.  También se trata de tumbar caña en las dos fincas en proceso de liberación.

En algunos lugares los y las liberadores ya pasaron muchas veces, cortando la caña que no deja de crecer, pues tiene raíces muy profundas y se necesita mucho trabajo para extraerlas. Crece mucha maleza y se dificulta el corte. Un trabajo que además se efectúa todo a mano, ya que las comunidades no tienen nada de maquinaria. En estos lugares no dejaron entrar más a los ingenios, ya son tierras recuperadas. Pero estas parcelas podrían estar trabajadas a diario y ya tendrían maíz, frijol, yuca, plátano y otras de las tantas plantas que habitan Uma Kiwe, si la fuerza pública no estuviera ocupando la zona, reprimiendo, agrediendo a la comunidad de manera cotidiana.

Ese lunes las y los liberadores se fueron en Minga con preocupación por su seguridad, tomando en cuenta que el gobierno dio la orden de desalojo de la Emperatriz. Pero con mucha valentía se decidió no detenerse y levantarse hasta que se apague el sol, como se suele decir por acá. Antes de salir, el mayor da el remedio a los y las participantes, para garantizar la armonía en la parte espiritual y dar más fuerza a cada uno de nosotros. Sin embargo la Minga se desarrolló sin mayor problema, a pesar de la fuerte presencia del ejército en las fincas.

Una vez más, la liberación nos aparece como un camino indispensable, pues como dice una liberadora, “este trabajo no es solo de nosotros, es de todos nosotros que habitamos aquí en Colombia, más que todo de los pobres porque el rico, a él, lo que le interesa es el recurso que se va a ganar.”  Y nos deja como mensaje: “no nos dejemos comprar con proyectos, no nos dejemos endulzar con dinero […] hoy en día sin plata uno también puede hacer proyectos sin necesidad de tener el bolsillo lleno. Entonces yo diría que unidos nosotros trabajaremos muy sabroso. Hay muchas maneras de unirse en apoyos, en discursos, uno con solo llegar a visitar a un pueblo que está unido luchando por la libertad yo creo que es una ventaja muy grande.”

Tejido de Comunicación del Pueblo Nasa -ACIN